/ martes 5 de octubre de 2021

Guardia Nacional, un Frankestein

La Guardia Nacional fue creada el 26 de marzo de 2019 por el gobierno de la 4ª destrucción, tiene actualmente un poco más de 100,000 elementos, para que fungiera como una policía civil nacional, cuya función es la de brindar seguridad a todos los mexicanos, pero policía civil no es, más bien y así es, depende de la Secretaría de la Defensa Nacional, es decir es un cuerpo militar, que anda por las calles de las ciudades y no ha servido para nada, ya que la violencia sigue creciendo mucho más que en los sexenios de Calderón y de Peña Nieto.

La Policía Federal, que no era militar, desapareció y ahora es la Guardia Nacional la que “cuida” carreteras y calles de las ciudades. Lo entrecomillo, porque lo que se sabe por lo que circula en redes sociales y por lo que me ha tocado ver, es que sólo están para pedir la “mordida”, sobre todo a los traileros y camioneros, que hasta la señora de un chofer terminó dándole sus trompadas al guardia nacional, porque insistía en que le dieran dinero, pero ya no traían, porque les habían estado dando a cada retén de la guardia. En ciudades como Chihuahua hemos visto. con rabia, con tristeza, que han puesto sus retenes en las calles de la ciudad, lo cual es totalmente ilegal, ya que nadie debe impedir el libre tránsito.

Tanto que criticó en su campaña el inquilino de palacio federal, que él no sacaría al ejército a las calles, que los concentraría en los cuarteles, y ahora tiene a la Guardia Nacional, que son militares y así se visten, en las calles y carreteras del país. Por cierto, el logotipo de la Guardia Nacional es un águila que no es la de nuestro escudo nacional, no es la que está en nuestra bandera, más bien se parece a la bandera norteamericana, con las alas extendidas. ¿Por qué o para qué?

Lo más grave es la cantidad de dinero que le está dando al ejército, el cual no rinde cuentas, porque dice que se trata de seguridad nacional.

El fideicomiso de administración y pago de equipo militar (Fidape) tenía un saldo al inicio de este sexenio de 5 mil millones de pesos y al cierre del 2020 tenía casi 49 mil millones, es decir un crecimiento de casi el 1000% en tan sólo dos años. Que se sepa no se está pensando en comprar helicópteros, aviones, tanquetas, que son lo más caro del equipo. ¿Para qué será?

Además, les ha dado la construcción del Aeropuerto de Santa Lucía, parte del Tren Maya y la Refinería de Dos Bocas, casi nada, nomás las obras más grandes y costosas del sexenio. Que para que no haya corrupción.

Por otro lado, el año pasado la Sedena se excedió en su presupuesto, que era de 94 mil millones, a 124 mil millones, un exceso de 30% nada más.

El inquilino de palacio nacional desapareció 109 fideicomisos, por supuesto no los del Ejército, que no sabemos a dónde fue a parar ese dinero. Uno de estos fondos lo dejó Peña Nieto “Fondo de estabilización de los ingresos presupuestarios”, que servía para que los estados recibieran las cantidades presupuestadas, independientemente de que hubiera una caída en el precio del petróleo o alguna otra eventualidad. Peña Nieto dejó este fondo con $246 mil millones, que dos años después, al cierre del año pasado, tenía solamente $9.5 mil millones.

México, un barco a la deriva.



La Guardia Nacional fue creada el 26 de marzo de 2019 por el gobierno de la 4ª destrucción, tiene actualmente un poco más de 100,000 elementos, para que fungiera como una policía civil nacional, cuya función es la de brindar seguridad a todos los mexicanos, pero policía civil no es, más bien y así es, depende de la Secretaría de la Defensa Nacional, es decir es un cuerpo militar, que anda por las calles de las ciudades y no ha servido para nada, ya que la violencia sigue creciendo mucho más que en los sexenios de Calderón y de Peña Nieto.

La Policía Federal, que no era militar, desapareció y ahora es la Guardia Nacional la que “cuida” carreteras y calles de las ciudades. Lo entrecomillo, porque lo que se sabe por lo que circula en redes sociales y por lo que me ha tocado ver, es que sólo están para pedir la “mordida”, sobre todo a los traileros y camioneros, que hasta la señora de un chofer terminó dándole sus trompadas al guardia nacional, porque insistía en que le dieran dinero, pero ya no traían, porque les habían estado dando a cada retén de la guardia. En ciudades como Chihuahua hemos visto. con rabia, con tristeza, que han puesto sus retenes en las calles de la ciudad, lo cual es totalmente ilegal, ya que nadie debe impedir el libre tránsito.

Tanto que criticó en su campaña el inquilino de palacio federal, que él no sacaría al ejército a las calles, que los concentraría en los cuarteles, y ahora tiene a la Guardia Nacional, que son militares y así se visten, en las calles y carreteras del país. Por cierto, el logotipo de la Guardia Nacional es un águila que no es la de nuestro escudo nacional, no es la que está en nuestra bandera, más bien se parece a la bandera norteamericana, con las alas extendidas. ¿Por qué o para qué?

Lo más grave es la cantidad de dinero que le está dando al ejército, el cual no rinde cuentas, porque dice que se trata de seguridad nacional.

El fideicomiso de administración y pago de equipo militar (Fidape) tenía un saldo al inicio de este sexenio de 5 mil millones de pesos y al cierre del 2020 tenía casi 49 mil millones, es decir un crecimiento de casi el 1000% en tan sólo dos años. Que se sepa no se está pensando en comprar helicópteros, aviones, tanquetas, que son lo más caro del equipo. ¿Para qué será?

Además, les ha dado la construcción del Aeropuerto de Santa Lucía, parte del Tren Maya y la Refinería de Dos Bocas, casi nada, nomás las obras más grandes y costosas del sexenio. Que para que no haya corrupción.

Por otro lado, el año pasado la Sedena se excedió en su presupuesto, que era de 94 mil millones, a 124 mil millones, un exceso de 30% nada más.

El inquilino de palacio nacional desapareció 109 fideicomisos, por supuesto no los del Ejército, que no sabemos a dónde fue a parar ese dinero. Uno de estos fondos lo dejó Peña Nieto “Fondo de estabilización de los ingresos presupuestarios”, que servía para que los estados recibieran las cantidades presupuestadas, independientemente de que hubiera una caída en el precio del petróleo o alguna otra eventualidad. Peña Nieto dejó este fondo con $246 mil millones, que dos años después, al cierre del año pasado, tenía solamente $9.5 mil millones.

México, un barco a la deriva.