/ sábado 2 de septiembre de 2023

¿Se perciben ya a nivel local los efectos del cambio climático?

El cambio climático se ha documentado y anunciado desde hace varias décadas. A pesar de ello, para la mayoría de la población, aún se percibe como algo lejano y que sólo lo conocemos por informes, declaraciones o noticias. Sin embargo, sus efectos ya son cada vez más evidentes en nuestro entorno local.

Las alternativas para enfrentar los efectos del cambio climático se dividen en dos grandes vertientes: la mitigación y la adaptación. La mitigación incluye todas aquellas acciones que permitan reducir o capturar las emisiones de gases de efecto invernadero y con ello evitar que aumente su concentración en la atmósfera. Entre las de mayor impacto, están la reducción en el consumo de combustibles fósiles para su uso en la generación de energía eléctrica, el transporte público, comercial o privado, así como en los diferentes procesos industriales y en los sistemas de calefacción.

La adaptación es una vertiente quizá más compleja; implica todo aquello que se debe hacer para que los efectos del cambio climático nos causen el menor daño posible. Es decir, parte de reconocer que el cambio climático ya está presente y que debemos prepararnos para enfrentar sus consecuencias de la mejor manera posible. Para el caso de las condiciones locales, tenemos ya la presencia de algunos eventos como sequías cada vez más recurrentes y extremas o periodos de calor inusualmente altos, que pueden ser atribuibles, de acuerdo con organismos científicos, al cambio climático.

En el presente año, en el estado de Chihuahua estamos observando una severa y prolongada sequía, precisamente en el periodo de verano, que es en el que normalmente se presentan las lluvias más abundantes del año. De acuerdo con información de la Conagua, el promedio histórico de lluvia que se presenta en el estado durante los meses de junio y julio, es de 160 mm; en el presente año, para este período se ha tenido una precipitación de tan sólo 47 mm, lo que significa un 29% de lo que llueve normalmente. Este período de sequía se ha prolongado, contra todo pronóstico, hasta el mes de agosto, aunque aún falta cuantificarlo con los datos que publica en su reporte mensual la Conagua.

Esta sequía atípica ya está provocando serias afectaciones principalmente a los sectores agrícola y ganadero. El caso del sector ganadero es quizá el más preocupante; el periodo de mayor desarrollo de los pastizales, ocurre precisamente durante el período de lluvias de verano y este año no ha ocurrido así. Las zonas de agostadero se observan a estas fechas con pastizales poco desarrollados y otras zonas incluso prácticamente sin pastos. Por ello, desafortunadamente es de esperarse que el problema para el sector ganadero empeore aún más en los próximos meses.

De igual forma, las zonas de agricultura de temporal tienen afectaciones muy importantes. Se han quedado ya sin sembrar algunos cultivos tradicionales muy importantes como el frijol y la avena y hay serias afectaciones en algunas regiones en los cultivos de maíz. En las zonas de agricultura de riego, aunque con menos afectaciones por el importante almacenamiento de las presas que se presentó el verano pasado, de igual forma se ha tenido que utilizar una mayor cantidad de agua para riego de la que normalmente se aplica, con la consecuente reducción en los volúmenes de almacenamiento, que no se tendría de haberse presentado un periodo de lluvias normal.

Ante estas condiciones, es urgente empezar ya a trabajar seriamente a nivel local en el tema de la adaptación al cambio climático. Cómo responder en cada sector productivo, qué cambios se deben hacer y si tenemos plena conciencia de ello y los conocimientos suficientes, porque esta realidad ya está presente. Seguiremos abordando este importante tema en la próxima entrega.

oestradam81@hotmail.com

El cambio climático se ha documentado y anunciado desde hace varias décadas. A pesar de ello, para la mayoría de la población, aún se percibe como algo lejano y que sólo lo conocemos por informes, declaraciones o noticias. Sin embargo, sus efectos ya son cada vez más evidentes en nuestro entorno local.

Las alternativas para enfrentar los efectos del cambio climático se dividen en dos grandes vertientes: la mitigación y la adaptación. La mitigación incluye todas aquellas acciones que permitan reducir o capturar las emisiones de gases de efecto invernadero y con ello evitar que aumente su concentración en la atmósfera. Entre las de mayor impacto, están la reducción en el consumo de combustibles fósiles para su uso en la generación de energía eléctrica, el transporte público, comercial o privado, así como en los diferentes procesos industriales y en los sistemas de calefacción.

La adaptación es una vertiente quizá más compleja; implica todo aquello que se debe hacer para que los efectos del cambio climático nos causen el menor daño posible. Es decir, parte de reconocer que el cambio climático ya está presente y que debemos prepararnos para enfrentar sus consecuencias de la mejor manera posible. Para el caso de las condiciones locales, tenemos ya la presencia de algunos eventos como sequías cada vez más recurrentes y extremas o periodos de calor inusualmente altos, que pueden ser atribuibles, de acuerdo con organismos científicos, al cambio climático.

En el presente año, en el estado de Chihuahua estamos observando una severa y prolongada sequía, precisamente en el periodo de verano, que es en el que normalmente se presentan las lluvias más abundantes del año. De acuerdo con información de la Conagua, el promedio histórico de lluvia que se presenta en el estado durante los meses de junio y julio, es de 160 mm; en el presente año, para este período se ha tenido una precipitación de tan sólo 47 mm, lo que significa un 29% de lo que llueve normalmente. Este período de sequía se ha prolongado, contra todo pronóstico, hasta el mes de agosto, aunque aún falta cuantificarlo con los datos que publica en su reporte mensual la Conagua.

Esta sequía atípica ya está provocando serias afectaciones principalmente a los sectores agrícola y ganadero. El caso del sector ganadero es quizá el más preocupante; el periodo de mayor desarrollo de los pastizales, ocurre precisamente durante el período de lluvias de verano y este año no ha ocurrido así. Las zonas de agostadero se observan a estas fechas con pastizales poco desarrollados y otras zonas incluso prácticamente sin pastos. Por ello, desafortunadamente es de esperarse que el problema para el sector ganadero empeore aún más en los próximos meses.

De igual forma, las zonas de agricultura de temporal tienen afectaciones muy importantes. Se han quedado ya sin sembrar algunos cultivos tradicionales muy importantes como el frijol y la avena y hay serias afectaciones en algunas regiones en los cultivos de maíz. En las zonas de agricultura de riego, aunque con menos afectaciones por el importante almacenamiento de las presas que se presentó el verano pasado, de igual forma se ha tenido que utilizar una mayor cantidad de agua para riego de la que normalmente se aplica, con la consecuente reducción en los volúmenes de almacenamiento, que no se tendría de haberse presentado un periodo de lluvias normal.

Ante estas condiciones, es urgente empezar ya a trabajar seriamente a nivel local en el tema de la adaptación al cambio climático. Cómo responder en cada sector productivo, qué cambios se deben hacer y si tenemos plena conciencia de ello y los conocimientos suficientes, porque esta realidad ya está presente. Seguiremos abordando este importante tema en la próxima entrega.

oestradam81@hotmail.com