La Edad de Oro de la Piratería (1690-1730) se refiere a un periodo en el que los robos en alta mar y en los puertos coloniales alcanzaron un nivel sin precedentes. La piratería es una práctica de saqueo organizado o bandidaje marítimo, por la cual se acomete a una embarcación con el propósito de despojarlo de su carga, exigir rescate por los pasajeros, o venderlos como esclavos, y en ocasiones apoderarse de la nave misma.
Para llevar a cabo sus actividades los piratas necesitaban encontrar un refugio en tierra firme para reabastecerse y descansar de sus agotadoras jornadas; fue así que llegaron a tomar puertos donde hicieron su morada, como en el caso de Haití.
El gobernante era designado por los Reyes y una vez instalados en la demarcación territorial los piratas se posesionaban del lugar y amenazaban al gobernante en turno. Este admitía toda clase de personajes y les tramitaba indultos para que pudieran disfrutar de sus riquezas al momento de su retiro. Estaban tan lejos del imperio que no recibían ayuda prontamente lo que los dejaba a merced de los filibusteros y tenían que claudicar la plaza.
Por sus servicios a la piratería el gobernante recibía regalías y se convertía en algún modo en pirata de a pie. Existe una versión filosófica de la piratería que argumentaba que al no haber oportunidades al servicio de los reyes o del sistema económico establecido mejor era buscar oportunidades por fuera, en la ilegalidad donde con un simple abordaje podrían obtener más riqueza que en toda su vida trabajando para el gobierno establecido en aquella época. Iniciamos una era de piratería en el año 2018, arrasar y saquear todo lo que se pueda mientras se les da armisticio a los bandoleros y para coronar la administración saquear al pueblo con sus afores, no hace falta más que cambiar comas en una ley a modo y decir que todo es por tu bien; la idea básica es seguir con la filosofía del atraco.
Las leyes a modo son los cañones pero también los indultos que dejan en paz al sector que los llevó a ese lugar, los piratas mayores. No digo que el pasado sea mejor, los banqueros son la clase más depredadora del progreso social que haya existido, con ganancias exorbitantes del 23% bimestral (https://www.jornada.com.mx/2024/03/19/economia/017n1eco) que han empobrecido a la gente a quien únicamente les dan un ridículo 8% anual si bien les va.
No, las afores en sí mismas son un atraco, pero el intento que proponen los diputados de MORENA de apropiárselas es un saqueo, el clímax de la piratería moderna. A toda la clase trabajadora nos afecta, jóvenes y no tan jóvenes y ante la indolencia y/o ignorancia de la gente resulta más que sencillo llevarlo a cabo. Opaco, sin regulaciones y sobre todo sin consentimiento de los dueños de ese dinero (el dinero siempre tiene dueño y siempre está generando más dinero), se pretende dar el último zarpazo financiero, un coscorrón a la alcancía de los trabajadores como diría mi abuela.
Esta era de piratería apenas comienza y según la historia puede durar hasta unos treinta años si los americanos están de acuerdo claro.
Maestro en Finanzas, Director del Corporativo Scales
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