/ viernes 19 de enero de 2024

La posible recesión económica y el efecto de las pandemias en México

Con el escenario actual en nuestro país, y con la reapertura de otra pandemia al parecer se escucha que más grave que la pasada del Covid-19 deja al descubierto una economía debilitada. En el peor escenario, la economía mexicana podría caer 12% este año y elevar la deuda del gobierno respecto del PIB de 44.7% a 59.2%. A su vez, en un plano menos pesimista, este análisis advierte una caída de 7% y un escalamiento de la deuda que alcanzaría el 53.4% del PIB.

A esta situación se suma la cuestión social no menos crítica que la económica. Los efectos por la pandemia del Covid-19 se hacen sentir en todas las sociedades del mundo con aumento del desempleo y de la pobreza, y el desencadenamiento o el recrudecimiento de otras problemáticas como la violencia racial, la angustia social y la falta de visión de futuro.

En el aspecto social, de una manera muy particular podría sugerir que el gobierno de México debe tomar medidas para evitar un empobrecimiento importante de las clases medias, especialmente de los segmentos más vulnerables, que podría llevar a un aumento radical de la pobreza que pasaría de 34 a 66 millones, sumado a una caída importante del empleo.

¿Cómo puede ayudar una buena reforma fiscal? La clave está en las oportunidades. La reforma fiscal podría ayudar a la incentivación de la inversión y aumentar las fuentes de empleo.

La manera más viable sería que el gobierno considere un endeudamiento específico de entre 2 y 3.5 puntos. “esto implicaría un compromiso de generar un mejor plan fiscal, es decir, no podemos endeudarnos de manera irresponsable y que éste no sea tan estricto para los empresarios recordando que el Art 31 fracción IV constitucional nos indica que debe considerarse también con los tres principios básicos, Legalidad, Proporcionalidad y Equidad”.

Con esto cualquier tipo de reforma constitucional, fiscal y legal debería incluir puntos claves como aumentos en la recaudación de impuestos y mejorar la equidad fiscal en la medida de las posibilidades del país. Además, incluye algunas recomendaciones: Incrementar la eficiencia recaudatoria, generalizar el Impuesto al Valor Agregado (IVA), al tiempo que protege los segmentos de menores ingresos, entre otras, para el financiamiento de infraestructura como la contribución por mejoras.

Los empresarios tienen deberán tener un plan B, un plan C o incluso hasta el plan Z, para prevenir problemas que repercuten en su empresa o negocio y que no se llegue a tener como consecuencia la quiebra como tal o la reducción de sus ingresos, los cuales aportan en mucho tanto para el gasto público de su localidad, así como de la remuneración de sus empleados directos.

El primer plano por el cual todo empresario debe comenzar, es realizando presupuestos a sus ingresos y egresos, esto quiere decir con cuanto se pretende llegar de ingresos obtenidos por un periodo determinado, digamos que lo mejor es realizarlo de manera anual, y evaluar cada fin de mes si éste se está cumpliendo o de no ser así, detectar las áreas de oportunidades que tengan para hacer cambios y no incurrir en los mismos errores o problemas. El segundo punto es evaluar el costo de la compra de materia prima y de materiales para la producción o comercialización de sus productos o servicios. Analizando lo que en realidad será necesario adquirir y en qué tiempo se volverá a tener que comprar, sin que afecten a sus inventarios y se sobre saturen de mercancía que se puede llegar a caducar o dejarse de vender y se convierta en lugar de utilidades en mermas o pérdidas para su empresa. El tercero, no hacer compras de recursos y gastos innecesarios. Y que éstos siempre sean de acuerdo a la actividad de su negocio o empresa. Éstos deberán cumplir los objetivos principales del negocio y deberán ser analizados por el departamento correspondiente para buscar otras opciones a mejorar, como por ejemplo el cambio de otro proveedor con bajo precio, comprando a más volumen y que éste no baje la calidad de lo que se le ofrece al cliente o consumidor final.

La compra de Activos fijos necesarios así como sus mantenimientos de manera regular para que se continúe con el funcionamiento del negocio, para continuar ofreciendo un servicio de calidad a sus clientes. NO ahorre, invierta, y la inversión que no se vea como un gasto, sino como tal, una inversión a corto o mediano plazo y que sea una aportación de valor para su empresa.

Dudas y comentarios

cpedgarcordova@gmail.com


Maestro en Impuestos y Derecho Fiscal. Contador Público

cpedgarcordova@gmail.com


Con el escenario actual en nuestro país, y con la reapertura de otra pandemia al parecer se escucha que más grave que la pasada del Covid-19 deja al descubierto una economía debilitada. En el peor escenario, la economía mexicana podría caer 12% este año y elevar la deuda del gobierno respecto del PIB de 44.7% a 59.2%. A su vez, en un plano menos pesimista, este análisis advierte una caída de 7% y un escalamiento de la deuda que alcanzaría el 53.4% del PIB.

A esta situación se suma la cuestión social no menos crítica que la económica. Los efectos por la pandemia del Covid-19 se hacen sentir en todas las sociedades del mundo con aumento del desempleo y de la pobreza, y el desencadenamiento o el recrudecimiento de otras problemáticas como la violencia racial, la angustia social y la falta de visión de futuro.

En el aspecto social, de una manera muy particular podría sugerir que el gobierno de México debe tomar medidas para evitar un empobrecimiento importante de las clases medias, especialmente de los segmentos más vulnerables, que podría llevar a un aumento radical de la pobreza que pasaría de 34 a 66 millones, sumado a una caída importante del empleo.

¿Cómo puede ayudar una buena reforma fiscal? La clave está en las oportunidades. La reforma fiscal podría ayudar a la incentivación de la inversión y aumentar las fuentes de empleo.

La manera más viable sería que el gobierno considere un endeudamiento específico de entre 2 y 3.5 puntos. “esto implicaría un compromiso de generar un mejor plan fiscal, es decir, no podemos endeudarnos de manera irresponsable y que éste no sea tan estricto para los empresarios recordando que el Art 31 fracción IV constitucional nos indica que debe considerarse también con los tres principios básicos, Legalidad, Proporcionalidad y Equidad”.

Con esto cualquier tipo de reforma constitucional, fiscal y legal debería incluir puntos claves como aumentos en la recaudación de impuestos y mejorar la equidad fiscal en la medida de las posibilidades del país. Además, incluye algunas recomendaciones: Incrementar la eficiencia recaudatoria, generalizar el Impuesto al Valor Agregado (IVA), al tiempo que protege los segmentos de menores ingresos, entre otras, para el financiamiento de infraestructura como la contribución por mejoras.

Los empresarios tienen deberán tener un plan B, un plan C o incluso hasta el plan Z, para prevenir problemas que repercuten en su empresa o negocio y que no se llegue a tener como consecuencia la quiebra como tal o la reducción de sus ingresos, los cuales aportan en mucho tanto para el gasto público de su localidad, así como de la remuneración de sus empleados directos.

El primer plano por el cual todo empresario debe comenzar, es realizando presupuestos a sus ingresos y egresos, esto quiere decir con cuanto se pretende llegar de ingresos obtenidos por un periodo determinado, digamos que lo mejor es realizarlo de manera anual, y evaluar cada fin de mes si éste se está cumpliendo o de no ser así, detectar las áreas de oportunidades que tengan para hacer cambios y no incurrir en los mismos errores o problemas. El segundo punto es evaluar el costo de la compra de materia prima y de materiales para la producción o comercialización de sus productos o servicios. Analizando lo que en realidad será necesario adquirir y en qué tiempo se volverá a tener que comprar, sin que afecten a sus inventarios y se sobre saturen de mercancía que se puede llegar a caducar o dejarse de vender y se convierta en lugar de utilidades en mermas o pérdidas para su empresa. El tercero, no hacer compras de recursos y gastos innecesarios. Y que éstos siempre sean de acuerdo a la actividad de su negocio o empresa. Éstos deberán cumplir los objetivos principales del negocio y deberán ser analizados por el departamento correspondiente para buscar otras opciones a mejorar, como por ejemplo el cambio de otro proveedor con bajo precio, comprando a más volumen y que éste no baje la calidad de lo que se le ofrece al cliente o consumidor final.

La compra de Activos fijos necesarios así como sus mantenimientos de manera regular para que se continúe con el funcionamiento del negocio, para continuar ofreciendo un servicio de calidad a sus clientes. NO ahorre, invierta, y la inversión que no se vea como un gasto, sino como tal, una inversión a corto o mediano plazo y que sea una aportación de valor para su empresa.

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Maestro en Impuestos y Derecho Fiscal. Contador Público

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