/ lunes 18 de abril de 2022

Breaking the law!

Por: Román Rivas Hong

No, no me refiero a esa gran canción de Judas Priest que muchos tarareamos por allá en los ochenta, pero sí a los eventos que acontecieron la semana pasada y que pusieron en jaque al comercio internacional de nuestro país con nuestros vecinos del norte. Las revisiones que por espacio de nueve días impuso el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, a todos los camiones que cruzaron por sus fronteras rompieron en lo absoluto los objetivos del T-MEC con respecto a la facilitación comercial en Norteamérica. Las inspecciones al 100% de los tráileres que cruzan la frontera de Texas con México arrancaron el pasado 7 de abril ante la inconformidad del republicano con la política migratoria del presidente estadounidense Joe Biden (demócrata). El gobernador Abbott, que busca su reelección este año, protestó en especial por el próximo fin de la política Título 42, que creó el entonces presidente Donald Trump y que permite expulsar sumariamente a migrantes alegando la pandemia del Covid-19. Su protesta, sin embargo, jamás consideró los acuerdos que ambos países firmaron mediante el T-MEC.

En este tratado, firmado todavía durante la administración Trump y en la antesala del cambio de gobierno federal en México, se incluyó el capítulo 7, de administración aduanera y facilitación de comercio, con el fin de que los flujos comerciales entre los países encontraran la mayor sencillez para realizar el intercambio. En su artículo 7.21, de inspecciones fronterizas, se destaca que los países colaborarán para que el comercio entre los mismos se realice de forma eficiente: “Las partes (países) cooperarán entre sí, según sea apropiado, con el fin de facilitar el comercio promoviendo un procesamiento eficiente y efectivo de las importaciones y exportaciones a través de sus puertos de entrada”, refiere el T-MEC. Sin embargo, a pesar de ser éste un conflicto de ámbito federal, no hubo ningún tipo de interacción de la Federación para resolverlo, vaya, ni siquiera fue tema de interés en la pasada “mañanera” del miércoles 13 de abril, terminando así la responsabilidad para lograr acuerdos en los gobernadores fronterizos, llevándose el “farol” el gobernador de Nuevo Léon, Samuel García, logrando firmar el primer acuerdo con su contraparte americana bajo la promesa de establecer una especie de “Border Patrol” en los 14 kilómetros que Nuevo León tiene con el estado de Texas. Una vez firmado este acuerdo se sumó nuestro estado, Chihuahua, luego Coahuila y por último Tamaulipas, logrando firmar acuerdos similares replicando acciones del modelo que presentó Nuevo León.

Pese a la dura retórica del gobernador Abbott durante los nueve días que duraron las inspecciones, su gobierno no logró ningún resultado importante: cerca de 7,000 unidades fueron inspeccionadas causando retrasos hasta de 20 horas a los transportistas en las diferentes fronteras que colindan con su estado sin detener absolutamente a ningún migrante y sin decomisar drogas; el único hallazgo significativo fue la sanción a un 25% de estos tráileres debido a fallas mecánicas (y cuyo efecto es hacia ambos lados de la frontera).

El pasado viernes 15 de abril, el gobernador Abbott “derogó” por completo las inspecciones al haberse alcanzado el cuarto y último acuerdo con el Gobierno de Tamaulipas, aunque para entonces la presión y el descontento de muchas organizaciones estadounidenses, empezando por las empresas que representan a nuestro sector, estaban ya en un punto muy álgido. Increíble ver la indiferencia del gobierno federal ante una situación que afectó a todos los exportadores del país; los costos asociados de este conflicto -que asciende a miles de millones de pesos- terminarán siendo pagados por las mismas empresas que, sumados a la cantidad de problemas que actualmente tiene la cadena de suministro, terminan por afectar a todos los que trabajamos en la industria manufacturera de exportación. Bien por el Estado y nuestra gobernadora Maru Campos por haberse sumado rápidamente a un acuerdo, aún cuando ella misma había convocado previamente a los gobernadores fronterizos para hacer un frente común de posicionamiento. Se nota el desmarcamiento de Nuevo León; ojalá y sea para bien en el futuro.


Por: Román Rivas Hong

No, no me refiero a esa gran canción de Judas Priest que muchos tarareamos por allá en los ochenta, pero sí a los eventos que acontecieron la semana pasada y que pusieron en jaque al comercio internacional de nuestro país con nuestros vecinos del norte. Las revisiones que por espacio de nueve días impuso el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, a todos los camiones que cruzaron por sus fronteras rompieron en lo absoluto los objetivos del T-MEC con respecto a la facilitación comercial en Norteamérica. Las inspecciones al 100% de los tráileres que cruzan la frontera de Texas con México arrancaron el pasado 7 de abril ante la inconformidad del republicano con la política migratoria del presidente estadounidense Joe Biden (demócrata). El gobernador Abbott, que busca su reelección este año, protestó en especial por el próximo fin de la política Título 42, que creó el entonces presidente Donald Trump y que permite expulsar sumariamente a migrantes alegando la pandemia del Covid-19. Su protesta, sin embargo, jamás consideró los acuerdos que ambos países firmaron mediante el T-MEC.

En este tratado, firmado todavía durante la administración Trump y en la antesala del cambio de gobierno federal en México, se incluyó el capítulo 7, de administración aduanera y facilitación de comercio, con el fin de que los flujos comerciales entre los países encontraran la mayor sencillez para realizar el intercambio. En su artículo 7.21, de inspecciones fronterizas, se destaca que los países colaborarán para que el comercio entre los mismos se realice de forma eficiente: “Las partes (países) cooperarán entre sí, según sea apropiado, con el fin de facilitar el comercio promoviendo un procesamiento eficiente y efectivo de las importaciones y exportaciones a través de sus puertos de entrada”, refiere el T-MEC. Sin embargo, a pesar de ser éste un conflicto de ámbito federal, no hubo ningún tipo de interacción de la Federación para resolverlo, vaya, ni siquiera fue tema de interés en la pasada “mañanera” del miércoles 13 de abril, terminando así la responsabilidad para lograr acuerdos en los gobernadores fronterizos, llevándose el “farol” el gobernador de Nuevo Léon, Samuel García, logrando firmar el primer acuerdo con su contraparte americana bajo la promesa de establecer una especie de “Border Patrol” en los 14 kilómetros que Nuevo León tiene con el estado de Texas. Una vez firmado este acuerdo se sumó nuestro estado, Chihuahua, luego Coahuila y por último Tamaulipas, logrando firmar acuerdos similares replicando acciones del modelo que presentó Nuevo León.

Pese a la dura retórica del gobernador Abbott durante los nueve días que duraron las inspecciones, su gobierno no logró ningún resultado importante: cerca de 7,000 unidades fueron inspeccionadas causando retrasos hasta de 20 horas a los transportistas en las diferentes fronteras que colindan con su estado sin detener absolutamente a ningún migrante y sin decomisar drogas; el único hallazgo significativo fue la sanción a un 25% de estos tráileres debido a fallas mecánicas (y cuyo efecto es hacia ambos lados de la frontera).

El pasado viernes 15 de abril, el gobernador Abbott “derogó” por completo las inspecciones al haberse alcanzado el cuarto y último acuerdo con el Gobierno de Tamaulipas, aunque para entonces la presión y el descontento de muchas organizaciones estadounidenses, empezando por las empresas que representan a nuestro sector, estaban ya en un punto muy álgido. Increíble ver la indiferencia del gobierno federal ante una situación que afectó a todos los exportadores del país; los costos asociados de este conflicto -que asciende a miles de millones de pesos- terminarán siendo pagados por las mismas empresas que, sumados a la cantidad de problemas que actualmente tiene la cadena de suministro, terminan por afectar a todos los que trabajamos en la industria manufacturera de exportación. Bien por el Estado y nuestra gobernadora Maru Campos por haberse sumado rápidamente a un acuerdo, aún cuando ella misma había convocado previamente a los gobernadores fronterizos para hacer un frente común de posicionamiento. Se nota el desmarcamiento de Nuevo León; ojalá y sea para bien en el futuro.