/ domingo 24 de diciembre de 2023

Amor con amor se paga

Una de las actividades más satisfactorias del ser humano, del ser humanista, del ser de izquierda, es llevar el producto de muchos años de lucha social a quienes eran beneficiarios de nuestro ideario, el pueblo.

Lo hemos logrado; gracias al apoyo de todos hemos conquistado juntos la Presidencia de la República. Ahora vemos que no es suficiente conquistar el Poder Ejecutivo sin los otros dos poderes, el Legislativo y el Judicial que permanecen en manos de la oposición. Es nuestra siguiente tarea, conquistar el Poder Legislativo, no sólo para modificar las leyes a favor del pueblo sino para impedir también que la oposición continúe apropiándose del aparato de justicia.

La democracia es votar en las elecciones, nos repetían una y otra vez los prianistas, pero no nos decían que la democracia es el poder del pueblo y nos llamaban a votar por los representantes del poder económico, por la oligarquía.

Entonces, recorriendo el país nuestro presidente, junto con otros luchadores sociales, comenzó la revolución de las conciencias; así la gente supo que quien gobernaba no era el pueblo, era el poder económico. Así supimos que oligarquía no es el poder del pueblo, sino el de los organismos patronales, el poder del dinero… y la gente despertó y en 2018 cambió la historia, nuevamente, con la suficiente fuerza como para no dejar espacio al fraude.

A partir de 2018 gobierna el pueblo; las leyes, que por décadas se modificaron a favor del poder económico, ahora se modificaron a favor del pueblo, a favor de los olvidados por la política neoliberal que sólo salvaba a empresarios, que torcía las leyes para su beneficio, que nunca vieron como el salario de los trabajadores, sexenio tras sexenio, perdía su valor, que cada vez alcanzaba menos para comprar, educar, alimentar, cuidar de la salud de las familias y del esparcimiento ni hablar.

El 2018 fue el renacer de la esperanza, nos enteramos que el único que puede salvar al pueblo es el pueblo, llevamos cinco años siendo testigos de ello ¡Y queremos más! Nuestra fuerza radica en que tanto el pueblo como sus representantes sabemos que luchamos por lo mismo. Así nos entendemos, así nos comprometemos, uno a apoyar y el otro a representarlos dignamente. Sin traiciones, sin zigzagueos.

Por eso el compromiso de representar al pueblo es grande, porque no sólo representamos a quienes hoy reciben los beneficios, sino a miles que se quedaron en el camino, que dieron la vida por cambiar el régimen de injusticias, de despojo, de genocidio. Eso fue el régimen neoliberal, que ahora lucha por regresar a seguir saqueando al país, a seguir despojando al trabajador de un salario digno, a seguir asesinando luchadores sociales. No más Aguas Blancas, no más Ayotzinapa, no más Atencos, no más 68 's…

Ahora, nuevamente el pueblo de Chihuahua me ha honrado eligiéndome, a través de la encuesta de Morena, para representarlo como precandidato al Senado de la República. Es un alto honor y una alta responsabilidad que sabré corresponder, defendiendo como siempre sus intereses, porque por el bien de todos, si al pueblo les va bien, a todos nos va bien. El pueblo es quien mueve la economía, no el gran capital.

Agradezco infinitamente a la militancia y a los simpatizantes de Morena que han depositado su confianza para que este servidor represente sus intereses y su lucha. No los defraudaré. Así lo demanda nuestro pueblo, así lo demandan los luchadores sociales con mística que pavimentaron nuestro camino, los que se fueron y los que aún continúan luchando, por el siguiente paso y por no permitir que viejos políticos neoliberales se apropien de nuestro movimiento en busca de cargos. En nuestro movimiento no hay cargos, hay encargos.

Como nos mandata nuestro pueblo, los representaremos desde la izquierda, sin zigzaguear, sin mentir, sin robar, sin traicionar. Estaremos a la altura.

Amor con amor se paga.

Una de las actividades más satisfactorias del ser humano, del ser humanista, del ser de izquierda, es llevar el producto de muchos años de lucha social a quienes eran beneficiarios de nuestro ideario, el pueblo.

Lo hemos logrado; gracias al apoyo de todos hemos conquistado juntos la Presidencia de la República. Ahora vemos que no es suficiente conquistar el Poder Ejecutivo sin los otros dos poderes, el Legislativo y el Judicial que permanecen en manos de la oposición. Es nuestra siguiente tarea, conquistar el Poder Legislativo, no sólo para modificar las leyes a favor del pueblo sino para impedir también que la oposición continúe apropiándose del aparato de justicia.

La democracia es votar en las elecciones, nos repetían una y otra vez los prianistas, pero no nos decían que la democracia es el poder del pueblo y nos llamaban a votar por los representantes del poder económico, por la oligarquía.

Entonces, recorriendo el país nuestro presidente, junto con otros luchadores sociales, comenzó la revolución de las conciencias; así la gente supo que quien gobernaba no era el pueblo, era el poder económico. Así supimos que oligarquía no es el poder del pueblo, sino el de los organismos patronales, el poder del dinero… y la gente despertó y en 2018 cambió la historia, nuevamente, con la suficiente fuerza como para no dejar espacio al fraude.

A partir de 2018 gobierna el pueblo; las leyes, que por décadas se modificaron a favor del poder económico, ahora se modificaron a favor del pueblo, a favor de los olvidados por la política neoliberal que sólo salvaba a empresarios, que torcía las leyes para su beneficio, que nunca vieron como el salario de los trabajadores, sexenio tras sexenio, perdía su valor, que cada vez alcanzaba menos para comprar, educar, alimentar, cuidar de la salud de las familias y del esparcimiento ni hablar.

El 2018 fue el renacer de la esperanza, nos enteramos que el único que puede salvar al pueblo es el pueblo, llevamos cinco años siendo testigos de ello ¡Y queremos más! Nuestra fuerza radica en que tanto el pueblo como sus representantes sabemos que luchamos por lo mismo. Así nos entendemos, así nos comprometemos, uno a apoyar y el otro a representarlos dignamente. Sin traiciones, sin zigzagueos.

Por eso el compromiso de representar al pueblo es grande, porque no sólo representamos a quienes hoy reciben los beneficios, sino a miles que se quedaron en el camino, que dieron la vida por cambiar el régimen de injusticias, de despojo, de genocidio. Eso fue el régimen neoliberal, que ahora lucha por regresar a seguir saqueando al país, a seguir despojando al trabajador de un salario digno, a seguir asesinando luchadores sociales. No más Aguas Blancas, no más Ayotzinapa, no más Atencos, no más 68 's…

Ahora, nuevamente el pueblo de Chihuahua me ha honrado eligiéndome, a través de la encuesta de Morena, para representarlo como precandidato al Senado de la República. Es un alto honor y una alta responsabilidad que sabré corresponder, defendiendo como siempre sus intereses, porque por el bien de todos, si al pueblo les va bien, a todos nos va bien. El pueblo es quien mueve la economía, no el gran capital.

Agradezco infinitamente a la militancia y a los simpatizantes de Morena que han depositado su confianza para que este servidor represente sus intereses y su lucha. No los defraudaré. Así lo demanda nuestro pueblo, así lo demandan los luchadores sociales con mística que pavimentaron nuestro camino, los que se fueron y los que aún continúan luchando, por el siguiente paso y por no permitir que viejos políticos neoliberales se apropien de nuestro movimiento en busca de cargos. En nuestro movimiento no hay cargos, hay encargos.

Como nos mandata nuestro pueblo, los representaremos desde la izquierda, sin zigzaguear, sin mentir, sin robar, sin traicionar. Estaremos a la altura.

Amor con amor se paga.