/ jueves 17 de junio de 2021

Perfil humano | Las lecciones de las elecciones

Las pasadas elecciones intermedias del 6 de junio no dejan de presentar algunas lecciones para los ciudadanos, ya que dejando lo “históricas” (como fueron publicitadas) fueron una muestra más de cómo anda nuestra democracia.

En primer lugar, los comicios demostraron una vez más que la mayoría de los mexicanos prefiere la vía pacífica de poder decidir con su voto a la violenta. Un poco más del 52 por ciento de los inscritos en el padrón electoral salimos a votar a pesar de la pandemia, las altas temperaturas, el predominio de la inseguridad y la apatía común hacia elecciones intermedias.

Le podríamos agregar a lo anterior que los ciudadanos cumplimos con el deber también pese a las estrafalarias, por no decir absurdas, campañas de buena cantidad de aspirantes, algunos de los cuales con todo y su fama perdieron en las urnas, como Paquita la del Barrio.

La segunda lección es que el parecer ciudadano no fue precisamente favorable para el partido en el poder, aunque éste haya ganado en once de las quince gubernaturas, sobre todo en lo que a diputaciones federales se refiere, pues ahora sólo podrá tener mayoría simple.

Claro que este aparente avance en cuanto a un mayor equilibrio en la Cámara Baja dependerá de la actuación de algunos diputados federales que bien podrían cambiar de color de acuerdo a su conveniencia.

Ello nos lleva a otra reflexión, la de que aún falta bastante para ser una democracia consolidada, ya que la abundancia de “chapulines” que saltaron de un partido a otro fue copiosa. Al menos en esta capital a dos conocidos exalcaldes no les fue bien cambiar de siglas, pues fueron derrotados.

La escasez de madurez política de la clase política fue evidente, pues escasearon las propuestas y abundaron los “shows” con ofertas ridículas, como la de un candidato que arengó a sus votantes para que lo enterraran vivo si no cumplía con sus promesas.

El espectáculo predominó a través de los medios y las redes sociales imponiéndose la banalidad a la reflexión crítica y racional. Un aspecto positivo fue que cuando menos poco más de la mitad de los candidatos a una curul federal contaba con una licenciatura.

Otra lección es que la paridad de género avanza, pues serán siete las gobernadoras que ejercerán a la vez en el país, la misma cantidad que en conjunto había existido históricamente hasta el día de la elección. En los otros cargos hubo también avances significativos en cuanto al número de mujeres en algún cargo público.

Los partidos de oposición si bien carecen de su fuerza tradicional al menos mostraron que aún están vigentes, aunque débiles. Uno de los más afectados es el PRI, pues parece ser que aún le siguen cobrando los electores la factura dejada por el desprestigiado gobierno de Peña Nieto.

Otro que se salvó de milagro de perder hasta su registro fue el PRD, el cual por sí solo no obtuvo ni una diputación federal y las pocas que tendrá serán por su alianza oportuna con otros partidos.

El debut y despedida de tres partidos que no alcanzaron el 3 por ciento de los votos demuestra que se deben revisar los requisitos para el registro de partido. Los partidos Encuentro Solidario, Redes Sociales Progresistas y Fuerza por México fueron útiles para que AMLO llegara a la presidencia, pero ahora son desechados debido a su poca operatividad electoral.

La última lección que se comentará es que los partidos “bisagra” jugarán un papel clave en el equilibrio político nacional, sobre todo el PVEM, Movimiento Ciudadano y el PRI. Su participación en el legislativo federal definirá los cambios futuros de nuestra Constitución Política, por lo cual habrá que tenerlos en cuenta a la hora de las definiciones legales trascendentales, para bien o para mal.

Las pasadas elecciones intermedias del 6 de junio no dejan de presentar algunas lecciones para los ciudadanos, ya que dejando lo “históricas” (como fueron publicitadas) fueron una muestra más de cómo anda nuestra democracia.

En primer lugar, los comicios demostraron una vez más que la mayoría de los mexicanos prefiere la vía pacífica de poder decidir con su voto a la violenta. Un poco más del 52 por ciento de los inscritos en el padrón electoral salimos a votar a pesar de la pandemia, las altas temperaturas, el predominio de la inseguridad y la apatía común hacia elecciones intermedias.

Le podríamos agregar a lo anterior que los ciudadanos cumplimos con el deber también pese a las estrafalarias, por no decir absurdas, campañas de buena cantidad de aspirantes, algunos de los cuales con todo y su fama perdieron en las urnas, como Paquita la del Barrio.

La segunda lección es que el parecer ciudadano no fue precisamente favorable para el partido en el poder, aunque éste haya ganado en once de las quince gubernaturas, sobre todo en lo que a diputaciones federales se refiere, pues ahora sólo podrá tener mayoría simple.

Claro que este aparente avance en cuanto a un mayor equilibrio en la Cámara Baja dependerá de la actuación de algunos diputados federales que bien podrían cambiar de color de acuerdo a su conveniencia.

Ello nos lleva a otra reflexión, la de que aún falta bastante para ser una democracia consolidada, ya que la abundancia de “chapulines” que saltaron de un partido a otro fue copiosa. Al menos en esta capital a dos conocidos exalcaldes no les fue bien cambiar de siglas, pues fueron derrotados.

La escasez de madurez política de la clase política fue evidente, pues escasearon las propuestas y abundaron los “shows” con ofertas ridículas, como la de un candidato que arengó a sus votantes para que lo enterraran vivo si no cumplía con sus promesas.

El espectáculo predominó a través de los medios y las redes sociales imponiéndose la banalidad a la reflexión crítica y racional. Un aspecto positivo fue que cuando menos poco más de la mitad de los candidatos a una curul federal contaba con una licenciatura.

Otra lección es que la paridad de género avanza, pues serán siete las gobernadoras que ejercerán a la vez en el país, la misma cantidad que en conjunto había existido históricamente hasta el día de la elección. En los otros cargos hubo también avances significativos en cuanto al número de mujeres en algún cargo público.

Los partidos de oposición si bien carecen de su fuerza tradicional al menos mostraron que aún están vigentes, aunque débiles. Uno de los más afectados es el PRI, pues parece ser que aún le siguen cobrando los electores la factura dejada por el desprestigiado gobierno de Peña Nieto.

Otro que se salvó de milagro de perder hasta su registro fue el PRD, el cual por sí solo no obtuvo ni una diputación federal y las pocas que tendrá serán por su alianza oportuna con otros partidos.

El debut y despedida de tres partidos que no alcanzaron el 3 por ciento de los votos demuestra que se deben revisar los requisitos para el registro de partido. Los partidos Encuentro Solidario, Redes Sociales Progresistas y Fuerza por México fueron útiles para que AMLO llegara a la presidencia, pero ahora son desechados debido a su poca operatividad electoral.

La última lección que se comentará es que los partidos “bisagra” jugarán un papel clave en el equilibrio político nacional, sobre todo el PVEM, Movimiento Ciudadano y el PRI. Su participación en el legislativo federal definirá los cambios futuros de nuestra Constitución Política, por lo cual habrá que tenerlos en cuenta a la hora de las definiciones legales trascendentales, para bien o para mal.