Hablar de un movimiento estudiantil después de 1968, obligadamente pasa por compararlo con el emblemático mayo francés y el Tlatelolco 68 de México.
David Dusster (Vanguardia
07/05/2018) dice que el ensayo general revolucionario más influyente y menos exitoso ocurrió en Francia (mayo- junio de 1968).
“Una revuelta que no perseguía llegar al poder sino cambiar la sociedad, un movimiento para reivindicar más libertades en la esfera privada.
El 3 de mayo los estudiantes de la Universidad de Nanterre, que acababa de ser clausurada, se trasladaron a la Sorbona. La policía intervino. Hubo 600 detenidos. Se levantaron barricadas.
Dos semanas después había diez millones de obreros que secundaban la huelga general convocada por los sindicatos en una paralización sin precedente en la Francia de las postguerras.
La república francesa temblaba. Pese a que la calma regresó en junio y que no cambió el poder ni el sistema, “nada volvería a ser igual”. La revolución que no cuajó dejó un impacto duradero. Acunó el ecologismo, la libertad sexual, la educación igualitaria o el feminismo. Transformó ideas y valores morales.
Danny Cohn-Bendit, conocido como Danny el Rojo-Le Rouge, principal líder del movimiento, escribió en su libro “Forget 68” que 1968 fue un momento extraordinario que aceleró el rumbo y cambió muchas cosas en la historia, pero que hoy se vive otra realidad.
Consideró que el 68 fue una revuelta juvenil contra un mundo rígido y conservador. Un mundo en el que no se vive más. Afirmó que el movimiento ayudó a lograr mayor igualdad para las mujeres en la sociedad y la vida política francesa, que se replicaría más tarde en otros países. Además, se trazarían caminos para conquistar los derechos de los homosexuales, los disminuidos y promover la conciencia ecológica. Subrayó “Discutir siempre el mayo del 68 es a menudo una forma de evitar hablar de los problemas de hoy”.
*México y la juventud: La gran mayoría de los jóvenes que estudian en las universidades del país pertenecen a la clase media. Esta clase social vive inconforme desde hace años, y su desasosiego en lugar de disminuir aumenta.
Como vimos, en diversos países se han registrado movimientos de los jóvenes que estudian y que dan la impresión, si no se examinan las causas que los provocan, de constituir un fenómeno general con el mismo origen y con las mismas metas.
Pero los movimientos juveniles no se producen en todas partes por los mismos motivos directos. En algunos intervienen factores de imitación de lo que ha ocurrido en otros países; pero elementos extraños han tratado de convertirlos en disturbios que tienden más más que todo a derrocar al gobierno.
Claro, existen causas nacionales que los engendran por la etapa de transición histórica que en que viven los países capitalistas, desde los más industrializados hasta los que apenas acaban de conquistar su independencia política.
Se entiende que del cúmulo de problemas que aquejan a los jóvenes, sobresale la falta de seguridad para el trabajo cuando dejen las escuelas. Y más porque el impetuoso desarrollo de la ciencia y la tecnología ha dejado atrás a las universidades y a los otros establecimientos de enseñanza superior.
Por esta causa también la juventud se muestra inconforme y exige cambios radicales a la estructura de los planteles educativos y a los métodos de enseñanza. Así se comprende la tensión en que viven que estalla en manifestaciones, protestas y choques con las autoridades.
De aquí surge la necesidad imperiosa de la Reforma Educativa. Ha llegado el momento de impulsar esa reforma.
*Nota: La Juventud en el Mundo y en México, conferencia del maestro Vicente Lombardo Toledano. México, D.F., 1° de octubre de 1968.
