/ martes 11 de junio de 2019

Protestamos cumplir

“Si bien la historia está llena de gente que no cumplió con lo que dijo que iba a hacer”. Savater


Los funcionarios públicos protestan cumplir y hacer cumplir la constitución y las leyes que de ella emanen, cierto es que muchos, no cumplen tal juramento, al contrario, lo alteran y lo violan. Bastantes veces, hasta el hacer promesas absurdas se vuelve en contra de quienes las profirieron, es entonces en que el gobierno toma la configuración de una dictadura. Presidentes, gobernadores, magistrados, jueces, tienen como objetivo primario, establecer políticas asistencialistas, convenencieras y clientelares, para asegurar la permanencia en el poder, aunque juren(¿?) que no harán tal cosa. No sólo se debe decir “juro hacer algo de manera enunciativa, sino también realizar algo. La liga entre el juramento y la actuación en base a las leyes, es la condición “sine que non” de un gobierno recto, ético y moral que acercará a los ciudadanos a la democracia y al pueblo a su progreso.

Siempre se corre el riesgo de que los candidatos usen la “doble cara”, de la sonrisa hipócrita, el saludo y la palmada en el hombro, para que la gente los sienta cerca, cordiales y ¡cuidado! Confiables. La primera característica de los malos gobernantes electos es la queja de que le dejaron las arcas públicas vacías y, vierten todo tipo de anatemas contra el gobierno anterior. Existe un régimen de derecho que fue debidamente juramentado: ¡Cúmplanlo! Dejen las actitudes lacrimógenas que a nadie convencerán. No olvidemos, amables lectores, que el pueblo demanda, exige y reivindica, el gobierno conoce, escucha y analiza, para tomar decisiones y ejercer actos de autoridad apegados a derecho. La obligación final, rendir cuentas, con sus dos columnas graníticas: la transparencia y el acceso a la información.

Existen teóricos enchufados a los gobiernos dictatoriales que intentan confundir los conceptos arriba mencionados, empero la diafanidad exigida, sólo la pueden ejecutar órganos jurisdiccionales autónomos del gobierno. Señores gobernantes, cumplan con sus protestas legales y los mexicanos habremos arribado a la verdadera democracia. Mientras, estamos dando paso a la demagogia y al totalitarismo.

“Si bien la historia está llena de gente que no cumplió con lo que dijo que iba a hacer”. Savater


Los funcionarios públicos protestan cumplir y hacer cumplir la constitución y las leyes que de ella emanen, cierto es que muchos, no cumplen tal juramento, al contrario, lo alteran y lo violan. Bastantes veces, hasta el hacer promesas absurdas se vuelve en contra de quienes las profirieron, es entonces en que el gobierno toma la configuración de una dictadura. Presidentes, gobernadores, magistrados, jueces, tienen como objetivo primario, establecer políticas asistencialistas, convenencieras y clientelares, para asegurar la permanencia en el poder, aunque juren(¿?) que no harán tal cosa. No sólo se debe decir “juro hacer algo de manera enunciativa, sino también realizar algo. La liga entre el juramento y la actuación en base a las leyes, es la condición “sine que non” de un gobierno recto, ético y moral que acercará a los ciudadanos a la democracia y al pueblo a su progreso.

Siempre se corre el riesgo de que los candidatos usen la “doble cara”, de la sonrisa hipócrita, el saludo y la palmada en el hombro, para que la gente los sienta cerca, cordiales y ¡cuidado! Confiables. La primera característica de los malos gobernantes electos es la queja de que le dejaron las arcas públicas vacías y, vierten todo tipo de anatemas contra el gobierno anterior. Existe un régimen de derecho que fue debidamente juramentado: ¡Cúmplanlo! Dejen las actitudes lacrimógenas que a nadie convencerán. No olvidemos, amables lectores, que el pueblo demanda, exige y reivindica, el gobierno conoce, escucha y analiza, para tomar decisiones y ejercer actos de autoridad apegados a derecho. La obligación final, rendir cuentas, con sus dos columnas graníticas: la transparencia y el acceso a la información.

Existen teóricos enchufados a los gobiernos dictatoriales que intentan confundir los conceptos arriba mencionados, empero la diafanidad exigida, sólo la pueden ejecutar órganos jurisdiccionales autónomos del gobierno. Señores gobernantes, cumplan con sus protestas legales y los mexicanos habremos arribado a la verdadera democracia. Mientras, estamos dando paso a la demagogia y al totalitarismo.