/ jueves 21 de noviembre de 2019

El reino de la impunidad o el silencio de los borregos

Las increíbles cifras sobre la impunidad en el país continúan con todo y 4T, ya que de acuerdo a datos de investigadores sólo se denuncian el 10 por ciento de los delitos y de estos no llega al uno por ciento los que son castigados.

El reino de la impunidad crece sin alguna reacción efectiva por parte de la sociedad mexicana, la cual actúa como las ovejas cuando se sacrifica a una de ellas: no se mueven y guardan silencio. Para referencia está la temática de la excelente película mal traducida como “El silencio de los inocentes”, protagonizada por Anthony Hopkins y Jodie Foster.

Las imágenes de las alcaldesas de Manzanillo y Guaymas, resguardadas temerosas en las bases navales de los puertos navales al estar amenazadas de muerte por las bandas criminales, son más que elocuentes sobre la inseguridad que campea en todo el territorio nacional.

Hablando de presidentes municipales, tan sólo en este sexenio han sido asesinados seis en funciones y 10 exalcaldes. Además han sido víctimas mortales 4 síndicos, 1 exsíndico, 4 regidores y 4 exregidores.

Las mujeres viven este año uno de los más cruentos, pues los feminicidios han aumentado a un promedio de 10 diarios, cuando en el 2018 fueron 9 y 7 en el 2016. Una de las principales causas de estas muertes, según las investigadoras del tema, es la guerra entre los cárteles de la droga que utilizan a sus víctimas femeninas como mensajes para sus contrarios.

Los encargados de la protección de los ciudadanos, militares y policías, han sido también blanco recurrente de las balas de los grupos criminales, así como sus familias.

Bueno, ni siquiera los delincuentes respetan a los sacerdotes, pues México ocupa el primer lugar en Latinoamérica con el mayor número de ministros católicos asesinados y el segundo en el mundo. Pese a que en el país no existe la persecución religiosa o un enfrentamiento violento entre iglesias, ha sido al parecer las denuncias hechas por los sacerdotes lo que ha provocado su muerte.

La evidente ausencia de un estado de derecho y de corporaciones eficientes para aplicar la ley es aprovechada por las bandas criminales para imponerse a la sociedad, la cual inerme sólo contempla silenciosamente cómo se sacrifican a sus miembros sin hacer nada y sólo esperando no ser la próxima víctima inmolada.

El silencio de las ovejas es significativo y representativo de una nación en la cual predomina aún la cultura política de ser súbditos sumisos en lugar de ciudadanos libres. Por ello nadie se sorprenda si el día de mañana la mayoría clame para cambiar nuestra incipiente y débil democracia por una “dictadura perfecta”.

Las increíbles cifras sobre la impunidad en el país continúan con todo y 4T, ya que de acuerdo a datos de investigadores sólo se denuncian el 10 por ciento de los delitos y de estos no llega al uno por ciento los que son castigados.

El reino de la impunidad crece sin alguna reacción efectiva por parte de la sociedad mexicana, la cual actúa como las ovejas cuando se sacrifica a una de ellas: no se mueven y guardan silencio. Para referencia está la temática de la excelente película mal traducida como “El silencio de los inocentes”, protagonizada por Anthony Hopkins y Jodie Foster.

Las imágenes de las alcaldesas de Manzanillo y Guaymas, resguardadas temerosas en las bases navales de los puertos navales al estar amenazadas de muerte por las bandas criminales, son más que elocuentes sobre la inseguridad que campea en todo el territorio nacional.

Hablando de presidentes municipales, tan sólo en este sexenio han sido asesinados seis en funciones y 10 exalcaldes. Además han sido víctimas mortales 4 síndicos, 1 exsíndico, 4 regidores y 4 exregidores.

Las mujeres viven este año uno de los más cruentos, pues los feminicidios han aumentado a un promedio de 10 diarios, cuando en el 2018 fueron 9 y 7 en el 2016. Una de las principales causas de estas muertes, según las investigadoras del tema, es la guerra entre los cárteles de la droga que utilizan a sus víctimas femeninas como mensajes para sus contrarios.

Los encargados de la protección de los ciudadanos, militares y policías, han sido también blanco recurrente de las balas de los grupos criminales, así como sus familias.

Bueno, ni siquiera los delincuentes respetan a los sacerdotes, pues México ocupa el primer lugar en Latinoamérica con el mayor número de ministros católicos asesinados y el segundo en el mundo. Pese a que en el país no existe la persecución religiosa o un enfrentamiento violento entre iglesias, ha sido al parecer las denuncias hechas por los sacerdotes lo que ha provocado su muerte.

La evidente ausencia de un estado de derecho y de corporaciones eficientes para aplicar la ley es aprovechada por las bandas criminales para imponerse a la sociedad, la cual inerme sólo contempla silenciosamente cómo se sacrifican a sus miembros sin hacer nada y sólo esperando no ser la próxima víctima inmolada.

El silencio de las ovejas es significativo y representativo de una nación en la cual predomina aún la cultura política de ser súbditos sumisos en lugar de ciudadanos libres. Por ello nadie se sorprenda si el día de mañana la mayoría clame para cambiar nuestra incipiente y débil democracia por una “dictadura perfecta”.