/ martes 25 de septiembre de 2018

De la miel a la hiel

Hace unos veinte días que López Obrador había declarado que “el país se encuentra en estabilidad y sin crisis política ni financiera”, reconociendo el país que le estaba dejando Peña Nieto, pero diez días después, en gira “de agradecimiento” que AMLO está haciendo por el país, en Tepic Nayarit, Andrés Manuel soltó su declaración sobre “la situación de bancarrota en que se encuentra el país”, es decir que de la miel con que se habían conducido en la transición, se convirtió en hiel y obtuvo la respuesta de inmediato de Peña Nieto a través del vocero presidencial, Eduardo Sánchez, quien en el momento en que Peña Nieto presenciaba el desfile militar del 15 de septiembre dijo: “No habrá más encuentros entre López Obrador y Peña”, y los dos presidentes no se verán más por ahora.

¿De dónde viene esa discrepancia de tan sólo unos días de por medio? Gerardo Esquivel, futuro subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda de AMLO, le informa que en realidad no hay sobrantes que se decía de los “moches” o de la enorme corrupción que ha habido en el actual gobierno, ya que esto se lo llevaron de los créditos que pidieron prestado, tanto a nivel federal como en los estados, como Chihuahua, pero el presupuesto no tiene sobrantes por sí mismo, por lo que las becas para los ninis, como la pensión de los adultos mayores que prometió López Obrador en su campaña no se iba a poder, ya que eso solo representa 256 mil millones de pesos que definitivamente no se tienen.

Si a esto le agregamos que prometió bajar la gasolina a la mitad en toda la frontera norte de México, así como reducir el Impuesto Sobre la Renta a las empresas de la misma frontera norte, el Peje, que no sabe reconocer sus errores, ya empezó a ver quién se las va a pagar y claro que le gustó el que le va a entregar la silla presidencial para decir que no va a poder cumplir (ojalá) con esas promesas, ya que hay un culpable que se llama Peña Nieto.

Si el hombre se enterca en cumplir sus promesas con un presupuesto que no da para eso, el país se va a ir a la bancarrota de a deveras, como sucedió en los gobiernos populistas de Luis Echevarría Álvarez y José López Portillo.

Por lo pronto con su declaración ya ahuyentó inversiones muy importantes que venían en camino y que iban a generar empleos y por lo tanto impuestos para el gobierno, esto a pesar de que las casas evaluadoras como Standard & Poor’s, entre otras, siguen manteniendo a México como un país de buena calificación para invertir sin riesgo.

De la miel a la hiel es sólo un paso, como del amor al odio. Al tiempo.


Hace unos veinte días que López Obrador había declarado que “el país se encuentra en estabilidad y sin crisis política ni financiera”, reconociendo el país que le estaba dejando Peña Nieto, pero diez días después, en gira “de agradecimiento” que AMLO está haciendo por el país, en Tepic Nayarit, Andrés Manuel soltó su declaración sobre “la situación de bancarrota en que se encuentra el país”, es decir que de la miel con que se habían conducido en la transición, se convirtió en hiel y obtuvo la respuesta de inmediato de Peña Nieto a través del vocero presidencial, Eduardo Sánchez, quien en el momento en que Peña Nieto presenciaba el desfile militar del 15 de septiembre dijo: “No habrá más encuentros entre López Obrador y Peña”, y los dos presidentes no se verán más por ahora.

¿De dónde viene esa discrepancia de tan sólo unos días de por medio? Gerardo Esquivel, futuro subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda de AMLO, le informa que en realidad no hay sobrantes que se decía de los “moches” o de la enorme corrupción que ha habido en el actual gobierno, ya que esto se lo llevaron de los créditos que pidieron prestado, tanto a nivel federal como en los estados, como Chihuahua, pero el presupuesto no tiene sobrantes por sí mismo, por lo que las becas para los ninis, como la pensión de los adultos mayores que prometió López Obrador en su campaña no se iba a poder, ya que eso solo representa 256 mil millones de pesos que definitivamente no se tienen.

Si a esto le agregamos que prometió bajar la gasolina a la mitad en toda la frontera norte de México, así como reducir el Impuesto Sobre la Renta a las empresas de la misma frontera norte, el Peje, que no sabe reconocer sus errores, ya empezó a ver quién se las va a pagar y claro que le gustó el que le va a entregar la silla presidencial para decir que no va a poder cumplir (ojalá) con esas promesas, ya que hay un culpable que se llama Peña Nieto.

Si el hombre se enterca en cumplir sus promesas con un presupuesto que no da para eso, el país se va a ir a la bancarrota de a deveras, como sucedió en los gobiernos populistas de Luis Echevarría Álvarez y José López Portillo.

Por lo pronto con su declaración ya ahuyentó inversiones muy importantes que venían en camino y que iban a generar empleos y por lo tanto impuestos para el gobierno, esto a pesar de que las casas evaluadoras como Standard & Poor’s, entre otras, siguen manteniendo a México como un país de buena calificación para invertir sin riesgo.

De la miel a la hiel es sólo un paso, como del amor al odio. Al tiempo.