/ martes 9 de noviembre de 2021

La importancia de la lectura

“El regalo de un libro, además de obsequio, es un delicado elogio". (Anónimo.)

Con agradecimiento a Ana Rojas y al Lic. Javier Contreras por el obsequio de los libros “A la mitad del camino” y “La banalización de la verdad”, sin dejar de lado al Instituto Estatal Electoral por incluir un artículo nuestro en su libro “Comicios 2021”.

No soy un buen lector, sin embargo, cuando la vida proporciona tiempo por determinada circunstancia del que consideramos “sin que hacer”, vale la pena invertirlo en una buena lectura. Porque tanto la escritura como la lectura son los mayores inventos de la humanidad y han formado miles de generaciones que nos han llevado a los avances tecnológicos con los que hoy contamos.


Porque la lectura nos lleva a niveles insospechados; tan cerca de la fantasía, de la intriga, del entretenimiento, del misterio y del terror como del conocimiento. Es un viaje formidable realizado a través de un documento o dispositivo electrónico. Quien no lee, poco a poco va retrocediendo en su formación.


Pero, además, establece un vínculo fuerte entre quienes manejan los destinos de un municipio, estado o país para con sus conciudadanos. Compartir a través de la escritura o conocer planes y proyectos a través de la lectura fortalece el conocimiento ciudadano logrando la participación de hombres y mujeres en la participación ciudadana.


Por desgracia, nos hemos quedado muy cortos al criticar la poca recordación o el nulo conocimiento en nuestras autoridades de títulos y autores. Pero perdemos de vista de que, en último caso, no es la poca familiaridad con la industria editorial de estos líderes lo que afecta a la sociedad, sino su lejanía con las ideas; su flaco acervo de conceptos; su nula reflexión acerca del Estado, la libertad, la justicia, la política, la equidad, el bien común, el servicio, el desarrollo, la salud, el contrato, la riqueza, y tantos otros temas cotidianos en la agenda de un funcionario público, sobre todo.


Hace algunos años, no pocos, nos gustaba leer títulos de Hermann Hesse, Jalil Gibran, Carlos Castaneda y hasta de Isaac Asimov, pasando después a los títulos originales de éxito como las obras de Carlos Montemayor, Carlos Fuentes, en fin, hay muchos autores para todos los días y para todos los gustos, y el gran libro es aquel que nos envuelve, nos transporta y nos introduce en el mundo del autor olvidando todo lo que está en nuestro entorno.


No hay que dejar de leer, y para los que tenemos la gran oportunidad de escribir y llegar a ciertos lectores doble la responsabilidad, con el sentido crítico, veraz, objetivo, certero y con información de fuente confiable, como lo hacemos desde la Asociación de Editorialistas de Chihuahua, de la cual me honro en pertenecer.

Correo: vicmedina@hotmail.com


“El regalo de un libro, además de obsequio, es un delicado elogio". (Anónimo.)

Con agradecimiento a Ana Rojas y al Lic. Javier Contreras por el obsequio de los libros “A la mitad del camino” y “La banalización de la verdad”, sin dejar de lado al Instituto Estatal Electoral por incluir un artículo nuestro en su libro “Comicios 2021”.

No soy un buen lector, sin embargo, cuando la vida proporciona tiempo por determinada circunstancia del que consideramos “sin que hacer”, vale la pena invertirlo en una buena lectura. Porque tanto la escritura como la lectura son los mayores inventos de la humanidad y han formado miles de generaciones que nos han llevado a los avances tecnológicos con los que hoy contamos.


Porque la lectura nos lleva a niveles insospechados; tan cerca de la fantasía, de la intriga, del entretenimiento, del misterio y del terror como del conocimiento. Es un viaje formidable realizado a través de un documento o dispositivo electrónico. Quien no lee, poco a poco va retrocediendo en su formación.


Pero, además, establece un vínculo fuerte entre quienes manejan los destinos de un municipio, estado o país para con sus conciudadanos. Compartir a través de la escritura o conocer planes y proyectos a través de la lectura fortalece el conocimiento ciudadano logrando la participación de hombres y mujeres en la participación ciudadana.


Por desgracia, nos hemos quedado muy cortos al criticar la poca recordación o el nulo conocimiento en nuestras autoridades de títulos y autores. Pero perdemos de vista de que, en último caso, no es la poca familiaridad con la industria editorial de estos líderes lo que afecta a la sociedad, sino su lejanía con las ideas; su flaco acervo de conceptos; su nula reflexión acerca del Estado, la libertad, la justicia, la política, la equidad, el bien común, el servicio, el desarrollo, la salud, el contrato, la riqueza, y tantos otros temas cotidianos en la agenda de un funcionario público, sobre todo.


Hace algunos años, no pocos, nos gustaba leer títulos de Hermann Hesse, Jalil Gibran, Carlos Castaneda y hasta de Isaac Asimov, pasando después a los títulos originales de éxito como las obras de Carlos Montemayor, Carlos Fuentes, en fin, hay muchos autores para todos los días y para todos los gustos, y el gran libro es aquel que nos envuelve, nos transporta y nos introduce en el mundo del autor olvidando todo lo que está en nuestro entorno.


No hay que dejar de leer, y para los que tenemos la gran oportunidad de escribir y llegar a ciertos lectores doble la responsabilidad, con el sentido crítico, veraz, objetivo, certero y con información de fuente confiable, como lo hacemos desde la Asociación de Editorialistas de Chihuahua, de la cual me honro en pertenecer.

Correo: vicmedina@hotmail.com