/ martes 12 de marzo de 2024

Perfil humano | El histórico derribo de la puerta de Palacio Nacional

El 6 de marzo de este año pasará a la historia mexicana al ser derribada una de las puertas del Palacio Nacional por estudiantes normalistas de Ayotzinapa.

En este siglo y en el pasado no habían destrozado una puerta del recinto que alberga al Poder Ejecutivo federal.

Al parecer sólo fue destruida una en la primera mitad del siglo diecinueve por lo que este hecho es histórico.

AMLO al iniciar su gobierno no quiso hospedarse en Los Pinos como sus antecesores y prefirió vivir en el Palacio Nacional para emular a Benito Juárez.

Era obvio que tarde o temprano este cambio haría más vulnerable el recinto presidencial por las usuales protestas en el Zócalo, como la de las feministas que el pasado día ocho de este mes celebraron su tradicional marcha.

En esta ocasión la celebración de las mujeres de su día fue también memorable pues fueron más de 180 mil las que llenaron las calles y la plaza citada.

Los estudiantes de Ayotzinapa ya habían incendiado la puerta principal en noviembre del 2014 cuando protestaron por la desaparición de 43 de sus compañeros a manos de narcotraficantes y policías de Iguala.

Los sicarios coludidos con las autoridades y posiblemente también con militares de la zona secuestraron a los jóvenes por haber tomado supuestamente un autobús cargado de heroína que le pertenecía a uno de los cárteles guerrerenses.

Los jóvenes normalistas de acuerdo a la versión oficial del gobierno de Peña Nieto fueron asesinados y cremados por los delincuentes, después de que se los entregaron los policías locales.

El ahora procesado procurador Murillo Karam dio a conocer esta “verdad histórica” sobre los crímenes de los estudiantes.

Al ser utilizada la lucha de los padres de las víctimas como una de sus principales banderas de campaña, López Obrador al llegar a la presidencia prometió encontrar a los desaparecidos.

El subsecretario Encinas se encargó de llevar adelante las indagaciones, pero se topó con el ejército ya que no le entregaron algunos expedientes sobre el caso pues aparentemente estaban implicados algunos de sus integrantes.

A quien ha militarizado su gobierno como pocos presidentes no le quedó otra que dar marcha atrás y pedirle la renuncia al molesto de Encinas, su antiguo sustituto en el gobierno de la Ciudad de México.

Enfurecidos una vez más por la renuencia presidencial los padres de los normalistas y sus abogados realizaron una serie de protestas violentas en diversas instalaciones federales en la capital mexicana.

En la fecha citada al principio este grupo protestaba frente a la puerta principal del Palacio Nacional para que los recibiera AMLO, sin resultado alguno.

Entonces optaron por intentar introducirse al edificio por la puerta lateral ubicada en la calle de la Moneda cuando el mandatario estaba llevando a cabo una de sus usuales conferencias mañaneras.

Para ello tomaron una pick up de la CFE y arremetieron contra la puerta de madera destruyéndola. No pudieron avanzar más pues fueron rechazados por los policías militares con gases lacrimógenos.

Ante el escándalo mediático por esta acción López Obrador accedió a entrevistarse con los padres de familia de los normalistas sin sus asesores y abogados, a lo que éstos se negaron.

La reciente muerte de otro normalista a manos de policías estatales en Guerrero enrarece aún más este conflicto por lo que el tema de Ayotzinapa prevalecerá también en estas elecciones aumentando el malestar del inquilino de Palacio Nacional.


El 6 de marzo de este año pasará a la historia mexicana al ser derribada una de las puertas del Palacio Nacional por estudiantes normalistas de Ayotzinapa.

En este siglo y en el pasado no habían destrozado una puerta del recinto que alberga al Poder Ejecutivo federal.

Al parecer sólo fue destruida una en la primera mitad del siglo diecinueve por lo que este hecho es histórico.

AMLO al iniciar su gobierno no quiso hospedarse en Los Pinos como sus antecesores y prefirió vivir en el Palacio Nacional para emular a Benito Juárez.

Era obvio que tarde o temprano este cambio haría más vulnerable el recinto presidencial por las usuales protestas en el Zócalo, como la de las feministas que el pasado día ocho de este mes celebraron su tradicional marcha.

En esta ocasión la celebración de las mujeres de su día fue también memorable pues fueron más de 180 mil las que llenaron las calles y la plaza citada.

Los estudiantes de Ayotzinapa ya habían incendiado la puerta principal en noviembre del 2014 cuando protestaron por la desaparición de 43 de sus compañeros a manos de narcotraficantes y policías de Iguala.

Los sicarios coludidos con las autoridades y posiblemente también con militares de la zona secuestraron a los jóvenes por haber tomado supuestamente un autobús cargado de heroína que le pertenecía a uno de los cárteles guerrerenses.

Los jóvenes normalistas de acuerdo a la versión oficial del gobierno de Peña Nieto fueron asesinados y cremados por los delincuentes, después de que se los entregaron los policías locales.

El ahora procesado procurador Murillo Karam dio a conocer esta “verdad histórica” sobre los crímenes de los estudiantes.

Al ser utilizada la lucha de los padres de las víctimas como una de sus principales banderas de campaña, López Obrador al llegar a la presidencia prometió encontrar a los desaparecidos.

El subsecretario Encinas se encargó de llevar adelante las indagaciones, pero se topó con el ejército ya que no le entregaron algunos expedientes sobre el caso pues aparentemente estaban implicados algunos de sus integrantes.

A quien ha militarizado su gobierno como pocos presidentes no le quedó otra que dar marcha atrás y pedirle la renuncia al molesto de Encinas, su antiguo sustituto en el gobierno de la Ciudad de México.

Enfurecidos una vez más por la renuencia presidencial los padres de los normalistas y sus abogados realizaron una serie de protestas violentas en diversas instalaciones federales en la capital mexicana.

En la fecha citada al principio este grupo protestaba frente a la puerta principal del Palacio Nacional para que los recibiera AMLO, sin resultado alguno.

Entonces optaron por intentar introducirse al edificio por la puerta lateral ubicada en la calle de la Moneda cuando el mandatario estaba llevando a cabo una de sus usuales conferencias mañaneras.

Para ello tomaron una pick up de la CFE y arremetieron contra la puerta de madera destruyéndola. No pudieron avanzar más pues fueron rechazados por los policías militares con gases lacrimógenos.

Ante el escándalo mediático por esta acción López Obrador accedió a entrevistarse con los padres de familia de los normalistas sin sus asesores y abogados, a lo que éstos se negaron.

La reciente muerte de otro normalista a manos de policías estatales en Guerrero enrarece aún más este conflicto por lo que el tema de Ayotzinapa prevalecerá también en estas elecciones aumentando el malestar del inquilino de Palacio Nacional.