/ viernes 2 de abril de 2021

Si queremos, podemos

En realidad nunca tendremos logros a menos que creamos que sí lo lograremos.


Si pensamos en cambiar la situación de constante peligro en que vivimos, en la que ya no podemos confiar en ninguna autoridad, podemos asegurar que si de veras queremos, lo podremos lograr.


Absoluta y definitivamente no podemos aceptar lo que dicen algunos que está bien que lleguen los candidatos actuales a gobernarnos “pero que solamente roben menos”, o los que dicen que “hay que negociar con el hampa para que ya pare todo esto.” La sociedad no debe darle permiso a ningún gobernante o funcionario de robar, ni mucho menos de hacerse cómplice de los delincuentes como el Presidente.


Como ciudadanos, qué tanto concentremos nuestra atención sin esperar que los demás hagan algo, es la clave. Con un poco de organización ciudadana y suficiente voluntad firme, conseguiremos lo que nos proponemos.


Uno de los problemas a los que nos enfrentamos es que dejamos crecer este problema en tal magnitud que está por envolverlo todo. No existe ningún barrio o colonia en la ciudad en la que no exista al menos un expendio de mercancía prohibida. Desde artículos pirata, de contrabando, hasta substancias tóxicas. Y organizar una defensa ciudadana donde el vecino o el gobierno pertenece al hampa no lo hace fácil. Pero si queremos, podemos.


El solamente temer y esperar con los brazos cruzados a que las cosas se resuelvan por sí mismas, es un sueño imposible. Si sabemos lo que queremos podremos buscarlo y encontrarlo. No podemos meramente esperar que ocurra lo inesperado y las cosas sanen por sí mismas. Tarde temprano los que se dedican a lo ilícito se darán cuenta de su error, ya sea en el instante de su muerte por ejecución, o por el daño físico y espiritual que se causan a sí mismos consumiendo o envenenando a los demás. Y luego el daño que la causan a su propia familia...y finalmente a toda la sociedad.


El éxito del ser humano se basa en la habilidad de intentar lo imposible. Todo depende del espíritu ciudadano. Y es ese espíritu inconquistable lo que nos garantiza el éxito y para el cual no hay imposibles. Hace unos años, Irlanda sufría de algo similar. Cada semana los vecinos han realizado marchas protestando contra el envenenamiento de sus hijos. Su motivación no se ha debilitado, y sus logros son sumamente positivos. Al principio eran dos o tres. Después fueron docenas y posteriormente fueron cientos y ahora miles. Han logrado ahuyentar a los mata familias. En Medellín, Colombia, solo se requirió un hombre honrado (Sergio Fajardo), no político, para convertir la ciudad más violenta del mundo, en una de las más pacíficas.


Si queremos, podemos lograr ser gobernados por ciudadanos honrados y honestos, y no por políticos corruptos. A veces, las dificultades para lograr algo, son como las medicinas antiguas, mientras peor saben, mas provecho hacen.


En realidad nunca tendremos logros a menos que creamos que sí lo lograremos.


Si pensamos en cambiar la situación de constante peligro en que vivimos, en la que ya no podemos confiar en ninguna autoridad, podemos asegurar que si de veras queremos, lo podremos lograr.


Absoluta y definitivamente no podemos aceptar lo que dicen algunos que está bien que lleguen los candidatos actuales a gobernarnos “pero que solamente roben menos”, o los que dicen que “hay que negociar con el hampa para que ya pare todo esto.” La sociedad no debe darle permiso a ningún gobernante o funcionario de robar, ni mucho menos de hacerse cómplice de los delincuentes como el Presidente.


Como ciudadanos, qué tanto concentremos nuestra atención sin esperar que los demás hagan algo, es la clave. Con un poco de organización ciudadana y suficiente voluntad firme, conseguiremos lo que nos proponemos.


Uno de los problemas a los que nos enfrentamos es que dejamos crecer este problema en tal magnitud que está por envolverlo todo. No existe ningún barrio o colonia en la ciudad en la que no exista al menos un expendio de mercancía prohibida. Desde artículos pirata, de contrabando, hasta substancias tóxicas. Y organizar una defensa ciudadana donde el vecino o el gobierno pertenece al hampa no lo hace fácil. Pero si queremos, podemos.


El solamente temer y esperar con los brazos cruzados a que las cosas se resuelvan por sí mismas, es un sueño imposible. Si sabemos lo que queremos podremos buscarlo y encontrarlo. No podemos meramente esperar que ocurra lo inesperado y las cosas sanen por sí mismas. Tarde temprano los que se dedican a lo ilícito se darán cuenta de su error, ya sea en el instante de su muerte por ejecución, o por el daño físico y espiritual que se causan a sí mismos consumiendo o envenenando a los demás. Y luego el daño que la causan a su propia familia...y finalmente a toda la sociedad.


El éxito del ser humano se basa en la habilidad de intentar lo imposible. Todo depende del espíritu ciudadano. Y es ese espíritu inconquistable lo que nos garantiza el éxito y para el cual no hay imposibles. Hace unos años, Irlanda sufría de algo similar. Cada semana los vecinos han realizado marchas protestando contra el envenenamiento de sus hijos. Su motivación no se ha debilitado, y sus logros son sumamente positivos. Al principio eran dos o tres. Después fueron docenas y posteriormente fueron cientos y ahora miles. Han logrado ahuyentar a los mata familias. En Medellín, Colombia, solo se requirió un hombre honrado (Sergio Fajardo), no político, para convertir la ciudad más violenta del mundo, en una de las más pacíficas.


Si queremos, podemos lograr ser gobernados por ciudadanos honrados y honestos, y no por políticos corruptos. A veces, las dificultades para lograr algo, son como las medicinas antiguas, mientras peor saben, mas provecho hacen.