/ martes 20 de febrero de 2024

Perfil humano | El paro nacional de transportistas o la ineficacia de la Guardia Nacional

La semana pasada las organizaciones de transportistas agrupadas en la AMOTAC llevaron a cabo un paro nacional en las principales carreteras y autopistas del país.

La causa de esta protesta es la creciente inseguridad que padecen los choferes en las vías nacionales, pues están a merced del crimen organizado y del desorganizado.

Las bandas de delincuentes operan con completa impunidad asaltando, robando los vehículos e inclusive asesinando a los conductores que les oponen resistencia.

En el tramo carretero hacia Ciudad Juárez a partir de la caseta de Sacramento la semana antepasada los transportistas paralizaron la circulación y la fila de vehículos detenidos llegó a los 30 kilómetros.

La razón de esta protesta fue el homicidio de un chofer y para exigir una mayor seguridad para los operadores y sus unidades, así como para reclamar justicia para su colega victimado.

Por su parte el reciente paro nacional no trastornó las vías terrestres debido a que la mayoría de los transportistas optó por permanecer estacionados en un carril y dejaron transitar a los vehículos.

Los líderes de la AMOTAC le reclaman al gobierno que las patrullas de la Guardia Nacional (GN) brillan por su ausencia y por ello fácilmente son asaltados por los maleantes.

Este cuerpo policiaco fue creado en el presente sexenio para sustituir a la Policía Federal, alegando López Obrador que esta corporación era ineficiente y corrupta.

Para su formación incorporaron sobre todo a elementos del Ejército, con nula preparación en asuntos de seguridad pública.

De hecho la principal actuación de la GN fue para detener la oleada de inmigrantes cuando Trump presionó a López Obrador para que contuviera a los indocumentados o aumentaría los aranceles de los productos mexicanos.

Y esa parece que sigue siendo la principal misión de la Guardia Nacional, detener a los inmigrantes y evadir los enfrentamientos con los cárteles mexicanos.

En las carreteras es donde más se ha hecho evidente la falta de seguridad pues si bien antes la Policía Federal tenía sus fallas y corruptelas no se recuerda una incidencia tan alta de asaltos como la que sufren ahora los transportistas nacionales.

Tampoco se dieron tantos paros nacionales que cada vez son más frecuentes ante la indolencia, ineficiencia si no es que complicidad de la GN.

Las cosas no marchan bien en esta nueva corporación pues otra vez más AMLO insiste en incorporarla a la Sedena, pese a que una buena parte de sus integrantes y mandos son militares.

El problema es que la iniciativa presidencial para crear la Guardia Nacional fue que iba a ser un cuerpo policiaco civil y por lo tanto bajo las órdenes de los funcionarios de seguridad pública.

El caso es que este híbrido inventado por el actual mandatario no ha dado resultados y ahora los transportistas han llegado al hartazgo con sobradas razones.

La respuesta presidencial a las protestas de la AMOTAC fue acusar a sus líderes de ser conservadores y utilizar su movimiento con fines electorales.

En lugar de aceptar sus errores, como siempre el protagonista de las mañaneras no acepta su responsabilidad y toda protesta pública que no sea organizada por él o sus seguidores la considera como obra de sus enemigos.

El problema que afrontan los transportistas es grave pues afecta no sólo al gremio sino a todos los consumidores, por lo que urge una solución eficaz y no las consabidas peroratas presidenciales.


La semana pasada las organizaciones de transportistas agrupadas en la AMOTAC llevaron a cabo un paro nacional en las principales carreteras y autopistas del país.

La causa de esta protesta es la creciente inseguridad que padecen los choferes en las vías nacionales, pues están a merced del crimen organizado y del desorganizado.

Las bandas de delincuentes operan con completa impunidad asaltando, robando los vehículos e inclusive asesinando a los conductores que les oponen resistencia.

En el tramo carretero hacia Ciudad Juárez a partir de la caseta de Sacramento la semana antepasada los transportistas paralizaron la circulación y la fila de vehículos detenidos llegó a los 30 kilómetros.

La razón de esta protesta fue el homicidio de un chofer y para exigir una mayor seguridad para los operadores y sus unidades, así como para reclamar justicia para su colega victimado.

Por su parte el reciente paro nacional no trastornó las vías terrestres debido a que la mayoría de los transportistas optó por permanecer estacionados en un carril y dejaron transitar a los vehículos.

Los líderes de la AMOTAC le reclaman al gobierno que las patrullas de la Guardia Nacional (GN) brillan por su ausencia y por ello fácilmente son asaltados por los maleantes.

Este cuerpo policiaco fue creado en el presente sexenio para sustituir a la Policía Federal, alegando López Obrador que esta corporación era ineficiente y corrupta.

Para su formación incorporaron sobre todo a elementos del Ejército, con nula preparación en asuntos de seguridad pública.

De hecho la principal actuación de la GN fue para detener la oleada de inmigrantes cuando Trump presionó a López Obrador para que contuviera a los indocumentados o aumentaría los aranceles de los productos mexicanos.

Y esa parece que sigue siendo la principal misión de la Guardia Nacional, detener a los inmigrantes y evadir los enfrentamientos con los cárteles mexicanos.

En las carreteras es donde más se ha hecho evidente la falta de seguridad pues si bien antes la Policía Federal tenía sus fallas y corruptelas no se recuerda una incidencia tan alta de asaltos como la que sufren ahora los transportistas nacionales.

Tampoco se dieron tantos paros nacionales que cada vez son más frecuentes ante la indolencia, ineficiencia si no es que complicidad de la GN.

Las cosas no marchan bien en esta nueva corporación pues otra vez más AMLO insiste en incorporarla a la Sedena, pese a que una buena parte de sus integrantes y mandos son militares.

El problema es que la iniciativa presidencial para crear la Guardia Nacional fue que iba a ser un cuerpo policiaco civil y por lo tanto bajo las órdenes de los funcionarios de seguridad pública.

El caso es que este híbrido inventado por el actual mandatario no ha dado resultados y ahora los transportistas han llegado al hartazgo con sobradas razones.

La respuesta presidencial a las protestas de la AMOTAC fue acusar a sus líderes de ser conservadores y utilizar su movimiento con fines electorales.

En lugar de aceptar sus errores, como siempre el protagonista de las mañaneras no acepta su responsabilidad y toda protesta pública que no sea organizada por él o sus seguidores la considera como obra de sus enemigos.

El problema que afrontan los transportistas es grave pues afecta no sólo al gremio sino a todos los consumidores, por lo que urge una solución eficaz y no las consabidas peroratas presidenciales.