/ miércoles 24 de julio de 2019

Operativos de Tránsito

En las últimas semanas hemos podido apreciar en el primer cuadro de la ciudad un gran operativo de agentes de Vialidad, mujeres y hombres que en sus bicicletas resguardan celosamente su deber e infraccionan a cualquier ciudadano que ose violar, en cualquiera de sus formas, la Ley de Tránsito y Vialidad.


En una ciudad donde existe un vehículo por cada dos habitantes, con un Centro Histórico saturado, falto de vialidades eficientes, de estacionamientos, con franeleros que “disponen” los lugares a su discreción, con los aparatos denominados “parquímetros” también celosamente vigilados, la presencia de estos agentes asegura la voracidad en el sistema recaudatorio que han impuesto.


Aunado a esto, la total falta de criterio de los agentes para entender la gran problemática que sufrimos los automovilistas ante el desaseo de las autoridades de Tránsito y Vialidad que no son capaces siquiera de mantener visibles y en buen estado las líneas para transitar, los pasos peatonales y hasta los espacios azules, y sólo se limitan a cubrir sus “cuotas” de infracciones solicitadas por sus mandos superiores.


Pero eso sí, diligentes los agentes se aprestan a servir de mensajeros a los visitantes que son acreedores de alguna infracción para llevar a buen recaudo, o sea a la caja de Tránsito y Vialidad, el importe de la multa a la que se hicieron acreedores por alguna falta cometida, según lo declarado por el fiscal general del estado, César Peniche, ante el video que denuncia en redes sociales la recepción de dinero de automovilistas para los agentes de Vialidad que asumieron el compromiso de pagar la multa para evitar contratiempos a quienes iban de paso por esta ciudad.


Qué diligentes agentes o qué absurda la declaración del fiscal. ¿Aún piensan que somos capaces de aceptar un engaño de esa naturaleza? Lo anterior sólo refleja la falta total de respeto de la máxima autoridad hacia los ciudadanos que gobierna.


Y mientras se desatan contra los automovilistas; los robos de autos, las extorsiones, las ejecuciones y los feminicidios siguen en aumento, las estadísticas nos colocan en primeros lugares de la tabla contrastando con el discurso que intentan posicionar de la disminución de los delitos que sólo existe en la imaginación de quien los pronuncia.


Seguimos esperando que todos los agentes traigan su cámara de solapa y que nos expliquen cómo van a monitorear estas cámaras, que dejen de compartir utilidades con los encargados de las grúas y corralones, que ellos mismos respeten la Ley de Tránsito, que especifica que deben permanecer en áreas visibles y con las torretas encendidas, no agazapados en espera del “cliente”, y sobre todo que asuman con criterio su trabajo con el compromiso de servicio y protección a la comunidad.


Correo: vicmedina@hotmail.com

En las últimas semanas hemos podido apreciar en el primer cuadro de la ciudad un gran operativo de agentes de Vialidad, mujeres y hombres que en sus bicicletas resguardan celosamente su deber e infraccionan a cualquier ciudadano que ose violar, en cualquiera de sus formas, la Ley de Tránsito y Vialidad.


En una ciudad donde existe un vehículo por cada dos habitantes, con un Centro Histórico saturado, falto de vialidades eficientes, de estacionamientos, con franeleros que “disponen” los lugares a su discreción, con los aparatos denominados “parquímetros” también celosamente vigilados, la presencia de estos agentes asegura la voracidad en el sistema recaudatorio que han impuesto.


Aunado a esto, la total falta de criterio de los agentes para entender la gran problemática que sufrimos los automovilistas ante el desaseo de las autoridades de Tránsito y Vialidad que no son capaces siquiera de mantener visibles y en buen estado las líneas para transitar, los pasos peatonales y hasta los espacios azules, y sólo se limitan a cubrir sus “cuotas” de infracciones solicitadas por sus mandos superiores.


Pero eso sí, diligentes los agentes se aprestan a servir de mensajeros a los visitantes que son acreedores de alguna infracción para llevar a buen recaudo, o sea a la caja de Tránsito y Vialidad, el importe de la multa a la que se hicieron acreedores por alguna falta cometida, según lo declarado por el fiscal general del estado, César Peniche, ante el video que denuncia en redes sociales la recepción de dinero de automovilistas para los agentes de Vialidad que asumieron el compromiso de pagar la multa para evitar contratiempos a quienes iban de paso por esta ciudad.


Qué diligentes agentes o qué absurda la declaración del fiscal. ¿Aún piensan que somos capaces de aceptar un engaño de esa naturaleza? Lo anterior sólo refleja la falta total de respeto de la máxima autoridad hacia los ciudadanos que gobierna.


Y mientras se desatan contra los automovilistas; los robos de autos, las extorsiones, las ejecuciones y los feminicidios siguen en aumento, las estadísticas nos colocan en primeros lugares de la tabla contrastando con el discurso que intentan posicionar de la disminución de los delitos que sólo existe en la imaginación de quien los pronuncia.


Seguimos esperando que todos los agentes traigan su cámara de solapa y que nos expliquen cómo van a monitorear estas cámaras, que dejen de compartir utilidades con los encargados de las grúas y corralones, que ellos mismos respeten la Ley de Tránsito, que especifica que deben permanecer en áreas visibles y con las torretas encendidas, no agazapados en espera del “cliente”, y sobre todo que asuman con criterio su trabajo con el compromiso de servicio y protección a la comunidad.


Correo: vicmedina@hotmail.com