/ martes 6 de agosto de 2019

México ocupado

“Pobre México, tan cerca de los Estados Unidos…”. Rubén Darío


El candidato a la presidencia de los Estados Unidos en 1845, James Knox Polk, prometió en su campaña electoral: “apoderarse de cuantos territorios mexicanos fuera posible, para alcanzar las costas del Pacífico”. Ya electo presidente, puso en práctica la más agresiva política del “Destino Manifiesto”, que surgió de los muy libertarios y demócratas “padres de la independencia de las trece colonias”: Washington, Jefferson, Madison y, cómo no, Monroe, entre otros. Dios, según ellos, les había otorgado la potestad de expandirse a costa de los territorios de Norteamérica y, no deberían detenerse, hasta el Cabo de Hornos. Con sus métodos cobardes, con sus pretextos endebles, prepararon la invasión de México en 1846. Atacaron por el norte, vieron que la resistencia fue más patriótica y fuerte, enviaron tres ejércitos, el primero encabezado por Taylor, que fue contenido en La Angostura, el segundo por Doniphan que atacó Nuevo México y Chihuahua y, el tercero, Kearny, que fue directo a California. El último, Scott atacó Veracruz y siguió a la ciudad de Puebla, donde el clero los recibió con arcos triunfales, con flores y misas “te deum”.

En el Valle de México, los mexicanos defendieron con pundonor la Patria, empero los invasores tomaron la Ciudad de México el 15 de septiembre de 1847. El 16 de septiembre ondeaba en nuestro Palacio Nacional la bandera de las barras y las estrellas. Se iniciaron las (¿?) pláticas de paz y los tratados que sancionaban el despojo en la Villa de Guadalupe Hidalgo el 2 de febrero de 1848. México fue despojado de más de 2’148,780 km cuadrados. Le respondemos al títere enajenado mental que mató a más de 22 seres humanos inocentes en días pasados, “su Texas es parte del México ocupado militarmente por el gobierno de su país”. El principal productor de armas en el mundo es el Imperio, empresas como: Looked Martin, Raytheon, General Dinamics, Carlyle, Northrup Grumman, Betchel, Mc Daniel Douglas y Boeing, entre otras, que introducen a todo el mundo. México recibió medio millón de armas que han servido para matar a miles de mexicanos, a manos del crimen organizado. El odio proclamado por los racistas del Imperio genera actos irracionales, como el de El Paso, Texas.



“Pobre México, tan cerca de los Estados Unidos…”. Rubén Darío


El candidato a la presidencia de los Estados Unidos en 1845, James Knox Polk, prometió en su campaña electoral: “apoderarse de cuantos territorios mexicanos fuera posible, para alcanzar las costas del Pacífico”. Ya electo presidente, puso en práctica la más agresiva política del “Destino Manifiesto”, que surgió de los muy libertarios y demócratas “padres de la independencia de las trece colonias”: Washington, Jefferson, Madison y, cómo no, Monroe, entre otros. Dios, según ellos, les había otorgado la potestad de expandirse a costa de los territorios de Norteamérica y, no deberían detenerse, hasta el Cabo de Hornos. Con sus métodos cobardes, con sus pretextos endebles, prepararon la invasión de México en 1846. Atacaron por el norte, vieron que la resistencia fue más patriótica y fuerte, enviaron tres ejércitos, el primero encabezado por Taylor, que fue contenido en La Angostura, el segundo por Doniphan que atacó Nuevo México y Chihuahua y, el tercero, Kearny, que fue directo a California. El último, Scott atacó Veracruz y siguió a la ciudad de Puebla, donde el clero los recibió con arcos triunfales, con flores y misas “te deum”.

En el Valle de México, los mexicanos defendieron con pundonor la Patria, empero los invasores tomaron la Ciudad de México el 15 de septiembre de 1847. El 16 de septiembre ondeaba en nuestro Palacio Nacional la bandera de las barras y las estrellas. Se iniciaron las (¿?) pláticas de paz y los tratados que sancionaban el despojo en la Villa de Guadalupe Hidalgo el 2 de febrero de 1848. México fue despojado de más de 2’148,780 km cuadrados. Le respondemos al títere enajenado mental que mató a más de 22 seres humanos inocentes en días pasados, “su Texas es parte del México ocupado militarmente por el gobierno de su país”. El principal productor de armas en el mundo es el Imperio, empresas como: Looked Martin, Raytheon, General Dinamics, Carlyle, Northrup Grumman, Betchel, Mc Daniel Douglas y Boeing, entre otras, que introducen a todo el mundo. México recibió medio millón de armas que han servido para matar a miles de mexicanos, a manos del crimen organizado. El odio proclamado por los racistas del Imperio genera actos irracionales, como el de El Paso, Texas.