/ lunes 18 de marzo de 2024

De Local a Global: Redefiniendo el Éxito Empresarial

En el editorial anterior, analizamos el concepto de empresas ocultas ("Hidden Champions") que trascienden a nivel internacional por medio de un producto o servicio único, innovación, talento y un crecimiento orgánico. En esta edición, el propósito es explorar el efecto de la cultura empresarial para contar cada vez con más empresas locales de relevancia global.

Erin Meyer, en su libro "The Culture Map", analiza las distintas culturas en el mundo y encuentra comportamientos diferenciales en los países desarrollados. Por ejemplo, al momento de hacer negocios, el enfoque de los latinos es indirecto y evita confrontar o ser realista, mientras que en otros países son francos y se enfocan más claramente en sus objetivos, diciendo no a todo lo que no les agrega valor. En cambio, los latinos son ambiguos y exploran cualquier tipo de negocio, “cultivando” oportunidades aún y cuando no estén relacionadas a su principal foco de negocio, en lugar de apostarle a ser los mejores en un producto o servicio. Esto confunde a los clientes extranjeros o desarrollados, les resta credibilidad y les hace desperdiciar recursos.

Otro elemento es la importancia de los datos duros en los negocios, en comparación con las relaciones personales. En los países desarrollados, los datos duros, hechos comprobables y evidencia científica tienen más peso que la relación, en cambio, en México, se puede privilegiar una relación de negocio, aún cuando no esté fundamentada por indicadores claros de rentabilidad, resultados o beneficios de la empresa oferente. Un ejemplo son los niveles de exigencia y evidencia del cumplimiento de tiempos de entrega por parte de las empresas trasnacionales, que llega a ser de más de 99.5% de cumplimiento, mientras que la empresa local tiende a minimizar esa demanda o no es capaz de diseñar una organización que genere ese resultado. Adicionalmente, las culturas desarrolladas privilegian el enfoque al largo plazo, alta calidad, confiabilidad y la reinversión de utilidades para el crecimiento constante del negocio.

Es evidente que en la ciudad existen varias culturas empresariales: por un lado, las de empresas foráneas o locales con presencia internacional que tienden a parecerse a las "Hidden Champions", y por otro, las empresas locales que siguen siendo todólogas, toman decisiones pensando solo en el corto plazo y que cambian de estrategia frecuentemente, queriendo "aprovechar" cada nueva oportunidad que se presenta en el camino, en lugar de enfocarse en construir un nicho en el que sean competitivas.

Para tener empresas globales, es indispensable cambiar la mentalidad empresarial. Invito a los empresarios de Chihuahua a que hagamos un alto en el camino y redefinamos nuestras creencias y paradigmas de éxito, y valoremos con toda seriedad cómo enfocarnos en crear más valor, maximizando el uso de nuestros talentos y habilidades únicas para crear empresas altamente enfocadas y globalmente competitivas.

Recordemos que los empresarios tenemos la noble misión de crear progreso para la sociedad, diseñando e implementando modelos de negocio exitosos que generen y compartan alto valor para los accionistas, aliados, colaboradores, comunidad y clientes.

En el editorial anterior, analizamos el concepto de empresas ocultas ("Hidden Champions") que trascienden a nivel internacional por medio de un producto o servicio único, innovación, talento y un crecimiento orgánico. En esta edición, el propósito es explorar el efecto de la cultura empresarial para contar cada vez con más empresas locales de relevancia global.

Erin Meyer, en su libro "The Culture Map", analiza las distintas culturas en el mundo y encuentra comportamientos diferenciales en los países desarrollados. Por ejemplo, al momento de hacer negocios, el enfoque de los latinos es indirecto y evita confrontar o ser realista, mientras que en otros países son francos y se enfocan más claramente en sus objetivos, diciendo no a todo lo que no les agrega valor. En cambio, los latinos son ambiguos y exploran cualquier tipo de negocio, “cultivando” oportunidades aún y cuando no estén relacionadas a su principal foco de negocio, en lugar de apostarle a ser los mejores en un producto o servicio. Esto confunde a los clientes extranjeros o desarrollados, les resta credibilidad y les hace desperdiciar recursos.

Otro elemento es la importancia de los datos duros en los negocios, en comparación con las relaciones personales. En los países desarrollados, los datos duros, hechos comprobables y evidencia científica tienen más peso que la relación, en cambio, en México, se puede privilegiar una relación de negocio, aún cuando no esté fundamentada por indicadores claros de rentabilidad, resultados o beneficios de la empresa oferente. Un ejemplo son los niveles de exigencia y evidencia del cumplimiento de tiempos de entrega por parte de las empresas trasnacionales, que llega a ser de más de 99.5% de cumplimiento, mientras que la empresa local tiende a minimizar esa demanda o no es capaz de diseñar una organización que genere ese resultado. Adicionalmente, las culturas desarrolladas privilegian el enfoque al largo plazo, alta calidad, confiabilidad y la reinversión de utilidades para el crecimiento constante del negocio.

Es evidente que en la ciudad existen varias culturas empresariales: por un lado, las de empresas foráneas o locales con presencia internacional que tienden a parecerse a las "Hidden Champions", y por otro, las empresas locales que siguen siendo todólogas, toman decisiones pensando solo en el corto plazo y que cambian de estrategia frecuentemente, queriendo "aprovechar" cada nueva oportunidad que se presenta en el camino, en lugar de enfocarse en construir un nicho en el que sean competitivas.

Para tener empresas globales, es indispensable cambiar la mentalidad empresarial. Invito a los empresarios de Chihuahua a que hagamos un alto en el camino y redefinamos nuestras creencias y paradigmas de éxito, y valoremos con toda seriedad cómo enfocarnos en crear más valor, maximizando el uso de nuestros talentos y habilidades únicas para crear empresas altamente enfocadas y globalmente competitivas.

Recordemos que los empresarios tenemos la noble misión de crear progreso para la sociedad, diseñando e implementando modelos de negocio exitosos que generen y compartan alto valor para los accionistas, aliados, colaboradores, comunidad y clientes.