/ sábado 20 de octubre de 2018

La acelerada agenda de la muerte

El tema del aborto no es un tema nuevo, tiene décadas de ser materia de debates, y por más argumentos en favor del mismo que en éstos se den, los adelantos científicos demuestran que el bebé en gestación tiene un ADN independiente, distinto al de sus padres, y que la vida humana inicia al momento de la concepción, por lo tanto la defensa de la vida es un tema científico, no solamente de carácter ético-religioso. Con la aparición de la sonografía, se demuestra el desarrollo de la vida humana. Al escuchar latir el corazón de un embrión, uno de los médicos a quien se le conoce como el “rey del aborto” y reconoce ser el responsable de setenta y cinco mil abortos en EU, el Dr. Bernard Nathanson, se convenció de que el bebé en gestación no es una “bola de células” como lo llaman proabortistas, sino que es un ser humano en desarrollo. Ahora el galeno promueve y defiende la vida por el mundo a través de sus conferencias.

La Doctrina social cristiana y el Humanismo político rechazan categóricamente el aborto, éste no puede ser considerado como un derecho de la madre, porque violenta el Derecho Humano más importante: el derecho a la vida del bebé. Los derechos se fundamentan en la justicia y ésta es dar a cada quien lo que le corresponde, luego entonces a todos nos corresponde que se nos respete la vida, de donde se desprenden los demás derechos.

A pesar de que la sociedad mexicana rechaza la despenalización del aborto en porcentajes que van desde el 53 % al 72%, y éstos son resultados que arrojó la encuesta de la empresa Parametría en abril del año pasado, se acelera la agenda que está impulsando el nuevo gobierno de López Obrador, que por cierto aún no toma protesta, y para muestra están las insistentes declaraciones y acciones para la despenalización del aborto de la próxima secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y también del que será titular de la Secretaría de Salud, si sumamos a lo anterior la agenda de los legisladores morenistas que tienen la mayoría en ambas cámaras, está muy acelerada la cultura de la muerte. La pregunta es: ¿Por qué el afán de imponer la cultura de la muerte en una sociedad que se inclina por la cultura y la defensa de la vida? Exijamos el respeto al derecho de la vida, de lo contrario seremos cómplices de la cultura de la muerte.


El tema del aborto no es un tema nuevo, tiene décadas de ser materia de debates, y por más argumentos en favor del mismo que en éstos se den, los adelantos científicos demuestran que el bebé en gestación tiene un ADN independiente, distinto al de sus padres, y que la vida humana inicia al momento de la concepción, por lo tanto la defensa de la vida es un tema científico, no solamente de carácter ético-religioso. Con la aparición de la sonografía, se demuestra el desarrollo de la vida humana. Al escuchar latir el corazón de un embrión, uno de los médicos a quien se le conoce como el “rey del aborto” y reconoce ser el responsable de setenta y cinco mil abortos en EU, el Dr. Bernard Nathanson, se convenció de que el bebé en gestación no es una “bola de células” como lo llaman proabortistas, sino que es un ser humano en desarrollo. Ahora el galeno promueve y defiende la vida por el mundo a través de sus conferencias.

La Doctrina social cristiana y el Humanismo político rechazan categóricamente el aborto, éste no puede ser considerado como un derecho de la madre, porque violenta el Derecho Humano más importante: el derecho a la vida del bebé. Los derechos se fundamentan en la justicia y ésta es dar a cada quien lo que le corresponde, luego entonces a todos nos corresponde que se nos respete la vida, de donde se desprenden los demás derechos.

A pesar de que la sociedad mexicana rechaza la despenalización del aborto en porcentajes que van desde el 53 % al 72%, y éstos son resultados que arrojó la encuesta de la empresa Parametría en abril del año pasado, se acelera la agenda que está impulsando el nuevo gobierno de López Obrador, que por cierto aún no toma protesta, y para muestra están las insistentes declaraciones y acciones para la despenalización del aborto de la próxima secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y también del que será titular de la Secretaría de Salud, si sumamos a lo anterior la agenda de los legisladores morenistas que tienen la mayoría en ambas cámaras, está muy acelerada la cultura de la muerte. La pregunta es: ¿Por qué el afán de imponer la cultura de la muerte en una sociedad que se inclina por la cultura y la defensa de la vida? Exijamos el respeto al derecho de la vida, de lo contrario seremos cómplices de la cultura de la muerte.