/ martes 5 de octubre de 2021

El proceso electoral y la transición democrática

“El que no vota no tiene derecho a quejarse (LOUIS L'AMOUR)

La democracia es un método de organización social que defiende la soberanía de un pueblo permitiéndole elegir libremente a sus gobernantes. Tiene un alto costo tanto económico como político y en nuestro país, desde que se inició la transición democrática el camino no ha sido libre de escollos, aún nos falta mucho para llegar a vivir una democracia plena, pero la ruta está marcada, sólo falta seguirla y depurarla.

Precisamente uno de esos escollos de la democracia se encuentra alojado en los llamados órganos independientes y autónomos, Los institutos electorales, las fiscalías para los delitos electorales, los órganos de Transparencia, etc. Que sin duda han caminado hacia el cambio, pero aún falta depurar algunas formas para asegurar su verdadera independencia, autonomía y sobre todo las formas de integración de estos órganos tan importantes en estos momentos de transición por el camino democrático.

La reciente elección en el estado nos dio una muestra clara del esfuerzo que se requiere para llevar a cabo una tarea de esta naturaleza. Con algunos altibajos, el Instituto Estatal Electoral logró sacar una elección sin demasiado conflicto electoral y postelectoral permitiendo una transición tersa que hoy permite que el nuevo gobierno encamine su trabajo hacia las tareas de su competencia sin lastres electorales.

Poco a poco nuestro país ha cambiado, pero desde el punto de vista de quien esto escribe, hay tareas importantes por hacer. Lo primero sería obtener la confianza total de los ciudadanos en los órganos electorales. Es necesario reforzar la cultura cívica entre los jóvenes. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en los resultados de la encuesta Nacional de Cultura Cívica, señala que a nivel nacional. El 73.4% de la población mayor de 15 años sabe lo que es la democracia y de este porcentaje el 65.2% la considera preferible a cualquier otra forma de gobierno.

Es un buen dato, pero no es suficiente, ya que la mayor concentración de jóvenes preparados cívicamente se encuentra en el centro del país, mientras entidades como la nuestra mantienen un perfil más bajo. De igual forma, otro dato que nos proporciona y que es más preocupante refiere a que sólo el 36 por ciento del grupo señalado indica que la característica que mejor describe a un ciudadano es la de tener responsabilidades, el 29.4% es que los ciudadanos debemos tener derechos, sólo el 10.3% habla de votar, 8.6 dice que contar con educación política y el 4.3 menciona el cumplir los 18 años.

Y el camino es largo, hay que avanzar en democracia participativa, en fortalecer las figuras de participación ciudadana, avanzar en el voto electrónico y en el voto para los extranjeros, en las candidaturas indígenas y grupos minoritarios etc. Correo:

vicmedina@hotmail.com


“El que no vota no tiene derecho a quejarse (LOUIS L'AMOUR)

La democracia es un método de organización social que defiende la soberanía de un pueblo permitiéndole elegir libremente a sus gobernantes. Tiene un alto costo tanto económico como político y en nuestro país, desde que se inició la transición democrática el camino no ha sido libre de escollos, aún nos falta mucho para llegar a vivir una democracia plena, pero la ruta está marcada, sólo falta seguirla y depurarla.

Precisamente uno de esos escollos de la democracia se encuentra alojado en los llamados órganos independientes y autónomos, Los institutos electorales, las fiscalías para los delitos electorales, los órganos de Transparencia, etc. Que sin duda han caminado hacia el cambio, pero aún falta depurar algunas formas para asegurar su verdadera independencia, autonomía y sobre todo las formas de integración de estos órganos tan importantes en estos momentos de transición por el camino democrático.

La reciente elección en el estado nos dio una muestra clara del esfuerzo que se requiere para llevar a cabo una tarea de esta naturaleza. Con algunos altibajos, el Instituto Estatal Electoral logró sacar una elección sin demasiado conflicto electoral y postelectoral permitiendo una transición tersa que hoy permite que el nuevo gobierno encamine su trabajo hacia las tareas de su competencia sin lastres electorales.

Poco a poco nuestro país ha cambiado, pero desde el punto de vista de quien esto escribe, hay tareas importantes por hacer. Lo primero sería obtener la confianza total de los ciudadanos en los órganos electorales. Es necesario reforzar la cultura cívica entre los jóvenes. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en los resultados de la encuesta Nacional de Cultura Cívica, señala que a nivel nacional. El 73.4% de la población mayor de 15 años sabe lo que es la democracia y de este porcentaje el 65.2% la considera preferible a cualquier otra forma de gobierno.

Es un buen dato, pero no es suficiente, ya que la mayor concentración de jóvenes preparados cívicamente se encuentra en el centro del país, mientras entidades como la nuestra mantienen un perfil más bajo. De igual forma, otro dato que nos proporciona y que es más preocupante refiere a que sólo el 36 por ciento del grupo señalado indica que la característica que mejor describe a un ciudadano es la de tener responsabilidades, el 29.4% es que los ciudadanos debemos tener derechos, sólo el 10.3% habla de votar, 8.6 dice que contar con educación política y el 4.3 menciona el cumplir los 18 años.

Y el camino es largo, hay que avanzar en democracia participativa, en fortalecer las figuras de participación ciudadana, avanzar en el voto electrónico y en el voto para los extranjeros, en las candidaturas indígenas y grupos minoritarios etc. Correo:

vicmedina@hotmail.com