/ sábado 9 de diciembre de 2023

Rosé Orgullo y Prejuicio

Orgullo y Prejuicio es la máster de las novelas de romance, la historia muestra la esclavitud a la que estaban sujetas las mujeres de esa época. Casarse lo era todo porque ni siquiera podían heredar los bienes de sus padres por ser mujeres. Y en medio de estas desventajas Jane Austen, con un estilo preciosista, con divinos juegos de palabras que tiene uno que volver a leer para entenderlos, escribe de amor verdadero. El galán, el Sr. Darcy, lo tiene todo, es un guapo joven de ojos azules, delgado, varonil, rico de castillos y es, lo más importante para cualquier mujer inteligente, huérfano. Ella, dado lo ideal de aquellos tiempos para una novela de romance, es de un estrato social menor, pero muy bonita, lectora e inteligente. Al leer esta novela, no deja uno de abrir la boca de asombro, porque sus vidas domésticas van mostrando prejuicio tras prejuicio sobre la sexualidad, el comportamiento social, la posición económica. Aunque, creo que hoy vivimos igual, pero nuestros prejuicios se cargaron al otro lado de la balanza y si antes era el peor de los pecados tener sexo fuera del matrimonio para la mujer, ahora es mal visto no tenerlo. Yo, por ejemplo, bueno, más bien una amiga casada, pero que de vez en cuando… perdón me distraje, estaba con el Rosé Orgullo y Prejuicio.

Por esta novela decidí nombrar a uno de nuestros vinos rosados como Orgullo y Prejuicio. Es de uva zinfandel de las parras de la región desértica de Delicias. El vino es de un color salmón brillante. En nariz invade la esencia del durazno, de los cítricos como la toronja, la guayaba, tiene un regusto de frambuesa y frutas silvestres. En boca es de una acidez fresca y vibrante que exige los maridajes con quesos suaves, con ensalada de fresas, de atún, de salmón. Una combinación que me encanta es queso crema relleno de ostiones, bañado de mermelada de la que usted guste, pero revuelta con un toque de chipotle, finalmente lo cubre con trozos de nueces garapiñadas, y lo acompaña con una copa de este Rosé al lado. ¡Qué Manjar!

De paso la etiqueta trae una frase que dice: Perdonaría su orgullo si no fuera porque se metió con el mío, oración que ella le dice, pero entonces él le pide perdón, como deben de pedir todos los hombres de buena voluntad, con razón o sin ella, y entonces ella lo perdona y son felices para siempre. Llevan ya 210 años de felicidad pues la novela salió a la luz en 1813.

Búsqueme en Face como vinicola Diez González y le invito un Rosé para hablar de amores eternos.

Miembro AECHIC

Orgullo y Prejuicio es la máster de las novelas de romance, la historia muestra la esclavitud a la que estaban sujetas las mujeres de esa época. Casarse lo era todo porque ni siquiera podían heredar los bienes de sus padres por ser mujeres. Y en medio de estas desventajas Jane Austen, con un estilo preciosista, con divinos juegos de palabras que tiene uno que volver a leer para entenderlos, escribe de amor verdadero. El galán, el Sr. Darcy, lo tiene todo, es un guapo joven de ojos azules, delgado, varonil, rico de castillos y es, lo más importante para cualquier mujer inteligente, huérfano. Ella, dado lo ideal de aquellos tiempos para una novela de romance, es de un estrato social menor, pero muy bonita, lectora e inteligente. Al leer esta novela, no deja uno de abrir la boca de asombro, porque sus vidas domésticas van mostrando prejuicio tras prejuicio sobre la sexualidad, el comportamiento social, la posición económica. Aunque, creo que hoy vivimos igual, pero nuestros prejuicios se cargaron al otro lado de la balanza y si antes era el peor de los pecados tener sexo fuera del matrimonio para la mujer, ahora es mal visto no tenerlo. Yo, por ejemplo, bueno, más bien una amiga casada, pero que de vez en cuando… perdón me distraje, estaba con el Rosé Orgullo y Prejuicio.

Por esta novela decidí nombrar a uno de nuestros vinos rosados como Orgullo y Prejuicio. Es de uva zinfandel de las parras de la región desértica de Delicias. El vino es de un color salmón brillante. En nariz invade la esencia del durazno, de los cítricos como la toronja, la guayaba, tiene un regusto de frambuesa y frutas silvestres. En boca es de una acidez fresca y vibrante que exige los maridajes con quesos suaves, con ensalada de fresas, de atún, de salmón. Una combinación que me encanta es queso crema relleno de ostiones, bañado de mermelada de la que usted guste, pero revuelta con un toque de chipotle, finalmente lo cubre con trozos de nueces garapiñadas, y lo acompaña con una copa de este Rosé al lado. ¡Qué Manjar!

De paso la etiqueta trae una frase que dice: Perdonaría su orgullo si no fuera porque se metió con el mío, oración que ella le dice, pero entonces él le pide perdón, como deben de pedir todos los hombres de buena voluntad, con razón o sin ella, y entonces ella lo perdona y son felices para siempre. Llevan ya 210 años de felicidad pues la novela salió a la luz en 1813.

Búsqueme en Face como vinicola Diez González y le invito un Rosé para hablar de amores eternos.

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