/ lunes 8 de enero de 2024

La democracia en peligro: ¿Qué podemos hacer?

Tu y yo somos parte de esa pequeña minoría, en peligro de extinción, que nos interesamos por los asuntos públicos. ¿Podremos hacer algo para contagiar a los demás?

La democracia es un sistema político en el cual la soberanía reside en el pueblo, que la ejercen directamente o por medio de representantes. Es muy grave que la mayoría de las personas sean indiferentes a las decisiones que afectan sus vidas. En el 2018, en nuestro estado solo votó 54% de electores.

En México, la democracia es una conquista reciente de esta generación, pero es inmadura todavía. Faltan instituciones autónomas y fuertes, y una ciudadanía activa votando y exigiendo a las autoridades. En 1990, el 50% de la población apoyaba la democracia, pero ahora solo el 38% lo hace. De seguir esta tendencia, la siguiente generación será aún más apática, entregando más poder a la clase política.

Según Latinobarómetro el 20% de la población habla de política y solo 10% busca influir en los demás. La credibilidad de los partidos políticos y gobiernos es baja, mientras que instituciones como la iglesia y las empresas locales son más creíbles.

Sin duda, debemos hacer algo extraordinario y no solo conformarnos con participar, sino influir, motivar y convencer a otros a que se involucren.

Creemos que los partidos son los únicos que tienen la misión de convencer a la población de participar, pero nos corresponde a nosotros estar informados, ser críticos de las acciones de los gobernantes, elaborar propuestas de lo que deben hacer y exigirles compromisos concretos a cambio de nuestro apoyo.

Es urgente platicar más de política en nuestros círculos de influencia naturales: con amigos, en la empresa, y clubes a los que asistimos. Inclusive con nuestros hijos para aumentar la participación de los jóvenes que son los que menos votan, no seamos indiferentes a su apatía.

Nosotros comprendemos por qué participar, pero al resto de la población quizás solo debemos explicarle las reglas del juego ciudadano y su impacto en el desarrollo.

Un buen Presidente de la República mejora los servicios de educación, el IMSS, electricidad, carreteras, combate al crimen organizado y mejora el ambiente de negocios para que lleguen mejores empleos. Los diputados y senadores crean leyes, exigen buenos resultados, y son contrapeso al Presidente.

Alcaldes, gobernadores y diputados locales mejoran las calles, el servicio de agua, los parques, la recolección de basura, el tráfico, las vialidades, y la seguridad preventiva en nuestras colonias.

Claro, eso lo harán mejor si nos informamos de sus acciones, les exigimos y les ayudamos.

Finalmente, explicarles a los demás que si cada vez menos se interesan en la política, dejaremos que unos cuantos tengan la tentación olvidar nuestras necesidades, solo verían por ellos, corromperían más las instituciones y seríamos un país más pobre y mediocre.

Es urgente cambiar el paradigma de que no hay que hablar de política. Mejor aprendamos a hacerlo en ambiente de respeto y madurez.


Presidente de Canacintra Chihuahua


Tu y yo somos parte de esa pequeña minoría, en peligro de extinción, que nos interesamos por los asuntos públicos. ¿Podremos hacer algo para contagiar a los demás?

La democracia es un sistema político en el cual la soberanía reside en el pueblo, que la ejercen directamente o por medio de representantes. Es muy grave que la mayoría de las personas sean indiferentes a las decisiones que afectan sus vidas. En el 2018, en nuestro estado solo votó 54% de electores.

En México, la democracia es una conquista reciente de esta generación, pero es inmadura todavía. Faltan instituciones autónomas y fuertes, y una ciudadanía activa votando y exigiendo a las autoridades. En 1990, el 50% de la población apoyaba la democracia, pero ahora solo el 38% lo hace. De seguir esta tendencia, la siguiente generación será aún más apática, entregando más poder a la clase política.

Según Latinobarómetro el 20% de la población habla de política y solo 10% busca influir en los demás. La credibilidad de los partidos políticos y gobiernos es baja, mientras que instituciones como la iglesia y las empresas locales son más creíbles.

Sin duda, debemos hacer algo extraordinario y no solo conformarnos con participar, sino influir, motivar y convencer a otros a que se involucren.

Creemos que los partidos son los únicos que tienen la misión de convencer a la población de participar, pero nos corresponde a nosotros estar informados, ser críticos de las acciones de los gobernantes, elaborar propuestas de lo que deben hacer y exigirles compromisos concretos a cambio de nuestro apoyo.

Es urgente platicar más de política en nuestros círculos de influencia naturales: con amigos, en la empresa, y clubes a los que asistimos. Inclusive con nuestros hijos para aumentar la participación de los jóvenes que son los que menos votan, no seamos indiferentes a su apatía.

Nosotros comprendemos por qué participar, pero al resto de la población quizás solo debemos explicarle las reglas del juego ciudadano y su impacto en el desarrollo.

Un buen Presidente de la República mejora los servicios de educación, el IMSS, electricidad, carreteras, combate al crimen organizado y mejora el ambiente de negocios para que lleguen mejores empleos. Los diputados y senadores crean leyes, exigen buenos resultados, y son contrapeso al Presidente.

Alcaldes, gobernadores y diputados locales mejoran las calles, el servicio de agua, los parques, la recolección de basura, el tráfico, las vialidades, y la seguridad preventiva en nuestras colonias.

Claro, eso lo harán mejor si nos informamos de sus acciones, les exigimos y les ayudamos.

Finalmente, explicarles a los demás que si cada vez menos se interesan en la política, dejaremos que unos cuantos tengan la tentación olvidar nuestras necesidades, solo verían por ellos, corromperían más las instituciones y seríamos un país más pobre y mediocre.

Es urgente cambiar el paradigma de que no hay que hablar de política. Mejor aprendamos a hacerlo en ambiente de respeto y madurez.


Presidente de Canacintra Chihuahua