/ sábado 15 de febrero de 2020

Los distractores

Los distractores son estrategias para desviar la atención de los verdaderos problemas por los que atraviesa un país. Son utilizados a menudo por los gobiernos, pero en el gobierno de la 4ª T, son prácticas constantes, al ser muchos los problemas graves que padece México y sin solución. Un distractor al que se le ha sacado bastante provecho es el avión presidencial, que fuera parte de los discursos de campaña de López Obrador, haciendo famosa la frase de que “ese avión no lo tenía no Obama”; rotunda mentira, pues obviamente los Presidentes del vecino país, tienen Costosos equipos para su seguridad, en los vehículos y aeronaves que los transportan, así como con tecnología de punta y profesionales para asistir al Presidente en casos de emergencia.

En las mañaneras, López Obrador saca a relucir la venta, la rifa, la renta, la venta de avión sin el avión, etc., y lo publicita como si se tratara de un gran tesoro que resolverá los problemas más sentidos del País; no son ocurrencias ni “cantinfleadas”, son estrategias estudiadas y calculadas para distraer la atención.

Mientras que el AMLO expone lo de “los cachitos” de la rifa, venta, renta, rifa del avión sin el avión,etc., y hace todo un reborujo, y se publican memes con sus “ ocurrencias”, tristemente desconocemos el número de enfermos que se han agravado o que han fallecido por la falta de insumos, medicamentos, tratamientos, cirugías, etc., en Hospitales Públicos, que al menos antes contaban con el seguro popular y ahora carecen de apoyos para hacer frente a sus problemas de salud; el INSABI es un fracaso, nació sin presupuesto y sin reglas de operación. Son varios las voces conocidas de personal médico, pacientes y familiares de éstos, que dan testimonio de la situación lamentable por la que atraviesan hospitales públicos; de viva voz me enteré de galenos que se cooperan para apoyar con medicinas a pacientes con riesgo de muerte; pero no es justo, toda vez que es el Gobierno a quien le corresponde brindar programas de salud a la población más vulnerable, para eso son los impuestos que cobra. Me entré de una menor con leucemia, que falleció por falta de medicamentos que antes se le brindaban por el seguro popular. Y mientras todo esto ocurre, el distractor del avión presidencial se sigue aprovechando.

Los distractores son estrategias para desviar la atención de los verdaderos problemas por los que atraviesa un país. Son utilizados a menudo por los gobiernos, pero en el gobierno de la 4ª T, son prácticas constantes, al ser muchos los problemas graves que padece México y sin solución. Un distractor al que se le ha sacado bastante provecho es el avión presidencial, que fuera parte de los discursos de campaña de López Obrador, haciendo famosa la frase de que “ese avión no lo tenía no Obama”; rotunda mentira, pues obviamente los Presidentes del vecino país, tienen Costosos equipos para su seguridad, en los vehículos y aeronaves que los transportan, así como con tecnología de punta y profesionales para asistir al Presidente en casos de emergencia.

En las mañaneras, López Obrador saca a relucir la venta, la rifa, la renta, la venta de avión sin el avión, etc., y lo publicita como si se tratara de un gran tesoro que resolverá los problemas más sentidos del País; no son ocurrencias ni “cantinfleadas”, son estrategias estudiadas y calculadas para distraer la atención.

Mientras que el AMLO expone lo de “los cachitos” de la rifa, venta, renta, rifa del avión sin el avión,etc., y hace todo un reborujo, y se publican memes con sus “ ocurrencias”, tristemente desconocemos el número de enfermos que se han agravado o que han fallecido por la falta de insumos, medicamentos, tratamientos, cirugías, etc., en Hospitales Públicos, que al menos antes contaban con el seguro popular y ahora carecen de apoyos para hacer frente a sus problemas de salud; el INSABI es un fracaso, nació sin presupuesto y sin reglas de operación. Son varios las voces conocidas de personal médico, pacientes y familiares de éstos, que dan testimonio de la situación lamentable por la que atraviesan hospitales públicos; de viva voz me enteré de galenos que se cooperan para apoyar con medicinas a pacientes con riesgo de muerte; pero no es justo, toda vez que es el Gobierno a quien le corresponde brindar programas de salud a la población más vulnerable, para eso son los impuestos que cobra. Me entré de una menor con leucemia, que falleció por falta de medicamentos que antes se le brindaban por el seguro popular. Y mientras todo esto ocurre, el distractor del avión presidencial se sigue aprovechando.