/ martes 27 de febrero de 2018

El espíritu juarista perdura (I)

“México se ha salvado por un principio y por un hombre: el principio, la república, el hombre, Benito Juárez”.  Víctor Hugo

 

“Que el enemigo nos venza y nos robe, si tal es nuestro destino; pero nosotros no debemos legalizar ese atentado, entregándole voluntariamente lo que nos exige por la fuerza. Si la Francia, los Estados Unidos o cualquiera otra nación se apodera de algún punto de nuestro territorio, y por nuestra debilidad no podemos arrojarlo de él dejemos siquiera vivo nuestro derecho para que las generaciones que nos sucedan lo recobren. Malo sería dejarnos desarmar por una fuerza superior, pero sería pésimo desarmar a nuestros hijos privándolos de un buen derecho, que más valientes, más patriotas y sufridos que nosotros, lo harían valer y sabrían reivindicarlo algún día…”. Fragmento de una carta que envió el ilustre patricio a su ministro en Washington, Matías Romero.

Son varios los principios de la aportación que heredó la Reforma Liberal en México que hoy son atacados y violentados por las agrupaciones reaccionarias que medran con el poder. Se ofende al monumento que construyeron los liberales con tanta sangre y sacrificios del pueblo mexicano en materia de estructura del moderno Estado de derecho.  ¡Qué gran herencia recibimos de tan digna generación para establecer nuestro orden jurídico! Hombres de firmes convicciones y de sólidas ideas políticas. Hoy abundan los adláteres del abrevadero en el vacío que traicionan el ideario nacionalista y se abandonan en el oportunismo más abyecto. Cuando sea derrotado su reaccionario candidato, van a quedar huérfanos y no les quedará más camino que formar su propio partido.

En aquellos días aciagos, se dieron casos de oportunismo que toparon piedra con coyol: cuando el presidente Comonfort invitó  Juárez a traicionar el gobierno legítimo, tras el golpe de Estado del Plan de Tacubaya. Con patriotismo y firmeza de convicciones, Juárez lo rechazó. Hoy invocan a Juárez quienes pisotean el espíritu juarista.  

 

 

“México se ha salvado por un principio y por un hombre: el principio, la república, el hombre, Benito Juárez”.  Víctor Hugo

 

“Que el enemigo nos venza y nos robe, si tal es nuestro destino; pero nosotros no debemos legalizar ese atentado, entregándole voluntariamente lo que nos exige por la fuerza. Si la Francia, los Estados Unidos o cualquiera otra nación se apodera de algún punto de nuestro territorio, y por nuestra debilidad no podemos arrojarlo de él dejemos siquiera vivo nuestro derecho para que las generaciones que nos sucedan lo recobren. Malo sería dejarnos desarmar por una fuerza superior, pero sería pésimo desarmar a nuestros hijos privándolos de un buen derecho, que más valientes, más patriotas y sufridos que nosotros, lo harían valer y sabrían reivindicarlo algún día…”. Fragmento de una carta que envió el ilustre patricio a su ministro en Washington, Matías Romero.

Son varios los principios de la aportación que heredó la Reforma Liberal en México que hoy son atacados y violentados por las agrupaciones reaccionarias que medran con el poder. Se ofende al monumento que construyeron los liberales con tanta sangre y sacrificios del pueblo mexicano en materia de estructura del moderno Estado de derecho.  ¡Qué gran herencia recibimos de tan digna generación para establecer nuestro orden jurídico! Hombres de firmes convicciones y de sólidas ideas políticas. Hoy abundan los adláteres del abrevadero en el vacío que traicionan el ideario nacionalista y se abandonan en el oportunismo más abyecto. Cuando sea derrotado su reaccionario candidato, van a quedar huérfanos y no les quedará más camino que formar su propio partido.

En aquellos días aciagos, se dieron casos de oportunismo que toparon piedra con coyol: cuando el presidente Comonfort invitó  Juárez a traicionar el gobierno legítimo, tras el golpe de Estado del Plan de Tacubaya. Con patriotismo y firmeza de convicciones, Juárez lo rechazó. Hoy invocan a Juárez quienes pisotean el espíritu juarista.