/ martes 26 de octubre de 2021

¡Goya, Goya, universidad!

El destructor de instituciones, que vive en su palacio, desde donde sube al púlpito a atacar a todo aquel que se le atraviesa en su camino, que de inmediato se convierten en enemigos de México y así terminamos enfrentados unos mexicanos contra otros mexicanos, la trae ahora contra la Universidad Autónoma de México, UNAM.

Fue en 1933 cuando se discutió en un congreso de gran calado, la autonomía de la UNAM, ganando la visión de Antonio Caso, que la universidad debería ser un lugar de libertades, no puede disciplinarse a una ideología. La universidad debe de ser el hogar del pensamiento libre, la investigación científica, la creación artística. El inquilino de palacio declaró en su mañanera que la autonomía debería de desaparecer de las Universidades públicas, es decir regresarlas a casi 80 años atrás.

Claro que de inmediato le saltaron en contra de semejante atrocidad gente que sí sabe de qué están hablando en el tema, como el Lic. Sergio Garcia Ramírez, pero del lado del dictadorzuelo ya aparecieron figuras como su consentida, Claudia Sheinbaum, gobernadora de la CDMX y futura candidata de Morena a presidente de la República, según las vísperas que vemos.

Antes, el inquilino trató de recortarle el presupuesto a la UNAM con dinero que no es de él, sino del pueblo de México que paga sus impuestos, pero es una forma de ahorcarla y poder hacer con la universidad un centro de adiestramiento de su ideología socialista.

¿Por qué es tan ingrato el inquilino de palacio con la UNAM? Después de que ahí lo tuvieron de rémora y fósil durante 14 años, para que se pudiera recibir de licenciado, que parece que no le ha servido de mucho, ya que tiene años violentando las leyes. ¿Será una venganza por no haberlo titulado, a pesar de no saber nada?

El actual rector de la UNAM no es del equipo del inquilino de palacio y lo que pretende éste es adueñarse de las universidades públicas quitándole la autonomía y convertirlas en un semillero de revoltosos, como ya lo hicieron en meses pasados, porros mandados por ya sabes quién, que destruyeron una buena parte de la biblioteca, sin que las autoridades hicieran algo para impedirlo o castigarlos posteriormente.

Acusa de que la UNAM está plegada a los caprichos neoliberales y no del pueblo, siendo que la universidad siempre ha estado al servicio de los mexicanos, sean ricos, pobres o de cualquier ideología.

¿De dónde viene entonces el odio a la UNAM? Parece ser que el origen principal viene de cuando el inquilino de palacio dijo que se iban a quitar los exámenes de las universidades y que se iban a graduar con el solo hecho de haber asistido a las clases durante los cinco años. ¡Se imaginan!, que para que no se quedara mexicano alguno sin ser profesionista y el actual rector Enrique Grau se atrevió a decirle que NO, que para las pulgas del dictadorzuelo, con eso tuvo para querer tirarlo y poner a alguien de su entera confianza y lealtad ciega, como sucede con muchos de su gabinete y así apropiarse de un centro de estudios reconocido mundialmente, que le sirva de centro de adiestramiento de sus porros.

¡Goya, Goya, universidad! Nos urge que se vaya a la porra o a su rancho, como se llama, el porro principal de palacio.


El destructor de instituciones, que vive en su palacio, desde donde sube al púlpito a atacar a todo aquel que se le atraviesa en su camino, que de inmediato se convierten en enemigos de México y así terminamos enfrentados unos mexicanos contra otros mexicanos, la trae ahora contra la Universidad Autónoma de México, UNAM.

Fue en 1933 cuando se discutió en un congreso de gran calado, la autonomía de la UNAM, ganando la visión de Antonio Caso, que la universidad debería ser un lugar de libertades, no puede disciplinarse a una ideología. La universidad debe de ser el hogar del pensamiento libre, la investigación científica, la creación artística. El inquilino de palacio declaró en su mañanera que la autonomía debería de desaparecer de las Universidades públicas, es decir regresarlas a casi 80 años atrás.

Claro que de inmediato le saltaron en contra de semejante atrocidad gente que sí sabe de qué están hablando en el tema, como el Lic. Sergio Garcia Ramírez, pero del lado del dictadorzuelo ya aparecieron figuras como su consentida, Claudia Sheinbaum, gobernadora de la CDMX y futura candidata de Morena a presidente de la República, según las vísperas que vemos.

Antes, el inquilino trató de recortarle el presupuesto a la UNAM con dinero que no es de él, sino del pueblo de México que paga sus impuestos, pero es una forma de ahorcarla y poder hacer con la universidad un centro de adiestramiento de su ideología socialista.

¿Por qué es tan ingrato el inquilino de palacio con la UNAM? Después de que ahí lo tuvieron de rémora y fósil durante 14 años, para que se pudiera recibir de licenciado, que parece que no le ha servido de mucho, ya que tiene años violentando las leyes. ¿Será una venganza por no haberlo titulado, a pesar de no saber nada?

El actual rector de la UNAM no es del equipo del inquilino de palacio y lo que pretende éste es adueñarse de las universidades públicas quitándole la autonomía y convertirlas en un semillero de revoltosos, como ya lo hicieron en meses pasados, porros mandados por ya sabes quién, que destruyeron una buena parte de la biblioteca, sin que las autoridades hicieran algo para impedirlo o castigarlos posteriormente.

Acusa de que la UNAM está plegada a los caprichos neoliberales y no del pueblo, siendo que la universidad siempre ha estado al servicio de los mexicanos, sean ricos, pobres o de cualquier ideología.

¿De dónde viene entonces el odio a la UNAM? Parece ser que el origen principal viene de cuando el inquilino de palacio dijo que se iban a quitar los exámenes de las universidades y que se iban a graduar con el solo hecho de haber asistido a las clases durante los cinco años. ¡Se imaginan!, que para que no se quedara mexicano alguno sin ser profesionista y el actual rector Enrique Grau se atrevió a decirle que NO, que para las pulgas del dictadorzuelo, con eso tuvo para querer tirarlo y poner a alguien de su entera confianza y lealtad ciega, como sucede con muchos de su gabinete y así apropiarse de un centro de estudios reconocido mundialmente, que le sirva de centro de adiestramiento de sus porros.

¡Goya, Goya, universidad! Nos urge que se vaya a la porra o a su rancho, como se llama, el porro principal de palacio.