/ miércoles 27 de febrero de 2019

A reflexionar

Símbolos patrios

“Amar a la patria es convocar a la unión y a la libertad”. S.A.R.


Es obligación de todo mexicano conocer y comprender su historia. Nuestro devenir está pletórico de hechos que el pueblo realizó a costa de sus vidas. Hay quienes en un afán dictatorial se apropian de las efigies de personajes que destacaron en nuestra transformación social. Pretenden utilizarlos como amuletos para sectarizar y fanatizar a los pobladores de esta gran nación. Al fin dictadores, tergiversan las acciones de la historia en esas épocas. Como epígonos, pretenden erigirse en los grandes jueces de la historia nacional. No lograrán sus limitados e inconfesables propósitos.

Nuestros símbolos patrios son tres: nuestra bandera, nuestro Himno Nacional y nuestro escudo, con una legislación muy estricta que señala su uso y fechas a conmemorar. Las luchas, las vicisitudes y la sangre derramada conformaron una nación dividida en varios aspectos. La Corona Española utilizaba pendones militares y religiosos. Los primeros himnos que se cantaron eran parte de culto católico. Al lograr nuestra independencia, la división entre los diferentes grupos se acrecentó. En otras palabras, la mayoría indígena siguió segregada, inicuamente explotada y denigrada. Los mestizos y los euromestizos (criollos) lucharon decenios por el poder.

Centralistas contra federalistas, luego conservadores contra liberales, que siempre ahondaron las diferencias políticas y sociales. La Reforma pretendió la unificación nacional en base al Estado de derecho, pero hasta la fecha, se malversa la heredad de los hombres que lucharon para lograr tal fin. La libertad, la igualdad y la fraternidad se estrellan en mil pedazos en los regímenes autoritarios como el nuestro. ¡Yo digo! ¡Yo pienso! ¡Yo, yo, yo! Eso no representa en ningún aspecto la anhelada unidad nacional.

Nuestros símbolos patrios son la fuerza de nuestros vínculos culturales e históricos. ¡Que regresen a las escuelas los honores semanales a la bandera! ¡Que los medios de comunicación comenten las efemérides patrióticas de los venerables hechos históricos! Compañeros maestros, ¡adelante con las conmemoraciones nacionales! Autoridades, regresen a las celebraciones en su día, no más fines de semana largos. Todos, abrevemos en el origen de nuestros símbolos patrios. ¡Viva México!

Símbolos patrios

“Amar a la patria es convocar a la unión y a la libertad”. S.A.R.


Es obligación de todo mexicano conocer y comprender su historia. Nuestro devenir está pletórico de hechos que el pueblo realizó a costa de sus vidas. Hay quienes en un afán dictatorial se apropian de las efigies de personajes que destacaron en nuestra transformación social. Pretenden utilizarlos como amuletos para sectarizar y fanatizar a los pobladores de esta gran nación. Al fin dictadores, tergiversan las acciones de la historia en esas épocas. Como epígonos, pretenden erigirse en los grandes jueces de la historia nacional. No lograrán sus limitados e inconfesables propósitos.

Nuestros símbolos patrios son tres: nuestra bandera, nuestro Himno Nacional y nuestro escudo, con una legislación muy estricta que señala su uso y fechas a conmemorar. Las luchas, las vicisitudes y la sangre derramada conformaron una nación dividida en varios aspectos. La Corona Española utilizaba pendones militares y religiosos. Los primeros himnos que se cantaron eran parte de culto católico. Al lograr nuestra independencia, la división entre los diferentes grupos se acrecentó. En otras palabras, la mayoría indígena siguió segregada, inicuamente explotada y denigrada. Los mestizos y los euromestizos (criollos) lucharon decenios por el poder.

Centralistas contra federalistas, luego conservadores contra liberales, que siempre ahondaron las diferencias políticas y sociales. La Reforma pretendió la unificación nacional en base al Estado de derecho, pero hasta la fecha, se malversa la heredad de los hombres que lucharon para lograr tal fin. La libertad, la igualdad y la fraternidad se estrellan en mil pedazos en los regímenes autoritarios como el nuestro. ¡Yo digo! ¡Yo pienso! ¡Yo, yo, yo! Eso no representa en ningún aspecto la anhelada unidad nacional.

Nuestros símbolos patrios son la fuerza de nuestros vínculos culturales e históricos. ¡Que regresen a las escuelas los honores semanales a la bandera! ¡Que los medios de comunicación comenten las efemérides patrióticas de los venerables hechos históricos! Compañeros maestros, ¡adelante con las conmemoraciones nacionales! Autoridades, regresen a las celebraciones en su día, no más fines de semana largos. Todos, abrevemos en el origen de nuestros símbolos patrios. ¡Viva México!