/ lunes 19 de febrero de 2024

La brújula de la comunidad: hacia una nueva era en la rendición de cuentas

“No hay viento favorable para el que no sabe a dónde va” – Séneca.


En las últimas semanas, varios informes de instituciones públicas y privadas me llevaron a reflexionar sobre la importancia de una cultura de rendición de cuentas robusta. En el mundo de los negocios y la calidad, se dice que lo que no se mide, no se puede mejorar. Es crucial para todas las instituciones mejorar su entorno y es relevante evaluar si los informes de resultados reflejan prácticas que consoliden sus aportaciones a lo largo del tiempo. La tendencia actual de reportar sin bases medibles y comparables, prevalenciendo la autoreferencia, es preocupante. Por ejemplo, se reporta la cantidad de millones de pesos otorgados en créditos, en lugar del porcentaje de solicitudes de crédito atendidas, lo cual ofrecería una visión clara del progreso y los desafíos.

Tener referencias claras en los informes de resultados nos permite compararnos con otras regiones y descubrir buenas prácticas. En Chihuahua, se ha hecho un esfuerzo por medir la contribución de los gobiernos locales usando como referencia el ranking de competitividad del IMCO (Instituto Mexicano para la Competitividad), lo cual ha mejorado la discusión sobre prioridades, incluyendo la innovación y el emprendimiento, y ha alineado a actores públicos y privados para mejorar la posición de Chihuahua en dicho ranking.

Sin embargo, esta iniciativa se limita a un grupo selecto de líderes y, probablemente, la mayoría de los Chihuahuenses no esté al tanto. Sería ideal que la cultura cívica alcanzara un nivel tal que cada uno de nosotros conociera referencias internacionales de indicadores y nuestra posición en temas como seguridad, educación, áreas verdes, servicios básicos y calidad de vida. Esto nos permitiría priorizar iniciativas como sociedad para enfocar nuestros esfuerzos además de exigir a los políticos durante sus campañas y ejercicios de gobierno.

Existen rankings internacionales que ya miden indicadores como los objetivos para el desarrollo sostenible de la ONU y los indicadores económicos de la OCDE, entre otros. Si queremos evolucionar como sociedad, deberíamos establecer políticas públicas que obliguen a definir metas de gobierno basadas en indicadores de referencia y dedicar esfuerzos para educar a los ciudadanos, especialmente a los jóvenes y a las instituciones de la sociedad civil, para medir los impactos de manera concreta. La rendición de cuentas debe medir el progreso y mostrar evidencia clara.

Una sociedad informada y consciente, con metas claras, establecería las bases para un mejor gobierno, mayor acción solidaria, sinergia entre instituciones y eficiencia en el uso de recursos públicos y privados. En Chihuahua, contamos con ejemplos positivos de profesionalización en este sentido como FICOSEC, FECHAC y PICS, pero aún queda mucho por hacer para que esta cultura se arraigue en toda la población y para que la rendición de cuentas sea más medible y comparable.

Hago un llamado especial a los líderes actuales, a los candidatos de los próximos procesos electorales y a las instituciones en general para avanzar en esta dirección.


Ing. Industrial, Presidente de Canacintra en Chihuahua

“No hay viento favorable para el que no sabe a dónde va” – Séneca.


En las últimas semanas, varios informes de instituciones públicas y privadas me llevaron a reflexionar sobre la importancia de una cultura de rendición de cuentas robusta. En el mundo de los negocios y la calidad, se dice que lo que no se mide, no se puede mejorar. Es crucial para todas las instituciones mejorar su entorno y es relevante evaluar si los informes de resultados reflejan prácticas que consoliden sus aportaciones a lo largo del tiempo. La tendencia actual de reportar sin bases medibles y comparables, prevalenciendo la autoreferencia, es preocupante. Por ejemplo, se reporta la cantidad de millones de pesos otorgados en créditos, en lugar del porcentaje de solicitudes de crédito atendidas, lo cual ofrecería una visión clara del progreso y los desafíos.

Tener referencias claras en los informes de resultados nos permite compararnos con otras regiones y descubrir buenas prácticas. En Chihuahua, se ha hecho un esfuerzo por medir la contribución de los gobiernos locales usando como referencia el ranking de competitividad del IMCO (Instituto Mexicano para la Competitividad), lo cual ha mejorado la discusión sobre prioridades, incluyendo la innovación y el emprendimiento, y ha alineado a actores públicos y privados para mejorar la posición de Chihuahua en dicho ranking.

Sin embargo, esta iniciativa se limita a un grupo selecto de líderes y, probablemente, la mayoría de los Chihuahuenses no esté al tanto. Sería ideal que la cultura cívica alcanzara un nivel tal que cada uno de nosotros conociera referencias internacionales de indicadores y nuestra posición en temas como seguridad, educación, áreas verdes, servicios básicos y calidad de vida. Esto nos permitiría priorizar iniciativas como sociedad para enfocar nuestros esfuerzos además de exigir a los políticos durante sus campañas y ejercicios de gobierno.

Existen rankings internacionales que ya miden indicadores como los objetivos para el desarrollo sostenible de la ONU y los indicadores económicos de la OCDE, entre otros. Si queremos evolucionar como sociedad, deberíamos establecer políticas públicas que obliguen a definir metas de gobierno basadas en indicadores de referencia y dedicar esfuerzos para educar a los ciudadanos, especialmente a los jóvenes y a las instituciones de la sociedad civil, para medir los impactos de manera concreta. La rendición de cuentas debe medir el progreso y mostrar evidencia clara.

Una sociedad informada y consciente, con metas claras, establecería las bases para un mejor gobierno, mayor acción solidaria, sinergia entre instituciones y eficiencia en el uso de recursos públicos y privados. En Chihuahua, contamos con ejemplos positivos de profesionalización en este sentido como FICOSEC, FECHAC y PICS, pero aún queda mucho por hacer para que esta cultura se arraigue en toda la población y para que la rendición de cuentas sea más medible y comparable.

Hago un llamado especial a los líderes actuales, a los candidatos de los próximos procesos electorales y a las instituciones en general para avanzar en esta dirección.


Ing. Industrial, Presidente de Canacintra en Chihuahua