/ jueves 18 de agosto de 2022

La cartera del Presidente

Por: Eduardo Fernández Ponce


Ejercer una conducta autocrática y protectora sobre

los ciudadanos, conduce a construir una nación

pobre, ignorante y sin futuro”.


Konrad Adenauer (1876 – 1967)

(artífice de la nueva Alemania)


En forma reiterada el presidente Obrador presume traer en su billetera 200.00 pesos con la genial figura de Sor Juana Inés, demostrando que con esa cantidad es suficiente para ser “franciscanamente” feliz, más un singular billete del imperialismo yanqui de 2 dólares como talismán de buena suerte. Si supiera que 68 millones de mexicanos de los 126 millones que tiene el país carecen de esos billetes por pertenecer al segmento de la pobreza y la exclusión social; es decir, miserables mexicanos que siguen creciendo día con día, donde sencillamente el 10% no traen comúnmente ni 30 pesos en la bolsa del raído pantalón.

También ha insistido en la fortaleza del peso frente al dólar, pero lo cierto es que las amas de casa necesitan más pesos para comprar lo mismo que en 2018, muy a pesar de señalar enfáticamente que disminuiría la pobreza y combatiría la corrupción en su discurso de toma de protesta, situándonos en una inflación del 8.15% en julio de 2022, la tasa más alta en los últimos 22 años.

Si bien en los primeros tres años del gobierno de Obrador el salario mínimo en México sufrió dos transformaciones relevantes, la primera fue que se homologó para todo el país, con excepción de la frontera norte, y la segunda fue que de 2018 a la fecha pasó de 88.36 a 141.7 pesos, sin ser suficiente para nivelarse con el alza de precios. A su vez en la frontera norte, el salario mínimo entre 2019 y 2021 pasó de 176.72 a 213.39 pesos, que representa un alza de 20%, de acuerdo a cifras de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos.

Más aún, los datos de la Profeco indican que productos como la tortilla, leche, frijol, azúcar, papa, huevo etc. han subido en distintas partes del país hasta un 60%, más el precio de la gasolina como el litro de Magna, mientras que en 2018 su precio promedio anual era de 18.32 pesos, según revelan datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y que hoy se encuentra sobre los 23.99 pesos, a pesar que indicó el presidente bajaría a 10 pesos litro la regular.

Es cierto que observamos el debilitamiento de la economía norteamericana (donde nos colgamos de la ubre), la desaceleración de los mercados emergentes, la invasión rusa en Ucrania, los efectos de la pandemia, etc. sin duda son factores que están afectando gravemente a nuestra economía; ante un gobierno sin perspectiva de respaldar a las pequeñas y medianas empresas que generan el 72% de empleos en México. Sumado a la posible negativa de NO continuar con el T-MEC. Tratando de enmendar ello con el anuncio del presidente que creceremos este año un 2%, cuando el Producto Interno Bruto (PIB) según Banxico será de un raquítico 1.8%, equivalente en la macroeconomía a nada. Lamentablemente aquel “cuerno de la abundancia” que era México se está transformado en un páramo sin misericordia que sin las remesas, el caos nos ahogaría.


Por: Eduardo Fernández Ponce


Ejercer una conducta autocrática y protectora sobre

los ciudadanos, conduce a construir una nación

pobre, ignorante y sin futuro”.


Konrad Adenauer (1876 – 1967)

(artífice de la nueva Alemania)


En forma reiterada el presidente Obrador presume traer en su billetera 200.00 pesos con la genial figura de Sor Juana Inés, demostrando que con esa cantidad es suficiente para ser “franciscanamente” feliz, más un singular billete del imperialismo yanqui de 2 dólares como talismán de buena suerte. Si supiera que 68 millones de mexicanos de los 126 millones que tiene el país carecen de esos billetes por pertenecer al segmento de la pobreza y la exclusión social; es decir, miserables mexicanos que siguen creciendo día con día, donde sencillamente el 10% no traen comúnmente ni 30 pesos en la bolsa del raído pantalón.

También ha insistido en la fortaleza del peso frente al dólar, pero lo cierto es que las amas de casa necesitan más pesos para comprar lo mismo que en 2018, muy a pesar de señalar enfáticamente que disminuiría la pobreza y combatiría la corrupción en su discurso de toma de protesta, situándonos en una inflación del 8.15% en julio de 2022, la tasa más alta en los últimos 22 años.

Si bien en los primeros tres años del gobierno de Obrador el salario mínimo en México sufrió dos transformaciones relevantes, la primera fue que se homologó para todo el país, con excepción de la frontera norte, y la segunda fue que de 2018 a la fecha pasó de 88.36 a 141.7 pesos, sin ser suficiente para nivelarse con el alza de precios. A su vez en la frontera norte, el salario mínimo entre 2019 y 2021 pasó de 176.72 a 213.39 pesos, que representa un alza de 20%, de acuerdo a cifras de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos.

Más aún, los datos de la Profeco indican que productos como la tortilla, leche, frijol, azúcar, papa, huevo etc. han subido en distintas partes del país hasta un 60%, más el precio de la gasolina como el litro de Magna, mientras que en 2018 su precio promedio anual era de 18.32 pesos, según revelan datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y que hoy se encuentra sobre los 23.99 pesos, a pesar que indicó el presidente bajaría a 10 pesos litro la regular.

Es cierto que observamos el debilitamiento de la economía norteamericana (donde nos colgamos de la ubre), la desaceleración de los mercados emergentes, la invasión rusa en Ucrania, los efectos de la pandemia, etc. sin duda son factores que están afectando gravemente a nuestra economía; ante un gobierno sin perspectiva de respaldar a las pequeñas y medianas empresas que generan el 72% de empleos en México. Sumado a la posible negativa de NO continuar con el T-MEC. Tratando de enmendar ello con el anuncio del presidente que creceremos este año un 2%, cuando el Producto Interno Bruto (PIB) según Banxico será de un raquítico 1.8%, equivalente en la macroeconomía a nada. Lamentablemente aquel “cuerno de la abundancia” que era México se está transformado en un páramo sin misericordia que sin las remesas, el caos nos ahogaría.