/ lunes 22 de enero de 2024

Cuando lo “importante” es competir 

La importancia del telepronter, seguramente eso pensaron panistas, priístas y perredistas y la propia Xóchitl Gálvez en su cierre de precampaña. El uso de esta herramienta (que no estoy satanizando) nos dejó ver lo peligroso que le resulta a la candidata la espontaneidad, pues durante sus pocos y desnutridos actos que tuvo o entrevistas banqueteras, el no contar con un discurso previamente trazado, la dejó al descubierto como lo que es, una campaña gris, sin idea, fundamentada en la historia de vida de la candidata que no tiene nada de especial, una campaña que se perfila a ser solamente un testimonial del triunfo de Claudia Sheinbaum.

La campaña de la oposición no levanta, está recargada en una candidata a la que le cayó de sorpresa el encargo; sigue basada en críticas sin fundamento a un proyecto que, a ver, no es perfecto, sabemos que hay errores, que aún falta por hacer, pero que tiene un objetivo y que no ha cambiado: buscar el bienestar de las personas; la campaña de esta oposición se percibe hasta falsa en algunos momentos porque todo lo que se ve, es muy distinto a todo lo que se escucha.

Mientras la candidata hace lo que puede para ser de menos creíble, sus aliados, que más bien parecen enemigos, se destrozan entre ellos, vaya, ni hace falta meterse, ellos solitos están haciendo más fácil el trabajo de la ciudadanía, mostrándose tal como son, de una mezquindad tal, que a veces hasta sorprende un poco. En su cierre de precampaña, Gálvez optó por presentarse sola, sin la presencia de Marko Cortés, Alejandro Moreno y Jesús Zambrano, porque, regla básica de toda campaña, haz a un lado todoooo lo que reste, y eso hizo.

¿En qué momento tu mayor apoyo se convierte en tu mayor negativo? Cuando les importa más su propio futuro que el de un proyecto. La alianza que tiene a Xóchitl como candidata no está forjada en un interés común que busque que su candidata sea de menos una buena contendiente, sino en salvar el pellejo de lo que queda en cada uno de esos partidos.

Marko Cortés, celoso seguramente del papel de cínico de Alito, decidió arrebatárselo y lo logró, se convirtió en el verdugo de Gálvez al revelar en un tuit las prebendas que tenía con el gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez, y que cuando él creyó que ventilaría, él fue el único ventilado, evidenciado aún más su avaricia, ya de por sí mostrada en su primer lugar en la lista de plurinominales para el Senado, como asegurando que el barco se hundirá pero que él estará a salvo.

Ahí está, ya en segundo lugar Alito, que ya aseguró su propia sobrevivencia pero que es un negativo para la campaña porque justamente como dijo Gálvez, representa al PRI más corrupto. Y pues ahí nomás viendo Zambrano, con un PRD que no suma en ningún lado, porque ya no tiene nada en ningún estado ni distrito ni colonia. La verdad es que en esta elección estos dos partidos hasta corren el riesgo de desaparecer así que poco suman a la dichosa alianza.

Junio de 2024 dejará a Xóchitl en una lejana segunda posición pero con los “líderes” de estos 3 partidos bien posicionados en las Cámaras, a todas y todos aquellos que confabulan en las sombras, en un buen lugar de las listas plurinominales. La incomodidad de Gálvez que hemos visto ya desde hace semanas tiene un origen muy claro, y no es el saber que no habrá manera en que logre revertir el resultado que ya se ve en todas las encuestas, no, ya ni siquiera es eso, es quizás el arrepentimiento de haber confiando en que la mezquindad de estos tres partidos podría dejarse de lado para darle paso a su candidatura, y pues no, no fue así.


La importancia del telepronter, seguramente eso pensaron panistas, priístas y perredistas y la propia Xóchitl Gálvez en su cierre de precampaña. El uso de esta herramienta (que no estoy satanizando) nos dejó ver lo peligroso que le resulta a la candidata la espontaneidad, pues durante sus pocos y desnutridos actos que tuvo o entrevistas banqueteras, el no contar con un discurso previamente trazado, la dejó al descubierto como lo que es, una campaña gris, sin idea, fundamentada en la historia de vida de la candidata que no tiene nada de especial, una campaña que se perfila a ser solamente un testimonial del triunfo de Claudia Sheinbaum.

La campaña de la oposición no levanta, está recargada en una candidata a la que le cayó de sorpresa el encargo; sigue basada en críticas sin fundamento a un proyecto que, a ver, no es perfecto, sabemos que hay errores, que aún falta por hacer, pero que tiene un objetivo y que no ha cambiado: buscar el bienestar de las personas; la campaña de esta oposición se percibe hasta falsa en algunos momentos porque todo lo que se ve, es muy distinto a todo lo que se escucha.

Mientras la candidata hace lo que puede para ser de menos creíble, sus aliados, que más bien parecen enemigos, se destrozan entre ellos, vaya, ni hace falta meterse, ellos solitos están haciendo más fácil el trabajo de la ciudadanía, mostrándose tal como son, de una mezquindad tal, que a veces hasta sorprende un poco. En su cierre de precampaña, Gálvez optó por presentarse sola, sin la presencia de Marko Cortés, Alejandro Moreno y Jesús Zambrano, porque, regla básica de toda campaña, haz a un lado todoooo lo que reste, y eso hizo.

¿En qué momento tu mayor apoyo se convierte en tu mayor negativo? Cuando les importa más su propio futuro que el de un proyecto. La alianza que tiene a Xóchitl como candidata no está forjada en un interés común que busque que su candidata sea de menos una buena contendiente, sino en salvar el pellejo de lo que queda en cada uno de esos partidos.

Marko Cortés, celoso seguramente del papel de cínico de Alito, decidió arrebatárselo y lo logró, se convirtió en el verdugo de Gálvez al revelar en un tuit las prebendas que tenía con el gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez, y que cuando él creyó que ventilaría, él fue el único ventilado, evidenciado aún más su avaricia, ya de por sí mostrada en su primer lugar en la lista de plurinominales para el Senado, como asegurando que el barco se hundirá pero que él estará a salvo.

Ahí está, ya en segundo lugar Alito, que ya aseguró su propia sobrevivencia pero que es un negativo para la campaña porque justamente como dijo Gálvez, representa al PRI más corrupto. Y pues ahí nomás viendo Zambrano, con un PRD que no suma en ningún lado, porque ya no tiene nada en ningún estado ni distrito ni colonia. La verdad es que en esta elección estos dos partidos hasta corren el riesgo de desaparecer así que poco suman a la dichosa alianza.

Junio de 2024 dejará a Xóchitl en una lejana segunda posición pero con los “líderes” de estos 3 partidos bien posicionados en las Cámaras, a todas y todos aquellos que confabulan en las sombras, en un buen lugar de las listas plurinominales. La incomodidad de Gálvez que hemos visto ya desde hace semanas tiene un origen muy claro, y no es el saber que no habrá manera en que logre revertir el resultado que ya se ve en todas las encuestas, no, ya ni siquiera es eso, es quizás el arrepentimiento de haber confiando en que la mezquindad de estos tres partidos podría dejarse de lado para darle paso a su candidatura, y pues no, no fue así.