/ sábado 2 de marzo de 2024

Ramón Reyes G.: canalización de “La Manteca” y camino a la demolición del Hilton (1968-1971)

(Cuarta parte)

Por: Óscar A. Viramontes Olivas

oviramon@uach.mx

En otro sector de la población para 1969, el Centro Histórico de la ciudad tendría una transformación importante, ya que la falta de infraestructura urbana en la que se encontraba era en un semi abandono, y donde muchos lugares ya daban mal aspecto. Fue así que dentro del programa que se había establecido en lo referente a la ampliación de calles dentro del sector, se tendrían que afectar más de 1,200 fincas, pues estas acciones incluirían la ampliación y corrección de calles, con la subsecuente introducción de servicios como drenaje y agua potable.

En la avenida Independencia en la época del alcalde Ramón Reyes García y como gobernador, Oscar Flores, se habían realizado obras de ampliación y pavimentación, entre otras muchas; sin embargo, para las autoridades, el Hotel Hilton representaba un estorbo para la ampliación de tan importante vialidad.


En una entrevista llevada a cabo por El Heraldo de Chihuahua al alcalde Ramón Reyes, éste comentaba: “Estoy contento, pues los trabajos que se llevan a cabo, tienen un avance importante, con un mejor tiempo del que estaban previstos, ya que, en tres meses a partir de cuando empezamos a desarrollar algunas obras, hay una adelanto importante, haciendo hincapié en que las gentes, antes de recibir beneficios positivos de estas acciones, donde también participaba el Gobierno del estado, ya se aprecian en poco tiempo, los beneficios que en materia urbanística y de circulación recibirá la ciudad, y en una segunda etapa, afectará fincas en el sector que comprenderá las calles Aldama, Rosales, Trece, Escorza, Degollado y otras que estarán totalmente urbanizadas en el perímetro del que fuera el Instituto Científico y Literario”.

Dentro de la citada administración, también sufrirían la ampliación de otras calles como la Camargo, Niños Héroes, Doblado, Trías, prolongaciones hasta la calle 14ª; ampliación de las transversales, Quinta, Séptima, Novena, Trece, Quince, entre otras, y el beneficio sería que, todas estas arterias harían posible la conexión de la circulación hasta la avenida Colón con posibilidades de prolongarlas hasta la Pacheco. Además de las obras antes mencionadas, se anunciaba por parte del Ayuntamiento que también, se tomaría en cuenta el tradicional arroyo de “La Manteca” que, por años, había sido un verdadero foco de infección, donde antiguamente se depositaban los desechos de las matanzas de animales y basura, lo que, producían olores nauseabundos afectando a un amplio sector de la ciudad, incluyendo el Centro y el barrio de La Obrera. Los trabajos consistirían en el embovedado que era una petición de los vecinos por décadas y que generaba problemas urbanísticos, sanitarios y de seguridad. Otra ama de casa que atendió el llamado de El Heraldo, fue la señora Guadalupe Mariñelarena Viuda de Carmona, con domicilio en la 17ª número 1801, la cual afirmó: “No solamente quedará resuelto el problema de la insalubridad, sino que estas obras, transformarán la fisonomía del sector que por muchos años, estuvo abandonado y que ahora, quedará muy cambiado, al eliminar por completo la mugre que hubo allí por cerca de 31 años que, he vivido en el barrio de la Obrera, donde el mismo arroyo venía propiciando reuniones de malvivientes y viciosos”.

Gracias a la intervención de las autoridades para aliviar esta problemática en un amplio sector de la ciudad, tanto el Gobernador Oscar Flores Sánchez, así como el alcalde Ramón Reyes, interesados en supervisar las obras, se dirigieron hacia donde estaban los trabajos de canalización del arroyo de “La Manteca” y en un extenso recorrido que hicieron a lo largo del mismo, con el fin de conocer los avances de los trabajos y a su vez, buscar los mecanismos para acelerarlos y que la obra quedará concluida, por lo menos, en las partes más críticas. Ellos se pararon exactamente en las calles Nicolás Bravo y 17ª para proseguir hacia la parte más alta del arroyo, a fin, de establecer los sitios de mayor peligro y buscar mayor celeridad, pues el verano llegaría, y la posibilidad de lluvias intensas podrían destruir las obras. Así mismo, caminaron hacia el sector de la calle Novena y Sanjinés, donde observaron las enormes charcas de aguas putrefactas que estaban afectando directamente la salud de la niñez y de inmediato, dispusieron que allí fuera otro de los sectores donde se hicieran las obras de canalización, ya que, no era posible soportar los hedores de las lagunas insalubres, mucho menos en la temporada de calor que se avecinaba con el verano.

La modernidad de la ciudad de Chihuahua estaba en marcha y en este esquema se muestran algunas de las calles que se ampliarían como la Ojinaga, la 14a, 12 de Octubre, Allende y Morelos entre otras.

Era un día muy intenso y los dos jefes, tanto del Gobierno del Estado como del Municipio, siguieron su recorrido hacia las calles Escuadrón 201 y Séptima, donde en igual forma, habitaban numerosas familias que confrontaban el problema de las fétidas emanaciones y los desbordamientos, cuando la creciente en tiempo de lluvias, originaba peligrosas inundaciones en todo el sector por la falta de un puente debidamente construido. De inmediato se expidieron las instrucciones del caso para que cuanto antes, se hicieran las obras donde no lo habían hecho las brigadas de Obras Públicas Municipales y además, que se apresuraran los trabajos donde ya se tenía emprendido el programa. Así mismo, los funcionarios aprovecharon su recorrido para estudiar la conveniencia y necesidad, de poner en marcha nuevos programas urbanísticos que transformarían a Chihuahua.

Las obras de urbanización que se desarrollan en la ciudad de Chihuahua –comentaba el alcalde Ramón Reyes-, eran necesarias y se habían hecho posible gracias al apoyo moral y económico de la administración del Gobierno del estado que presidía el licenciado Oscar Flores Sánchez y de la ciudadanía en general, de esta manera el alcalde terminaba sus palabras ante un grupo nutrido de gentes de negocios de la Asociación de Ejecutivos de Ventas y Mercadotecnia de Chihuahua, quien en aquel entonces, era presidida por el señor Ignacio Hermosillo en las instalaciones del Hotel Palacio Hilton que, no le quedaba mucho tiempo para que se pensara en derribarlo. Se hablaba de inversiones millonarias que serían destinadas para pavimentación, pues la ciudad, carecía de carpeta asfáltica de calidad, para lo cual, se pensaba invertir una cantidad de más de 50 millones de pesos, así como, el remozamiento de plazas y parques, ampliación de calles y la sorpresa que nadie quería escuchar, la demolición del Palacio Hilton, que, para la población, fue recibir una puñalada en la espalda.

¿Por qué se tendría que tirar? ¿No había alguna otra opción para salvarlo? La verdad eran muy escasas esas posibilidades, pues entre los planes del alcalde y el gobernador, así era; la Independencia dejaría de estar estrangulada y sería bien alineada, para tal motivo, se tendría que sacrificar ese gran coloso de piedra y mampostería construido a finales del siglo XIX por órdenes de don Luis Terrazas. Así mismo, en esa misma reunión, se agregaría que la zona de Majalca estarían en los planes de la presidencia, ya que, se empezaría a trabajar bajo los reclamos que se le hacían a Ramón Reyes en donde se cuestionaba que el Parque Nacional de Majalca, estaba en manos de unas cuantas familias adineradas y bajo esta situación, el edil manifestaba que esa zona sería para que todo tipo de personas la visitaran para el sano esparcimiento…Esta Crónica continuará.

Ramón Reyes García: canalización de “La Manteca” y camino a la demolición del Hilton (1968-1971), forman parte de los archivos perdidos de las Crónicas Urbanas de Chihuahua. Si desea adquirir todos los libros de Archivos Perdidos de las Crónicas Urbanas, los puede encontrar en Liberaría Kosmos, Neri Santos y Ángel Trías o mandé un WhatsApp al 614 148 85 03 y con gusto le daremos la información.

Fuentes

Archivo Histórico del Municipio.

Informes de la Administración del alcalde Ramón Reyes García (1969-1971)

El Heraldo de Chihuahua, 1968, 1969,1970 y 1971.

Fotos: Fundación APCUCh.

(Cuarta parte)

Por: Óscar A. Viramontes Olivas

oviramon@uach.mx

En otro sector de la población para 1969, el Centro Histórico de la ciudad tendría una transformación importante, ya que la falta de infraestructura urbana en la que se encontraba era en un semi abandono, y donde muchos lugares ya daban mal aspecto. Fue así que dentro del programa que se había establecido en lo referente a la ampliación de calles dentro del sector, se tendrían que afectar más de 1,200 fincas, pues estas acciones incluirían la ampliación y corrección de calles, con la subsecuente introducción de servicios como drenaje y agua potable.

En la avenida Independencia en la época del alcalde Ramón Reyes García y como gobernador, Oscar Flores, se habían realizado obras de ampliación y pavimentación, entre otras muchas; sin embargo, para las autoridades, el Hotel Hilton representaba un estorbo para la ampliación de tan importante vialidad.


En una entrevista llevada a cabo por El Heraldo de Chihuahua al alcalde Ramón Reyes, éste comentaba: “Estoy contento, pues los trabajos que se llevan a cabo, tienen un avance importante, con un mejor tiempo del que estaban previstos, ya que, en tres meses a partir de cuando empezamos a desarrollar algunas obras, hay una adelanto importante, haciendo hincapié en que las gentes, antes de recibir beneficios positivos de estas acciones, donde también participaba el Gobierno del estado, ya se aprecian en poco tiempo, los beneficios que en materia urbanística y de circulación recibirá la ciudad, y en una segunda etapa, afectará fincas en el sector que comprenderá las calles Aldama, Rosales, Trece, Escorza, Degollado y otras que estarán totalmente urbanizadas en el perímetro del que fuera el Instituto Científico y Literario”.

Dentro de la citada administración, también sufrirían la ampliación de otras calles como la Camargo, Niños Héroes, Doblado, Trías, prolongaciones hasta la calle 14ª; ampliación de las transversales, Quinta, Séptima, Novena, Trece, Quince, entre otras, y el beneficio sería que, todas estas arterias harían posible la conexión de la circulación hasta la avenida Colón con posibilidades de prolongarlas hasta la Pacheco. Además de las obras antes mencionadas, se anunciaba por parte del Ayuntamiento que también, se tomaría en cuenta el tradicional arroyo de “La Manteca” que, por años, había sido un verdadero foco de infección, donde antiguamente se depositaban los desechos de las matanzas de animales y basura, lo que, producían olores nauseabundos afectando a un amplio sector de la ciudad, incluyendo el Centro y el barrio de La Obrera. Los trabajos consistirían en el embovedado que era una petición de los vecinos por décadas y que generaba problemas urbanísticos, sanitarios y de seguridad. Otra ama de casa que atendió el llamado de El Heraldo, fue la señora Guadalupe Mariñelarena Viuda de Carmona, con domicilio en la 17ª número 1801, la cual afirmó: “No solamente quedará resuelto el problema de la insalubridad, sino que estas obras, transformarán la fisonomía del sector que por muchos años, estuvo abandonado y que ahora, quedará muy cambiado, al eliminar por completo la mugre que hubo allí por cerca de 31 años que, he vivido en el barrio de la Obrera, donde el mismo arroyo venía propiciando reuniones de malvivientes y viciosos”.

Gracias a la intervención de las autoridades para aliviar esta problemática en un amplio sector de la ciudad, tanto el Gobernador Oscar Flores Sánchez, así como el alcalde Ramón Reyes, interesados en supervisar las obras, se dirigieron hacia donde estaban los trabajos de canalización del arroyo de “La Manteca” y en un extenso recorrido que hicieron a lo largo del mismo, con el fin de conocer los avances de los trabajos y a su vez, buscar los mecanismos para acelerarlos y que la obra quedará concluida, por lo menos, en las partes más críticas. Ellos se pararon exactamente en las calles Nicolás Bravo y 17ª para proseguir hacia la parte más alta del arroyo, a fin, de establecer los sitios de mayor peligro y buscar mayor celeridad, pues el verano llegaría, y la posibilidad de lluvias intensas podrían destruir las obras. Así mismo, caminaron hacia el sector de la calle Novena y Sanjinés, donde observaron las enormes charcas de aguas putrefactas que estaban afectando directamente la salud de la niñez y de inmediato, dispusieron que allí fuera otro de los sectores donde se hicieran las obras de canalización, ya que, no era posible soportar los hedores de las lagunas insalubres, mucho menos en la temporada de calor que se avecinaba con el verano.

La modernidad de la ciudad de Chihuahua estaba en marcha y en este esquema se muestran algunas de las calles que se ampliarían como la Ojinaga, la 14a, 12 de Octubre, Allende y Morelos entre otras.

Era un día muy intenso y los dos jefes, tanto del Gobierno del Estado como del Municipio, siguieron su recorrido hacia las calles Escuadrón 201 y Séptima, donde en igual forma, habitaban numerosas familias que confrontaban el problema de las fétidas emanaciones y los desbordamientos, cuando la creciente en tiempo de lluvias, originaba peligrosas inundaciones en todo el sector por la falta de un puente debidamente construido. De inmediato se expidieron las instrucciones del caso para que cuanto antes, se hicieran las obras donde no lo habían hecho las brigadas de Obras Públicas Municipales y además, que se apresuraran los trabajos donde ya se tenía emprendido el programa. Así mismo, los funcionarios aprovecharon su recorrido para estudiar la conveniencia y necesidad, de poner en marcha nuevos programas urbanísticos que transformarían a Chihuahua.

Las obras de urbanización que se desarrollan en la ciudad de Chihuahua –comentaba el alcalde Ramón Reyes-, eran necesarias y se habían hecho posible gracias al apoyo moral y económico de la administración del Gobierno del estado que presidía el licenciado Oscar Flores Sánchez y de la ciudadanía en general, de esta manera el alcalde terminaba sus palabras ante un grupo nutrido de gentes de negocios de la Asociación de Ejecutivos de Ventas y Mercadotecnia de Chihuahua, quien en aquel entonces, era presidida por el señor Ignacio Hermosillo en las instalaciones del Hotel Palacio Hilton que, no le quedaba mucho tiempo para que se pensara en derribarlo. Se hablaba de inversiones millonarias que serían destinadas para pavimentación, pues la ciudad, carecía de carpeta asfáltica de calidad, para lo cual, se pensaba invertir una cantidad de más de 50 millones de pesos, así como, el remozamiento de plazas y parques, ampliación de calles y la sorpresa que nadie quería escuchar, la demolición del Palacio Hilton, que, para la población, fue recibir una puñalada en la espalda.

¿Por qué se tendría que tirar? ¿No había alguna otra opción para salvarlo? La verdad eran muy escasas esas posibilidades, pues entre los planes del alcalde y el gobernador, así era; la Independencia dejaría de estar estrangulada y sería bien alineada, para tal motivo, se tendría que sacrificar ese gran coloso de piedra y mampostería construido a finales del siglo XIX por órdenes de don Luis Terrazas. Así mismo, en esa misma reunión, se agregaría que la zona de Majalca estarían en los planes de la presidencia, ya que, se empezaría a trabajar bajo los reclamos que se le hacían a Ramón Reyes en donde se cuestionaba que el Parque Nacional de Majalca, estaba en manos de unas cuantas familias adineradas y bajo esta situación, el edil manifestaba que esa zona sería para que todo tipo de personas la visitaran para el sano esparcimiento…Esta Crónica continuará.

Ramón Reyes García: canalización de “La Manteca” y camino a la demolición del Hilton (1968-1971), forman parte de los archivos perdidos de las Crónicas Urbanas de Chihuahua. Si desea adquirir todos los libros de Archivos Perdidos de las Crónicas Urbanas, los puede encontrar en Liberaría Kosmos, Neri Santos y Ángel Trías o mandé un WhatsApp al 614 148 85 03 y con gusto le daremos la información.

Fuentes

Archivo Histórico del Municipio.

Informes de la Administración del alcalde Ramón Reyes García (1969-1971)

El Heraldo de Chihuahua, 1968, 1969,1970 y 1971.

Fotos: Fundación APCUCh.

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