/ jueves 24 de marzo de 2022

Perfil humano | La guerra no declarada en Ucrania y en México

La cruenta guerra no declarada de Rusia en contra de Ucrania continúa a casi un mes de iniciada con la invasión de la primera nación a la segunda bajo el nombre de “operación militar especial”.

Diversas ciudades ucranianas han sido devastadas por los misiles rusos afectando lo mismo instalaciones militares que a edificios de residentes e incluso hospitales. Es una artera agresión exterminadora que ha sido condenada por la mayoría de los países y ha causado ya más de 10 millones de ucranianos desplazados de su hogar.

De estos más de 3 millones se han refugiado en países vecinos, sobre todo en Polonia que ha recibido a la mayor parte de los inmigrantes ucranianos.

Los refugiados son en su mayoría mujeres y niños, pues los varones de edad adulta se tuvieron que quedar a defender su país del ataque ruso. A pesar de la superioridad militar del invasor han podido conservar los puntos estratégicos, entre ellos la capital ucraniana.

Este genocidio en contra del pueblo ucraniano motivó que el presidente estadounidense llamara a Putin “criminal de guerra”. Joe Biden reiteró poco después su calificativo diciendo que el dirigente ruso era un “dictador asesino” y un “matón”, lo que no deja de reflejar la indignación generalizada ante los brutales ataques a la población civil ucraniana.

A pesar de estos y otros calificativos, incluso de sus compatriotas, Putin continúa adelante con el exterminio no sólo del ejército, sino también del pueblo ucraniano.

Por ello no deja de ser indignante la celebración que encabezó Putin en un estadio con miles de seguidores ondeando la bandera rusa para conmemorar el aniversario de la invasión a Crimea, península que pertenecía a Ucrania.

Si en este país se lleva a cabo una aborrecible guerra no declarada, algo parecido sucede en el nuestro con la violencia criminal desatada en todo el territorio nacional.

En lo que va del año ya son ocho los comunicadores que han sido asesinados, el último en Zitácuaro, Michoacán. La cifra durante este sexenio varía entre 32 y 50 periodistas victimados debido principalmente a sus publicaciones.

En el citado estado continúa una soterrada guerra en contra del narcotráfico que sí fue declarada en su momento por Felipe Calderón cuando iniciaba su periodo presidencial y la cual continúa afectando a decenas de poblaciones en esta entidad.

Los enfrentamientos entre las bandas criminales son continuos y mantienen a los ciudadanos de diversos municipios en un estado permanente de inseguridad sin que ninguna autoridad haya logrado controlar a estos delincuentes que usualmente cuentan con un mejor armamento.

No hay una semana sin que se informe de alguna masacre o balacera con varias víctimas, algunas de ellas inocentes como niños o mujeres.

Es una guerra sórdida por los territorios, de menor intensidad desde luego que la ucraniana, pero también igualmente causante de muertes y desplazamientos de cientos de habitantes de su lugar de origen, como sucede actualmente en Zacatecas.

Cualquier tipo de guerra, sea declarada o no, es un acto criminal sobre todo en contra de la población civil por lo se debe evitar con todos los medios posibles. Si conmueve lo que está sucediendo en Ucrania, no menos debería hacerlo el padecimiento de miles de compatriotas por una guerra sin fin por motivos criminales también sin justificación alguna como la ucraniana.


La cruenta guerra no declarada de Rusia en contra de Ucrania continúa a casi un mes de iniciada con la invasión de la primera nación a la segunda bajo el nombre de “operación militar especial”.

Diversas ciudades ucranianas han sido devastadas por los misiles rusos afectando lo mismo instalaciones militares que a edificios de residentes e incluso hospitales. Es una artera agresión exterminadora que ha sido condenada por la mayoría de los países y ha causado ya más de 10 millones de ucranianos desplazados de su hogar.

De estos más de 3 millones se han refugiado en países vecinos, sobre todo en Polonia que ha recibido a la mayor parte de los inmigrantes ucranianos.

Los refugiados son en su mayoría mujeres y niños, pues los varones de edad adulta se tuvieron que quedar a defender su país del ataque ruso. A pesar de la superioridad militar del invasor han podido conservar los puntos estratégicos, entre ellos la capital ucraniana.

Este genocidio en contra del pueblo ucraniano motivó que el presidente estadounidense llamara a Putin “criminal de guerra”. Joe Biden reiteró poco después su calificativo diciendo que el dirigente ruso era un “dictador asesino” y un “matón”, lo que no deja de reflejar la indignación generalizada ante los brutales ataques a la población civil ucraniana.

A pesar de estos y otros calificativos, incluso de sus compatriotas, Putin continúa adelante con el exterminio no sólo del ejército, sino también del pueblo ucraniano.

Por ello no deja de ser indignante la celebración que encabezó Putin en un estadio con miles de seguidores ondeando la bandera rusa para conmemorar el aniversario de la invasión a Crimea, península que pertenecía a Ucrania.

Si en este país se lleva a cabo una aborrecible guerra no declarada, algo parecido sucede en el nuestro con la violencia criminal desatada en todo el territorio nacional.

En lo que va del año ya son ocho los comunicadores que han sido asesinados, el último en Zitácuaro, Michoacán. La cifra durante este sexenio varía entre 32 y 50 periodistas victimados debido principalmente a sus publicaciones.

En el citado estado continúa una soterrada guerra en contra del narcotráfico que sí fue declarada en su momento por Felipe Calderón cuando iniciaba su periodo presidencial y la cual continúa afectando a decenas de poblaciones en esta entidad.

Los enfrentamientos entre las bandas criminales son continuos y mantienen a los ciudadanos de diversos municipios en un estado permanente de inseguridad sin que ninguna autoridad haya logrado controlar a estos delincuentes que usualmente cuentan con un mejor armamento.

No hay una semana sin que se informe de alguna masacre o balacera con varias víctimas, algunas de ellas inocentes como niños o mujeres.

Es una guerra sórdida por los territorios, de menor intensidad desde luego que la ucraniana, pero también igualmente causante de muertes y desplazamientos de cientos de habitantes de su lugar de origen, como sucede actualmente en Zacatecas.

Cualquier tipo de guerra, sea declarada o no, es un acto criminal sobre todo en contra de la población civil por lo se debe evitar con todos los medios posibles. Si conmueve lo que está sucediendo en Ucrania, no menos debería hacerlo el padecimiento de miles de compatriotas por una guerra sin fin por motivos criminales también sin justificación alguna como la ucraniana.