/ lunes 1 de abril de 2024

Renacer para transformar: Un llamado a la acción en esta Pascua

Acabamos de celebrar la resurrección de Jesucristo, iniciando así el período pascual, una tradición que tiene su origen hace miles de años con la liberación de los israelitas de la esclavitud de Egipto. La Pascua la asociamos con el renacer del espíritu hacia lo trascendente, la eternidad, la liberación, o inclusive con el renacimiento propio de la naturaleza que vivimos en la primavera.

El renacimiento implica dejar atrás prácticas viejas o malas para dar vida a otras que eleven nuestro espíritu; implica hacer un alto en el camino, evaluar nuestro entorno y nuestra esencia como personas.

Todos estamos llamados a la plenitud y libertad, y hoy siguen existiendo formas de esclavitud que nos impiden realizarnos, por mencionar algunas: el egoísmo, la individualidad, la comodidad, la apatía en todos los sentidos y muy perjudicial en este tiempo, la apatía electoral, que deja que unos unos cuantos elijan por la mayoría; miles de personas sufriendo por actividades ilícitas como el narcotráfico, la trata de personas, la prostitución, entre otras, gobiernos que prefieren la ignorancia de la gente en lugar de brindar una educación de alta calidad, y en ocasiones un sistema económico que invierte poco en la gente para maximizar sus ganancias.

Aunque algunas de estas prácticas son conscientes, otras son fruto de una inercia en la que no cuestionamos nuestras acciones y simplemente imitamos lo que hacen otros.

Durante los procesos de renovación siempre hay una generación valiente que acepta el llamado a cambiar, aún a costa de perder sus “comodidades” pero consciente que es el precio para que las siguientes generaciones tengan una vida mejor. Así, Moisés inició el éxodo, Juan el Bautista anunció al mesías y los primeros apóstoles dieron continuidad a las enseñanzas de Jesucristo.

La mejora de nuestra sociedad avanzará únicamente con el renacimiento de cada uno de nosotros como personas, profesionistas, ciudadanos, padres de familia o líderes y siempre implica que unos den el primer paso para que los demás los sigan.

La Pascua nos invita a redefinir qué tipo de persona queremos ser y decidir si continuaremos con la inercia de tantos problemas e injusticias o daremos el paso y lucharemos desde nuestras decisiones cotidianas por una sociedad plena, libre, y promotora del desarrollo de las personas.

El camino para renacer está en la virtud, el bien común, la solidaridad y seguir nuestra conciencia para “hacer el bien y evitar el mal” a cada instante. Solos no podremos, necesitamos ayuda de la fe y de una comunidad que aspire a lo mismo.

Por lo pronto, en 60 días tenemos una cita con las elecciones más grandes de la historia de México. Cada uno en conciencia tendrá que discernir qué propuesta política representa un mejor futuro para la libre empresa, la prosperidad de la gente, el florecimiento de las familias, ciudades más seguras, mejor educación, salud e infraestructura para nosotros y nuestros hijos. La primera responsabilidad, sin duda, será votar y convencer a nuestros familiares y amigos de que también lo hagan, y si somos llamados por el INE o IEE a colaborar en la elección, tendremos que ser generosos y donar ese tiempo para construir una mejor sociedad y no ser una generación pasiva.

¡Felices Pascuas de Resurrección!

Ing. Industrial, Presidente de Canacintra en Chihuahua

Acabamos de celebrar la resurrección de Jesucristo, iniciando así el período pascual, una tradición que tiene su origen hace miles de años con la liberación de los israelitas de la esclavitud de Egipto. La Pascua la asociamos con el renacer del espíritu hacia lo trascendente, la eternidad, la liberación, o inclusive con el renacimiento propio de la naturaleza que vivimos en la primavera.

El renacimiento implica dejar atrás prácticas viejas o malas para dar vida a otras que eleven nuestro espíritu; implica hacer un alto en el camino, evaluar nuestro entorno y nuestra esencia como personas.

Todos estamos llamados a la plenitud y libertad, y hoy siguen existiendo formas de esclavitud que nos impiden realizarnos, por mencionar algunas: el egoísmo, la individualidad, la comodidad, la apatía en todos los sentidos y muy perjudicial en este tiempo, la apatía electoral, que deja que unos unos cuantos elijan por la mayoría; miles de personas sufriendo por actividades ilícitas como el narcotráfico, la trata de personas, la prostitución, entre otras, gobiernos que prefieren la ignorancia de la gente en lugar de brindar una educación de alta calidad, y en ocasiones un sistema económico que invierte poco en la gente para maximizar sus ganancias.

Aunque algunas de estas prácticas son conscientes, otras son fruto de una inercia en la que no cuestionamos nuestras acciones y simplemente imitamos lo que hacen otros.

Durante los procesos de renovación siempre hay una generación valiente que acepta el llamado a cambiar, aún a costa de perder sus “comodidades” pero consciente que es el precio para que las siguientes generaciones tengan una vida mejor. Así, Moisés inició el éxodo, Juan el Bautista anunció al mesías y los primeros apóstoles dieron continuidad a las enseñanzas de Jesucristo.

La mejora de nuestra sociedad avanzará únicamente con el renacimiento de cada uno de nosotros como personas, profesionistas, ciudadanos, padres de familia o líderes y siempre implica que unos den el primer paso para que los demás los sigan.

La Pascua nos invita a redefinir qué tipo de persona queremos ser y decidir si continuaremos con la inercia de tantos problemas e injusticias o daremos el paso y lucharemos desde nuestras decisiones cotidianas por una sociedad plena, libre, y promotora del desarrollo de las personas.

El camino para renacer está en la virtud, el bien común, la solidaridad y seguir nuestra conciencia para “hacer el bien y evitar el mal” a cada instante. Solos no podremos, necesitamos ayuda de la fe y de una comunidad que aspire a lo mismo.

Por lo pronto, en 60 días tenemos una cita con las elecciones más grandes de la historia de México. Cada uno en conciencia tendrá que discernir qué propuesta política representa un mejor futuro para la libre empresa, la prosperidad de la gente, el florecimiento de las familias, ciudades más seguras, mejor educación, salud e infraestructura para nosotros y nuestros hijos. La primera responsabilidad, sin duda, será votar y convencer a nuestros familiares y amigos de que también lo hagan, y si somos llamados por el INE o IEE a colaborar en la elección, tendremos que ser generosos y donar ese tiempo para construir una mejor sociedad y no ser una generación pasiva.

¡Felices Pascuas de Resurrección!

Ing. Industrial, Presidente de Canacintra en Chihuahua