/ domingo 17 de abril de 2022

El abstencionismo, flagelo de las democracias 

Baja participación por revocación de mandato

Crece el “fastidio” ciudadano

Por: José Luis Jáquez

El abstencionismo es un fenómeno creciente, debido a la “fractura” de los partidos, la corrupción, malos candidatos, las promesas incumplidas, traición a principios ideológicos y apatía ciudadana. México no escapa de esta terrible problemática.

Además, hay exceso de procesos electorales, consultas populares sobre ocurrencias gubernamentales; el enjuiciamiento de expresidentes y ahora la llamada revocación de mandato. En todo se siente el fastidio ciudadano.

La participación de los mexicanos es muy baja a pesar del alto costo de cada proceso, principalmente en mantenimiento de los órganos electorales, en la difusión; la “movilización” de simpatizantes y votantes.

Mucho se ha escrito sobre las causas y efectos del abstencionismo, pero vale la pena presentar una parte de uno de los mejores estudios sobre dicho fenómeno, publicado en junio del 2021 en la revista “Alegatos” de la Universidad Autónoma Metropolitana.

La autora es la investigadora Tatyanna Oñate Garza, con el título “El abstencionismo en México”, en el que señala: “México ocupa el lugar número 118 de una lista de 154 países con sistemas electorales multipartidistas, donde la participación ciudadana en elecciones va de un rango de 23% como el caso de Egipto, hasta 99% en el de Turkmenistán”.

Agrega: “El abstencionismo electoral es uno de los flagelos más importantes de las democracias consolidadas alrededor del mundo; sus causas son multifactoriales, y van desde la simple apatía hasta un acto consciente de rechazo a los sistemas electorales y de partidos. Algunos países lo han tratado de resolver de manera muy positiva a través de la modalidad del “voto obligatorio”.

Ha habido muchas promesas de aplicar la austeridad “republicana”, pero sólo en la consulta sobre revocación el Instituto Nacional Electoral utilizó mil 800 millones de pesos. Claro, sin contar el dinero que gastó la clase gobernante y algunas asociaciones (que se crearon a la luz del proceso) en propaganda y en los llamados “acarreos”.

La consulta de revocación no alcanza el 40% para volverse vinculante. Se consideraría válida si participaban 37 millones de mexicanos.

La participaron apenas llegó a 16,502,636 votos, que representa el 17.7% de la lista nominal (que es poco más de 93 millones electores) es decir, se abstuvieron más del 80% de los mexicanos.

El número de votos a favor del presidente fue de 15,159,323 a fin de que siguiera en el cargo hasta el 2024. Votos en contra fueron 1,063,209 y votos nulos 280 mil.

Chihuahua quedó en el lugar 26 de participación, con 11.84% de la lista nominal, que significa 340 mil 497 sufragios, de los cuales 308 mil fueron a favor de la continuidad del presidente; 25 mil 799 votaron en contra y 6 mil 321 sufragios nulos.

Chihuahua se ubicó entre los estados con menos participación nacional, como sucedió en Nuevo León, con un 10.9%, Durango con 10.1%. Jalisco con 9.2%; Quéretaro con 9,1%; Aguascalientes con 8.7% y Guanajuato con un 8.6%. Todas estas entidades son gobernadas por la oposición, como el Partido Acción Nacional y Movimiento Ciudadano.

Donde más votos recibió el presidente fue en Tabasco, con un 30.3%, y Chiapas, con 25.5 por ciento de los electores registrados.

La media nacional de votación fue de 17.77 por ciento de la lista nominal del INE.

Por más esfuerzos y discursos, no se ha podido integrar todos los procesos electorales en una sola jornada. Representa un alto costo y apatía ciudadana.

En el 2018 se renovó la presidencia, la Cámara de Senadores, diputados y varias gubernaturas. Hubo elecciones en cinco estados en el 2019; en el

2021 el intento de juicio a expresidentes; en el 2021 fue la renovación de las cámaras y 15 gubernaturas; en el 2022, la revocación del mandato y elección en seis gubernaturas.

En el 2023 habrá elecciones en Coahuila y el Estado de México. Y en el 2024 serán las elecciones para presidente de la república, las dos cámaras y nueve gubernaturas.

Los instrumentos de consulta y figuras democráticas que se incluyeron recientemente en la constitución y Ley Electoral tienen como intención que los ciudadanos participen más en política y en la solución de los grandes problemas de la nación, sobre todo en ataque a la corrupción, inseguridad, mejora económica, libertad de expresión y derechos humanos.

Por supuesto que los mecanismos de consulta pública pueden mejorarse, con la participación directa de los ciudadanos y plena transparencia, pero no son la única vía democrática para encauzar los intereses de los mexicanos. Tenemos como fortaleza las redes sociales y la prensa libre.

Nos puede seguir: palabrapropia@hotmail.com twiter@palabrapropia


Antena Radio 102.5 FM, de lunes a viernes de 5 a 6 de la tarde


Baja participación por revocación de mandato

Crece el “fastidio” ciudadano

Por: José Luis Jáquez

El abstencionismo es un fenómeno creciente, debido a la “fractura” de los partidos, la corrupción, malos candidatos, las promesas incumplidas, traición a principios ideológicos y apatía ciudadana. México no escapa de esta terrible problemática.

Además, hay exceso de procesos electorales, consultas populares sobre ocurrencias gubernamentales; el enjuiciamiento de expresidentes y ahora la llamada revocación de mandato. En todo se siente el fastidio ciudadano.

La participación de los mexicanos es muy baja a pesar del alto costo de cada proceso, principalmente en mantenimiento de los órganos electorales, en la difusión; la “movilización” de simpatizantes y votantes.

Mucho se ha escrito sobre las causas y efectos del abstencionismo, pero vale la pena presentar una parte de uno de los mejores estudios sobre dicho fenómeno, publicado en junio del 2021 en la revista “Alegatos” de la Universidad Autónoma Metropolitana.

La autora es la investigadora Tatyanna Oñate Garza, con el título “El abstencionismo en México”, en el que señala: “México ocupa el lugar número 118 de una lista de 154 países con sistemas electorales multipartidistas, donde la participación ciudadana en elecciones va de un rango de 23% como el caso de Egipto, hasta 99% en el de Turkmenistán”.

Agrega: “El abstencionismo electoral es uno de los flagelos más importantes de las democracias consolidadas alrededor del mundo; sus causas son multifactoriales, y van desde la simple apatía hasta un acto consciente de rechazo a los sistemas electorales y de partidos. Algunos países lo han tratado de resolver de manera muy positiva a través de la modalidad del “voto obligatorio”.

Ha habido muchas promesas de aplicar la austeridad “republicana”, pero sólo en la consulta sobre revocación el Instituto Nacional Electoral utilizó mil 800 millones de pesos. Claro, sin contar el dinero que gastó la clase gobernante y algunas asociaciones (que se crearon a la luz del proceso) en propaganda y en los llamados “acarreos”.

La consulta de revocación no alcanza el 40% para volverse vinculante. Se consideraría válida si participaban 37 millones de mexicanos.

La participaron apenas llegó a 16,502,636 votos, que representa el 17.7% de la lista nominal (que es poco más de 93 millones electores) es decir, se abstuvieron más del 80% de los mexicanos.

El número de votos a favor del presidente fue de 15,159,323 a fin de que siguiera en el cargo hasta el 2024. Votos en contra fueron 1,063,209 y votos nulos 280 mil.

Chihuahua quedó en el lugar 26 de participación, con 11.84% de la lista nominal, que significa 340 mil 497 sufragios, de los cuales 308 mil fueron a favor de la continuidad del presidente; 25 mil 799 votaron en contra y 6 mil 321 sufragios nulos.

Chihuahua se ubicó entre los estados con menos participación nacional, como sucedió en Nuevo León, con un 10.9%, Durango con 10.1%. Jalisco con 9.2%; Quéretaro con 9,1%; Aguascalientes con 8.7% y Guanajuato con un 8.6%. Todas estas entidades son gobernadas por la oposición, como el Partido Acción Nacional y Movimiento Ciudadano.

Donde más votos recibió el presidente fue en Tabasco, con un 30.3%, y Chiapas, con 25.5 por ciento de los electores registrados.

La media nacional de votación fue de 17.77 por ciento de la lista nominal del INE.

Por más esfuerzos y discursos, no se ha podido integrar todos los procesos electorales en una sola jornada. Representa un alto costo y apatía ciudadana.

En el 2018 se renovó la presidencia, la Cámara de Senadores, diputados y varias gubernaturas. Hubo elecciones en cinco estados en el 2019; en el

2021 el intento de juicio a expresidentes; en el 2021 fue la renovación de las cámaras y 15 gubernaturas; en el 2022, la revocación del mandato y elección en seis gubernaturas.

En el 2023 habrá elecciones en Coahuila y el Estado de México. Y en el 2024 serán las elecciones para presidente de la república, las dos cámaras y nueve gubernaturas.

Los instrumentos de consulta y figuras democráticas que se incluyeron recientemente en la constitución y Ley Electoral tienen como intención que los ciudadanos participen más en política y en la solución de los grandes problemas de la nación, sobre todo en ataque a la corrupción, inseguridad, mejora económica, libertad de expresión y derechos humanos.

Por supuesto que los mecanismos de consulta pública pueden mejorarse, con la participación directa de los ciudadanos y plena transparencia, pero no son la única vía democrática para encauzar los intereses de los mexicanos. Tenemos como fortaleza las redes sociales y la prensa libre.

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