/ miércoles 1 de abril de 2020

Los efectos del rumor

“La verdad se difunde a paso de tortuga, el rumor se esparce con la velocidad de una liebre”
(Anónimo)


La tecnología nos ha permitido una mayor comunicación, las benditas redes sociales son ya un valioso instrumento de difusión de información aunque también son una fuente de rumores infundados y los efectos del rumor son catastróficos. Imagínese usted una comunidad pequeña, donde una madre de familia le comenta a uno de sus hijos: “no sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo grave va a pasar en este pueblo”.


El muchacho se ríe y le dice que no se preocupe, que nada va a pasar. Se va a jugar al billar, y jugando expresa su preocupación a sus compañeros; “me dijo mi madre esta mañana sobre algo grave que va a suceder a este pueblo”.


Todos se ríen de él, uno de ellos regresa a su casa y comenta que la madre de su amigo amaneció con la idea de que algo muy grave va a suceder en este pueblo. Una pariente lo escucha y al ir a comprar carne. Le dice al carnicero: Véndame un kilo de carne, -y en el momento que se la están cortando, agrega-: Mejor véndame dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado. El carnicero despacha su carne y cuando llega otra señora a comprar un kilo de carne, le dice: Lleve dos porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar, y se están preparando. Ella responde: Tengo varios hijos, mejor deme cuatro kilos.


Se lleva los cuatro kilos y el carnicero en media hora agota la carne y se va esparciendo el rumor. Llega el momento en que todo el mundo, en el pueblo está esperando que pase algo. Se paralizan las actividades y de pronto, a las dos de la tarde, alguien dice: ¿Se han dado cuenta del calor que está haciendo?


-¡Pero si en este pueblo siempre ha hecho calor! Sin embargo -dice uno-, a esta hora nunca ha hecho tanto calor. Pero a las dos de la tarde es cuando hay más calor. Sí, pero no tanto como ahora. Llega un momento de tal tensión para los habitantes del pueblo, que todos están desesperados por irse y no tienen el valor de hacerlo. Yo sí me voy -grita uno-. Agarra sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa la calle central donde está el pobre pueblo viéndolo. Hasta el momento en que dicen: Si éste se atreve, pues nosotros también nos vamos.


Y empiezan a desmantelar literalmente el pueblo. Se llevan las cosas, uno de los últimos que abandona el pueblo, dice: Que no venga la desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra casa y entonces la incendia y otros hacen lo mismo. Huyen en un tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra, y en medio de ellos va la señora que tuvo el presagio, diciendo: ¡Se los dije!, que algo muy grave iba a pasar en este pueblo.


Correo: vicmedina@hotmail.com

“La verdad se difunde a paso de tortuga, el rumor se esparce con la velocidad de una liebre”
(Anónimo)


La tecnología nos ha permitido una mayor comunicación, las benditas redes sociales son ya un valioso instrumento de difusión de información aunque también son una fuente de rumores infundados y los efectos del rumor son catastróficos. Imagínese usted una comunidad pequeña, donde una madre de familia le comenta a uno de sus hijos: “no sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo grave va a pasar en este pueblo”.


El muchacho se ríe y le dice que no se preocupe, que nada va a pasar. Se va a jugar al billar, y jugando expresa su preocupación a sus compañeros; “me dijo mi madre esta mañana sobre algo grave que va a suceder a este pueblo”.


Todos se ríen de él, uno de ellos regresa a su casa y comenta que la madre de su amigo amaneció con la idea de que algo muy grave va a suceder en este pueblo. Una pariente lo escucha y al ir a comprar carne. Le dice al carnicero: Véndame un kilo de carne, -y en el momento que se la están cortando, agrega-: Mejor véndame dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado. El carnicero despacha su carne y cuando llega otra señora a comprar un kilo de carne, le dice: Lleve dos porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar, y se están preparando. Ella responde: Tengo varios hijos, mejor deme cuatro kilos.


Se lleva los cuatro kilos y el carnicero en media hora agota la carne y se va esparciendo el rumor. Llega el momento en que todo el mundo, en el pueblo está esperando que pase algo. Se paralizan las actividades y de pronto, a las dos de la tarde, alguien dice: ¿Se han dado cuenta del calor que está haciendo?


-¡Pero si en este pueblo siempre ha hecho calor! Sin embargo -dice uno-, a esta hora nunca ha hecho tanto calor. Pero a las dos de la tarde es cuando hay más calor. Sí, pero no tanto como ahora. Llega un momento de tal tensión para los habitantes del pueblo, que todos están desesperados por irse y no tienen el valor de hacerlo. Yo sí me voy -grita uno-. Agarra sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa la calle central donde está el pobre pueblo viéndolo. Hasta el momento en que dicen: Si éste se atreve, pues nosotros también nos vamos.


Y empiezan a desmantelar literalmente el pueblo. Se llevan las cosas, uno de los últimos que abandona el pueblo, dice: Que no venga la desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra casa y entonces la incendia y otros hacen lo mismo. Huyen en un tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra, y en medio de ellos va la señora que tuvo el presagio, diciendo: ¡Se los dije!, que algo muy grave iba a pasar en este pueblo.


Correo: vicmedina@hotmail.com