/ sábado 2 de marzo de 2019

Entre entelequias te veas

¡Noroña en Las Vegas!



Amable lector, lectora, dígame usted, ¿acaso no son los adoradores del dinero los que van a Las Vegas? Usted y yo como personas simples, comunes, corrientes, a veces más corrientes que comunes -en mi caso, claro, no en el de usted puesto que si me está leyendo es porque es una persona fina y de criterio audaz-, iremos tal vez una vez en la vida para que no nos cuenten. Y todavía tenemos más derecho a ir y apostar que este funcionario público porque en todo caso sería ganado con agua de nuestra frente, no con los impuestos ciudadanos, porque usted, como yo al ver el video, hicimos cuentas: ¿Gana hasta para ir a Las Vegas? Son muy pocos a quienes les alcanza para un fin de semana en Las Vegas.

Pero bueno, cualquier funcionario puede ir a Sodoma, perdón Las Vegas, el picadero legal más grande de América, donde las drogas y el cuerpo se venden con la amable y drogada sonrisa de la policía. Las Vegas es un paraíso de arquitectura divina con almas tan vacías de compasión que quieren llenarlas con dinero, y ahí nos encontramos al líder de la austeridad republicana, el mismo que alaba a Maduro y promueve el odio imperialista, ese que grita para pedir que no le griten, él que critica a Estados Unidos en vez de imitarle su excelente administración pública, su organización y limpieza, sus ciudades bien trazadas, sus servicios públicos impecables. Ah, la hipocresía cómo me pone de malas.

Pero el brote de la primavera me pone de buenas, el nacimiento de nuevos niños, la gente apasionada y trabajadora, los promotores de lectura como Miguel Valdez, el yoga, la familia, los funerales de viejitos, la Fundación Bafar, y hasta que nuestro nuevo presidente haya decidido no pagar la Fórmula Uno, cosa que aplaudo, pues no puede haber espectáculos para ricos pagados por el gobierno de un pueblo pobre.

En fin, aquí en Chihuahua lo más importante de esta semana no es que Noroña es un hipócrita, ni el informe de Corral, ni siquiera que mi nueva novela estará a la venta en Gonvill; no, querido lector, lectora, aquí en Chihuahua la buena noticia se siente en el cuerpo y es que ya se acabó el frío. Que tenga ricos calorcitos.


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