/ miércoles 1 de mayo de 2019

Un paseo por Chiapas

Oiga, me dijeron que iba a llover. -Usted no se preocupe y disfrute, no caerá ninguna gota. Mis clientes siempre preguntan lo mismo. Oiga, y ¿el café? -Busque uno de altura, que se dé a más de 1,000 metros, ese es el bueno. Morena está en el poder, dice el conductor, se mofa y dice que sí habrá una 4T, buena o mala pero la habrá; esperemos que sea buena. Comenzamos a ascender por la Sierra Madre de Chiapas hasta llegar a los 2,400 m; de pronto entre la neblina se mostró San Cristóbal de las Casas, ciudad llena de calidez que hace no querer abandonarla por su magnificencia. Sus casas y establecimientos se pintan con base a catálogos, haciéndola ver como un rompecabezas donde cada pieza es de colores fiusha, verde, azul, café, amarillo y muchos más para guardar el estilo colonial. Al caer la noche se encienden las calles y se llenan de mujeres vendiendo flores y textiles. Y son mujeres e infantes indígenas (no hombres) quienes permanecen hasta la media noche en las banquetas tratando de ganarse la vida, lo que evidencia su alta vulnerabilidad y su lugar en la sociedad. Reflexiono con tristeza sobre las desigualdades en nuestro país y continúo viendo cómo se desarrolla la vida, retratando rostros y tratando de escuchar el sonido de los distintos dialectos que cambian con las diversas vestimentas a cada paso que doy, pues son ocho lenguas maternas en el estado y de ahí se desprenden 51 dialectos. Chiapas es muy complejo para amalgamar tanta diversidad cultura.

El aroma a café que inunda las calles empedradas me hipnotiza; me siento en un local para tomar café y después como mole chiapaneco galardonado con el premio a la excelencia, la tradicional sopa Sancristobalense de pan y una bebida de tascalate a base de maíz tostado, canela, achiote y semillas tostadas de cacao. Usted se encuentra en territorio zapatista, aquí el pueblo manda y el gobierno obedece, dice el mesero. El Subcomandante Marcos tenía un Doctorado en Antropología Social y al llegar a Chiapas le indignó el sometimiento y abusos hacia los indígenas y se quedó para defenderlos. Después el movimiento se tergiversó y comenzaron a asociarlo con delincuentes. Somos mexicanos por convicción, no por herencia, continúa diciendo. Al día siguiente voy a Palenque y a las Cascadas de Agua Azul, posteriormente a las Lagunas de Montebello, Guatemala, Chiapa de Corzo y el Cañón del Sumidero. Chiapas es un regalo de maravillas y bellezas naturales con tanta diversidad cultural, que hay que vivir su experiencia para entenderlo y enamorarse perdidamente de él.

Yanez_flor@hotmail.com


Oiga, me dijeron que iba a llover. -Usted no se preocupe y disfrute, no caerá ninguna gota. Mis clientes siempre preguntan lo mismo. Oiga, y ¿el café? -Busque uno de altura, que se dé a más de 1,000 metros, ese es el bueno. Morena está en el poder, dice el conductor, se mofa y dice que sí habrá una 4T, buena o mala pero la habrá; esperemos que sea buena. Comenzamos a ascender por la Sierra Madre de Chiapas hasta llegar a los 2,400 m; de pronto entre la neblina se mostró San Cristóbal de las Casas, ciudad llena de calidez que hace no querer abandonarla por su magnificencia. Sus casas y establecimientos se pintan con base a catálogos, haciéndola ver como un rompecabezas donde cada pieza es de colores fiusha, verde, azul, café, amarillo y muchos más para guardar el estilo colonial. Al caer la noche se encienden las calles y se llenan de mujeres vendiendo flores y textiles. Y son mujeres e infantes indígenas (no hombres) quienes permanecen hasta la media noche en las banquetas tratando de ganarse la vida, lo que evidencia su alta vulnerabilidad y su lugar en la sociedad. Reflexiono con tristeza sobre las desigualdades en nuestro país y continúo viendo cómo se desarrolla la vida, retratando rostros y tratando de escuchar el sonido de los distintos dialectos que cambian con las diversas vestimentas a cada paso que doy, pues son ocho lenguas maternas en el estado y de ahí se desprenden 51 dialectos. Chiapas es muy complejo para amalgamar tanta diversidad cultura.

El aroma a café que inunda las calles empedradas me hipnotiza; me siento en un local para tomar café y después como mole chiapaneco galardonado con el premio a la excelencia, la tradicional sopa Sancristobalense de pan y una bebida de tascalate a base de maíz tostado, canela, achiote y semillas tostadas de cacao. Usted se encuentra en territorio zapatista, aquí el pueblo manda y el gobierno obedece, dice el mesero. El Subcomandante Marcos tenía un Doctorado en Antropología Social y al llegar a Chiapas le indignó el sometimiento y abusos hacia los indígenas y se quedó para defenderlos. Después el movimiento se tergiversó y comenzaron a asociarlo con delincuentes. Somos mexicanos por convicción, no por herencia, continúa diciendo. Al día siguiente voy a Palenque y a las Cascadas de Agua Azul, posteriormente a las Lagunas de Montebello, Guatemala, Chiapa de Corzo y el Cañón del Sumidero. Chiapas es un regalo de maravillas y bellezas naturales con tanta diversidad cultural, que hay que vivir su experiencia para entenderlo y enamorarse perdidamente de él.

Yanez_flor@hotmail.com