/ martes 19 de abril de 2022

Compitió contra él mismo y perdió

Por: Guillermo Luján Peña

El ejercicio de revocación de mandato llevado a cabo el pasado domingo 10 de abril fue mal parido por el mismo presidente, quien se puso a competir Peje contra Peje, y perdió el Peje… ¿Cómo se le puede llamar a eso? ¿Pejendez?

La figura de la democracia participativa es para que el pueblo, los ciudadanos que no estén conformes con un presidente, puedan solicitar, por escrito, con firmas, que se lleve a cabo la revocación de mandato, para ver si la gente quiere que deje el cargo.

En este caso, fueron los “siervos de la nación”, empleados federales, quienes anduvieron recabando firmas en todo el país, por órdenes de AMLO, para solicitar la revocación de mandato. Uno de tantos delitos que se cometieron por parte del presidente y finalmente llenaron el requisito de ley para que se llevara a cabo.

AMLO pide que le revoquen el mandato de ser presidente, increíble, pero así es. Luego no le autoriza más recursos al INE para llevar a cabo la consulta, que es como una elección oficial, que cuesta, según declaraciones de Lorenzo Córdova, $3,800 millones. Esto con el fin de poderle echarle la culpa al INE y desaparecerlo, para volver al sistema de hace 50 años, manejado por la Secretaría de Gobernación, y entonces volver a ganar todas las elecciones por Morena, como eran para el PRI, en aquel entonces, así pongan a un personaje con todos los malos antecedentes o que no sepa leer y escribir.

El presidente López ganó la elección en el 2018 con 30 millones de votos y ahora el pasado domingo sólo logró 14 millones, es decir que perdió más de la mitad de los votos, a pesar de haber comprado con millones de dádivas y de haberlos obligado a ir a votar a favor de Lopez, darles un aventón por el mismo presidente nacional de Morena y miles de camionetas. Necesitaba 38 millones de votos para que tuviera validez, pero no logró ni la mitad.

Tapizaron todo el país con espectaculares apoyando a AMLO y recordando la votación el 10 de abril. Otro delito, que además el tribunal electoral ordenó que se lo quitaran, pero al estilo de López, las leyes y las instituciones no les sirven para nada. Recordar: “Al diablo las instituciones”.

Otra gran perdedora es Claudia Sheinbaum, gobernadora de la Ciudad de México, y quien se supones es el delfín del presidente, para sucederlo, pero al final de cuentas a lo mejor es sólo una cortina de humo para mientras lograr la aprobación de la ley de energía en la Cámara de los Diputados, continúa destrozando toda la selva de la península yucateca para darle paso al Tren Maya, que apunta para ser un fracaso como el Aeropuerto Felipe Angeles, fuera de la CDMX.

La caída tan brutal de la popularidad del presidente se debe entre otros muchos factores, a que no ha cumplido nada de lo que prometió, al contrario: la corrupción está peor que cualquier otro sexenio (la casa gris en Houston del hijo del presidente; nunca ha tenido empleo que se le conozca y compra una casa de más de un millón de dólares); la inseguridad creciendo de forma galopante y cómo no iba a ser así, si los abrazos y no balazos son para los narcos, desde la mamá y el hijo del Chapo, que públicamente los hemos visto muy compas. Prometió meter al Ejército a los cuarteles y los ha sacado más, pero para proteger al narco, no a la población. Canceló el apoyo a las estancias infantiles, era gran apoyo a las mujeres trabajadoras. Canceló el Seguro Popular dejando sin protección médica a millones.

Compitió contra él mismo y perdió.


Por: Guillermo Luján Peña

El ejercicio de revocación de mandato llevado a cabo el pasado domingo 10 de abril fue mal parido por el mismo presidente, quien se puso a competir Peje contra Peje, y perdió el Peje… ¿Cómo se le puede llamar a eso? ¿Pejendez?

La figura de la democracia participativa es para que el pueblo, los ciudadanos que no estén conformes con un presidente, puedan solicitar, por escrito, con firmas, que se lleve a cabo la revocación de mandato, para ver si la gente quiere que deje el cargo.

En este caso, fueron los “siervos de la nación”, empleados federales, quienes anduvieron recabando firmas en todo el país, por órdenes de AMLO, para solicitar la revocación de mandato. Uno de tantos delitos que se cometieron por parte del presidente y finalmente llenaron el requisito de ley para que se llevara a cabo.

AMLO pide que le revoquen el mandato de ser presidente, increíble, pero así es. Luego no le autoriza más recursos al INE para llevar a cabo la consulta, que es como una elección oficial, que cuesta, según declaraciones de Lorenzo Córdova, $3,800 millones. Esto con el fin de poderle echarle la culpa al INE y desaparecerlo, para volver al sistema de hace 50 años, manejado por la Secretaría de Gobernación, y entonces volver a ganar todas las elecciones por Morena, como eran para el PRI, en aquel entonces, así pongan a un personaje con todos los malos antecedentes o que no sepa leer y escribir.

El presidente López ganó la elección en el 2018 con 30 millones de votos y ahora el pasado domingo sólo logró 14 millones, es decir que perdió más de la mitad de los votos, a pesar de haber comprado con millones de dádivas y de haberlos obligado a ir a votar a favor de Lopez, darles un aventón por el mismo presidente nacional de Morena y miles de camionetas. Necesitaba 38 millones de votos para que tuviera validez, pero no logró ni la mitad.

Tapizaron todo el país con espectaculares apoyando a AMLO y recordando la votación el 10 de abril. Otro delito, que además el tribunal electoral ordenó que se lo quitaran, pero al estilo de López, las leyes y las instituciones no les sirven para nada. Recordar: “Al diablo las instituciones”.

Otra gran perdedora es Claudia Sheinbaum, gobernadora de la Ciudad de México, y quien se supones es el delfín del presidente, para sucederlo, pero al final de cuentas a lo mejor es sólo una cortina de humo para mientras lograr la aprobación de la ley de energía en la Cámara de los Diputados, continúa destrozando toda la selva de la península yucateca para darle paso al Tren Maya, que apunta para ser un fracaso como el Aeropuerto Felipe Angeles, fuera de la CDMX.

La caída tan brutal de la popularidad del presidente se debe entre otros muchos factores, a que no ha cumplido nada de lo que prometió, al contrario: la corrupción está peor que cualquier otro sexenio (la casa gris en Houston del hijo del presidente; nunca ha tenido empleo que se le conozca y compra una casa de más de un millón de dólares); la inseguridad creciendo de forma galopante y cómo no iba a ser así, si los abrazos y no balazos son para los narcos, desde la mamá y el hijo del Chapo, que públicamente los hemos visto muy compas. Prometió meter al Ejército a los cuarteles y los ha sacado más, pero para proteger al narco, no a la población. Canceló el apoyo a las estancias infantiles, era gran apoyo a las mujeres trabajadoras. Canceló el Seguro Popular dejando sin protección médica a millones.

Compitió contra él mismo y perdió.