/ jueves 5 de noviembre de 2020

Festejos de la Consumación de la Independencia


“Patria, patria de lágrimas mi patria siempre destrozada”. Guillermo Prieto (1818 – 1897)

No deja de llamar la atención el reiterado anuncio del gobierno de la 4T que con “bombo y platillo” (a pesar de la pandemia) celebraremos el próximo 27 de febrero del 2021 el Bicentenario de la Consumación de la Independencia, con un total de 12 lucidos eventos. Largo periodo dentro del cual frente al Imperio Norteamericano perdimos más de la mitad del territorio en una guerra provocada por ellos (1846 – 1848), bajo el sustento de: "El destino manifiesto"; traducida en una verdadera convocatoria para ejercer la guerra dentro y fuera del país. Así como la intervención francesa para instaurar un imperio en México, la expedición punitiva, etc., actos que han abollado nuestra “presumida“ soberanía.

En este mismo contexto nos preguntamos, si sabrá el presidente Obrador que aquel 27 de septiembre de 1821 el “conservador” Agustín de Iturbide desfiló gallardamente al frente de su ejército por las calles de la capital y al día siguiente la junta gubernativa redactó el Acta definitiva de la Independencia, para su consumación, donde posteriormente se erigiría como pletórico emperador. Entonces sin duda en remembranza a ese hecho histórico el presidente citará a Vicente Guerrero, pero no se podrá omitir el nombre de Agustín Conde Damián de Iturbide y Aramburu.

Sabrá también que en México existe la costumbre de festejar sólo el inicio de la lucha de Independencia, que es cada 15 de septiembre, pero que en realidad fue el 16, sólo que el dictador Porfirio Díaz la erigió por ser día de su cumpleaños y no cada 27 de septiembre, que es el día de la consumación. Porque de ser así se tendrá que declarar cuando menos, monumento histórico el altar de San Felipe de Jesús en la Catedral Metropolitana de México, donde se encuentran actualmente los restos del artífice de la Consumación de la Independencia. Don Lucas Alamán, erudito creador del Archivo General de la Nación, ofreció en su tiempo documentos donde Iturbide traicionando la ordenanza del virrey Apodaca optó por acordar la paz con Guerrero y de esa manera hacer posible la Consumación la Independencia, de lo contrario hubiera costado miles de vidas.

Tampoco creemos sería renunciable festejar la consumación de la Independencia sin dejar de mirar a España, porque heredamos ese notable idioma universal, su cultura y tradiciones en una fusión cosmológica de razas con las culturas autóctonas de las que los mexicanos somos el resultado. Donde exigirles perdón el día de hoy sería tan incongruente como pedirle que ofrezca perdón al próximo presidente de los Estados Unidos por “robarnos” la mitad del territorio, a los chinos por la pandemia, a los franceses por llevarse el penacho presumiblemente de Moctezuma Xocoyotzin, en fin, nunca terminaríamos ni volviendo a instituir el Santo Oficio.

En todo caso proponemos que los festejos del Bicentenario de la Consumación de la Independencia, que fue producto en su tiempo de la unidad de los mexicanos para librarnos del yugo español, se traduzca en una convocatoria de Unidad Nacional, sin distingos ni calificativos. Tenemos que abrir entonces un nuevo ciclo de razonamiento y reconstrucción de este país antes de que se nos vaya de las manos.

efconsultor@yahoo.com


“Patria, patria de lágrimas mi patria siempre destrozada”. Guillermo Prieto (1818 – 1897)

No deja de llamar la atención el reiterado anuncio del gobierno de la 4T que con “bombo y platillo” (a pesar de la pandemia) celebraremos el próximo 27 de febrero del 2021 el Bicentenario de la Consumación de la Independencia, con un total de 12 lucidos eventos. Largo periodo dentro del cual frente al Imperio Norteamericano perdimos más de la mitad del territorio en una guerra provocada por ellos (1846 – 1848), bajo el sustento de: "El destino manifiesto"; traducida en una verdadera convocatoria para ejercer la guerra dentro y fuera del país. Así como la intervención francesa para instaurar un imperio en México, la expedición punitiva, etc., actos que han abollado nuestra “presumida“ soberanía.

En este mismo contexto nos preguntamos, si sabrá el presidente Obrador que aquel 27 de septiembre de 1821 el “conservador” Agustín de Iturbide desfiló gallardamente al frente de su ejército por las calles de la capital y al día siguiente la junta gubernativa redactó el Acta definitiva de la Independencia, para su consumación, donde posteriormente se erigiría como pletórico emperador. Entonces sin duda en remembranza a ese hecho histórico el presidente citará a Vicente Guerrero, pero no se podrá omitir el nombre de Agustín Conde Damián de Iturbide y Aramburu.

Sabrá también que en México existe la costumbre de festejar sólo el inicio de la lucha de Independencia, que es cada 15 de septiembre, pero que en realidad fue el 16, sólo que el dictador Porfirio Díaz la erigió por ser día de su cumpleaños y no cada 27 de septiembre, que es el día de la consumación. Porque de ser así se tendrá que declarar cuando menos, monumento histórico el altar de San Felipe de Jesús en la Catedral Metropolitana de México, donde se encuentran actualmente los restos del artífice de la Consumación de la Independencia. Don Lucas Alamán, erudito creador del Archivo General de la Nación, ofreció en su tiempo documentos donde Iturbide traicionando la ordenanza del virrey Apodaca optó por acordar la paz con Guerrero y de esa manera hacer posible la Consumación la Independencia, de lo contrario hubiera costado miles de vidas.

Tampoco creemos sería renunciable festejar la consumación de la Independencia sin dejar de mirar a España, porque heredamos ese notable idioma universal, su cultura y tradiciones en una fusión cosmológica de razas con las culturas autóctonas de las que los mexicanos somos el resultado. Donde exigirles perdón el día de hoy sería tan incongruente como pedirle que ofrezca perdón al próximo presidente de los Estados Unidos por “robarnos” la mitad del territorio, a los chinos por la pandemia, a los franceses por llevarse el penacho presumiblemente de Moctezuma Xocoyotzin, en fin, nunca terminaríamos ni volviendo a instituir el Santo Oficio.

En todo caso proponemos que los festejos del Bicentenario de la Consumación de la Independencia, que fue producto en su tiempo de la unidad de los mexicanos para librarnos del yugo español, se traduzca en una convocatoria de Unidad Nacional, sin distingos ni calificativos. Tenemos que abrir entonces un nuevo ciclo de razonamiento y reconstrucción de este país antes de que se nos vaya de las manos.

efconsultor@yahoo.com