/ sábado 14 de octubre de 2023

Qué implica la certificación de los aprovechamientos forestales

Existen en la actualidad diferentes sistemas para certificar que un aprovechamiento forestal se lleva a cabo de forma sostenible. Sin embargo, esto no es sencillo; lograr la certificación exige un gran compromiso y participación por parte de los propietarios y de sus asesores técnicos.

La Comisión Nacional Forestal define la certificación forestal, como un procedimiento voluntario para acreditar el adecuado manejo forestal, mejorar la protección de los ecosistemas forestales y facilitar el acceso a mercados nacionales e internacionales. Dos de estos procesos para certificar el aprovechamiento de un bosque, son la Norma Mexicana NMX-AA-143-SCFI-2015 y la certificación con reconocimiento internacional, acreditada por el FSC (Forest Stewardship Council).

El primer gran esfuerzo es lograr la certificación. Ésta se obtiene a través de una rigurosa evaluación en campo y se otorga cuando los auditores verifican que los aprovechamientos se realizan cumpliendo con los estándares que exigen estos procesos. Pero no es sólo obtener la certificación, es necesario conservarla y para ello se les realizan, además, auditorías anuales.

En términos generales, a través de la certificación, se verifica que el dueño del bosque cumple con todos los requisitos legales que regulan el aprovechamiento forestal; que cuenta con las autorizaciones que expide la Semarnat y que tramita y usa correctamente la documentación para amparar el transporte y almacenamiento de sus productos forestales.

Debe acreditar, además, que el aprovechamiento se realiza de forma correcta de acuerdo con lo establecido en su programa de manejo; incluso que no se deje basura en las áreas de corta. De igual forma, debe demostrar que protege su bosque de los incendios y plagas forestales y que reforesta las áreas que así lo requieren, entre lo más relevante. En el aspecto social, se verifica que los beneficios del aprovechamiento forestal lleguen a todos quienes legalmente tienen derecho a ello y que hay una participación democrática en la toma de decisiones. De igual forma, se evalúa la forma en que se apoya a los servicios generales de la comunidad, como salud y educación, entre otros.

En todo este proceso, hay una amplia colaboración y participación comprometida de los integrantes de la comunidad y de sus asesores técnicos. Es todo un aprendizaje que les permite comprender lo que implica la certificación y todos los controles, cuidados y compromisos que se deben cumplir para aprovechar correctamente su bosque; se genera, además, una mayor conciencia de los compromisos sociales con la comunidad y con los integrantes de su organización.

Es muy importante tomar en cuenta que ellos aportan de sus propios recursos para lograr y mantener la certificación. Tanto en el costo de las auditorías, como en el de los trabajos de campo que deben cumplir. Los propietarios de predios certificados se comprometen y son conscientes de la importancia de hacer un esfuerzo adicional para manejar correctamente sus bosques. Con todo ello, aportan además un gran beneficio a la sociedad en general, por los servicios ambientales que los bosques nos proveen a todos.

De estos temas desafortunadamente poco se habla, pero es importante saber que en Chihuahua se tienen ya 49 predios certificados, con una superficie de 957,000 hectáreas. Este es sin duda un gran esfuerzo por parte de los propietarios. Lo menos que se debería hacer entonces para apoyarlos, es dar preferencia en las compras de madera a aquellos que cuenten con un sello de certificación; tanto en las compras de gobierno, de empresas, así como de particulares. De esta forma, todos podríamos contribuir para apoyar a aquellos productores que realizan un buen manejo de los bosques.

oestradam81@hotmail.com

Existen en la actualidad diferentes sistemas para certificar que un aprovechamiento forestal se lleva a cabo de forma sostenible. Sin embargo, esto no es sencillo; lograr la certificación exige un gran compromiso y participación por parte de los propietarios y de sus asesores técnicos.

La Comisión Nacional Forestal define la certificación forestal, como un procedimiento voluntario para acreditar el adecuado manejo forestal, mejorar la protección de los ecosistemas forestales y facilitar el acceso a mercados nacionales e internacionales. Dos de estos procesos para certificar el aprovechamiento de un bosque, son la Norma Mexicana NMX-AA-143-SCFI-2015 y la certificación con reconocimiento internacional, acreditada por el FSC (Forest Stewardship Council).

El primer gran esfuerzo es lograr la certificación. Ésta se obtiene a través de una rigurosa evaluación en campo y se otorga cuando los auditores verifican que los aprovechamientos se realizan cumpliendo con los estándares que exigen estos procesos. Pero no es sólo obtener la certificación, es necesario conservarla y para ello se les realizan, además, auditorías anuales.

En términos generales, a través de la certificación, se verifica que el dueño del bosque cumple con todos los requisitos legales que regulan el aprovechamiento forestal; que cuenta con las autorizaciones que expide la Semarnat y que tramita y usa correctamente la documentación para amparar el transporte y almacenamiento de sus productos forestales.

Debe acreditar, además, que el aprovechamiento se realiza de forma correcta de acuerdo con lo establecido en su programa de manejo; incluso que no se deje basura en las áreas de corta. De igual forma, debe demostrar que protege su bosque de los incendios y plagas forestales y que reforesta las áreas que así lo requieren, entre lo más relevante. En el aspecto social, se verifica que los beneficios del aprovechamiento forestal lleguen a todos quienes legalmente tienen derecho a ello y que hay una participación democrática en la toma de decisiones. De igual forma, se evalúa la forma en que se apoya a los servicios generales de la comunidad, como salud y educación, entre otros.

En todo este proceso, hay una amplia colaboración y participación comprometida de los integrantes de la comunidad y de sus asesores técnicos. Es todo un aprendizaje que les permite comprender lo que implica la certificación y todos los controles, cuidados y compromisos que se deben cumplir para aprovechar correctamente su bosque; se genera, además, una mayor conciencia de los compromisos sociales con la comunidad y con los integrantes de su organización.

Es muy importante tomar en cuenta que ellos aportan de sus propios recursos para lograr y mantener la certificación. Tanto en el costo de las auditorías, como en el de los trabajos de campo que deben cumplir. Los propietarios de predios certificados se comprometen y son conscientes de la importancia de hacer un esfuerzo adicional para manejar correctamente sus bosques. Con todo ello, aportan además un gran beneficio a la sociedad en general, por los servicios ambientales que los bosques nos proveen a todos.

De estos temas desafortunadamente poco se habla, pero es importante saber que en Chihuahua se tienen ya 49 predios certificados, con una superficie de 957,000 hectáreas. Este es sin duda un gran esfuerzo por parte de los propietarios. Lo menos que se debería hacer entonces para apoyarlos, es dar preferencia en las compras de madera a aquellos que cuenten con un sello de certificación; tanto en las compras de gobierno, de empresas, así como de particulares. De esta forma, todos podríamos contribuir para apoyar a aquellos productores que realizan un buen manejo de los bosques.

oestradam81@hotmail.com