/ martes 30 de octubre de 2018

Una sociedad podrida

“Con profundo pesar por la partida de José Luis Payan, compañero, amigo y gran músico chihuahuense”


El pasado jueves partió a su morada eterna el Charol, con una vida dedicada a la música, maestro de Bellas Artes e impulsor de los tríos, sus boleros y sones. Van nuestras más sentidas condolencias a su familia; descanse en paz.


En esta colaboración no podemos dejar de tocar un tema importante para nuestra sociedad, tomando en cuenta los hechos más recientes donde una pequeñita pierde la vida en manos de bestias humanas que nos ha llevado a señalar que la sociedad está podrida cuando hay quienes pueden cometer estas terribles acciones.


La sociedad no está podrida, sólo hay algunos elementos que sí lo están y esos hay que aislarlos hacia donde no puedan hacer más daño. Se ha señalado que los padres y madres de familia somos responsables, y que el gobierno en buena medida también tiene la culpa de ello. El caso de la pequeña Camila ha desatado una ola de indignación y se suma a los cientos de hechos donde perder la vida en forma violenta es algo común con una pequeña variante: la bestialidad empleada para arrebatarle la vida a una pequeña de siete años de edad.


La sociedad no está podrida, pero las políticas públicas implementadas por los gobiernos han sido insuficientes y en algunos casos culpables de la desintegración de las familias y el abuso de las libertades, lo cual nos ha llevado a tener que lidiar con algunos elementos que han desviado sus formas de vida llegando a límites brutales de bestialidad humana.


La propuesta de pena de muerte para quienes demuestran con sus hechos el permitir que aflore esa bestialidad nos llevaría a ocupar el mismo lugar de quienes la manifiestan.


Seguramente merecen más que eso, pero ese límite nos pone en un escenario diferente, no somos iguales para cometer las mismas bestialidades, somos muchos los que sabemos valorar y respetar la vida en todas sus formas y claro que exigimos un castigo ejemplar y la aplicación de la ley en un acto de suprema justicia.


Es necesario rescatar los valores que hemos ido minimizando poco a poco en nuestra sociedad: el respeto, amor, libertad, responsabilidad, justicia, tolerancia, equidad, paz y honestidad.


En la medida que estos valores se maximicen, los resultados serán una sociedad en sana convivencia y es tarea de hombres y mujeres dentro y fuera de los gobiernos la responsabilidad de hacerlo posible.


Correo: vicmedina@hotmail.com


“Con profundo pesar por la partida de José Luis Payan, compañero, amigo y gran músico chihuahuense”


El pasado jueves partió a su morada eterna el Charol, con una vida dedicada a la música, maestro de Bellas Artes e impulsor de los tríos, sus boleros y sones. Van nuestras más sentidas condolencias a su familia; descanse en paz.


En esta colaboración no podemos dejar de tocar un tema importante para nuestra sociedad, tomando en cuenta los hechos más recientes donde una pequeñita pierde la vida en manos de bestias humanas que nos ha llevado a señalar que la sociedad está podrida cuando hay quienes pueden cometer estas terribles acciones.


La sociedad no está podrida, sólo hay algunos elementos que sí lo están y esos hay que aislarlos hacia donde no puedan hacer más daño. Se ha señalado que los padres y madres de familia somos responsables, y que el gobierno en buena medida también tiene la culpa de ello. El caso de la pequeña Camila ha desatado una ola de indignación y se suma a los cientos de hechos donde perder la vida en forma violenta es algo común con una pequeña variante: la bestialidad empleada para arrebatarle la vida a una pequeña de siete años de edad.


La sociedad no está podrida, pero las políticas públicas implementadas por los gobiernos han sido insuficientes y en algunos casos culpables de la desintegración de las familias y el abuso de las libertades, lo cual nos ha llevado a tener que lidiar con algunos elementos que han desviado sus formas de vida llegando a límites brutales de bestialidad humana.


La propuesta de pena de muerte para quienes demuestran con sus hechos el permitir que aflore esa bestialidad nos llevaría a ocupar el mismo lugar de quienes la manifiestan.


Seguramente merecen más que eso, pero ese límite nos pone en un escenario diferente, no somos iguales para cometer las mismas bestialidades, somos muchos los que sabemos valorar y respetar la vida en todas sus formas y claro que exigimos un castigo ejemplar y la aplicación de la ley en un acto de suprema justicia.


Es necesario rescatar los valores que hemos ido minimizando poco a poco en nuestra sociedad: el respeto, amor, libertad, responsabilidad, justicia, tolerancia, equidad, paz y honestidad.


En la medida que estos valores se maximicen, los resultados serán una sociedad en sana convivencia y es tarea de hombres y mujeres dentro y fuera de los gobiernos la responsabilidad de hacerlo posible.


Correo: vicmedina@hotmail.com