/ martes 29 de diciembre de 2020

ADIÓS, 2020

Año 2020, qué bueno que ya te vas, nos sorprendiste con muchos temas que no esperábamos, como la pandemia del coronavirus y la pandemia de un pésimo gobierno federal que ha puesto a nuestro país de rodillas ante el mundo y ante los mexicanos por el mal manejo del coronavirus y de nuestras relaciones ante naciones, otrora amigas, y tantas decisiones tomadas por un solo hombre que se siente el Mesías.

Gracias a Dios que ya terminas, aunque las consecuencias seguirán el año que entra. Empezaremos por la pandemia de la salud. Muy mal manejada desde que se conoció a nivel mundial, se quiso minimizar y cabecita de algodón dijo que no era necesario el cubrebocas, que había que seguir abrazando, y él mismo no usa cubrebocas, salvo cuando viaja en avión con otros pasajeros. Las consecuencias: Llevamos más de 120 mil muertos y más de seis millones de contagiados. Dentro de los cinco países con mayor índice de muertos y contagiados por la pandemia.

No se construyó un solo hospital más en el país, pero no se dejó de construir el Tren Maya, la refinería subterránea de Dos Bocas (ya saben por qué subterránea), ni el inservible aeropuerto de Santa Lucía, que tiene un cerro en medio de las pistas de aterrizaje.

No alcanza el espacio para enumerar todas las tonterías en el manejo de la pandemia, pero sólo la última de esta semana pasada. Los laboratorios Pfizer presentan la vacuna contra el coronavirus ya probada y con resultados del 95%. Tenemos dos problemas: el primero, que la vacuna se tiene que transportar y guardar a menos 70 grados. México no tiene refrigeradores para mantener esas temperaturas, aunque el ignorante de López Gatel diga que sí, ningún país de América Latina tiene esos refrigerantes, pero lo grave es que nos quieran engañar y no se estén moviendo para adquirir esos aparatos. La segunda es que anunciaron que vamos a recibir 250,000 vacunas por semana, lo que nos lleva a un millón por mes, aunque dicen que recibiremos 1.45 millones al mes. Para 126 millones de mexicanos, nos lleva 90 meses para vacunarnos, es decir un ¡¡poco más de siete años!!, pero como la vacuna es doble, es decir, se tiene que hacer una doble aplicación en tres semanas, entonces nos lleva 14 años para que la población de México esté vacunada. Esto suena como la rifa del avión sin avión, y ahora es la época de vacuna sin vacuna. Una burla más de este mal gobierno, que ha retirado todos los fondos para ser usados sólo por el señor de la cabecita de algodón, pero no para ayudar al pueblo mexicano.

Vimos en este 2020 cómo el inquilino de Palacio Nacional fue hasta la sierra de Sinaloa a saludar a la mamá del Chapo Guzmán y cómo liberó al hijo del mismo Chapo, cuando ya el Ejército lo había logrado apresar, reconociendo públicamente que él mismo había dado la orden de liberarlo, cosa que no podía hacer legalmente, pero en este país no pasó nada, convirtiéndose en un delincuente confeso.

La última: Mandó una reforma de ley para que el Banco Central (Banco de México) pueda recibir dólares en efectivo, que serviría para que sus amigos los narcos puedan lavar su dinero de forma legal, afortunadamente fue detenida la iniciativa en la Cámara de Diputados, pero quién sabe empezando el siguiente periodo de sesiones.

Otra: No felicitó al presidente electo de los Estados Unidos, Joe Biden, hasta que ya no le quedaba de otra. Mal comienzo en las relaciones con nuestro vecino y principal socio comercial.

Adiós, 2020.

Año 2020, qué bueno que ya te vas, nos sorprendiste con muchos temas que no esperábamos, como la pandemia del coronavirus y la pandemia de un pésimo gobierno federal que ha puesto a nuestro país de rodillas ante el mundo y ante los mexicanos por el mal manejo del coronavirus y de nuestras relaciones ante naciones, otrora amigas, y tantas decisiones tomadas por un solo hombre que se siente el Mesías.

Gracias a Dios que ya terminas, aunque las consecuencias seguirán el año que entra. Empezaremos por la pandemia de la salud. Muy mal manejada desde que se conoció a nivel mundial, se quiso minimizar y cabecita de algodón dijo que no era necesario el cubrebocas, que había que seguir abrazando, y él mismo no usa cubrebocas, salvo cuando viaja en avión con otros pasajeros. Las consecuencias: Llevamos más de 120 mil muertos y más de seis millones de contagiados. Dentro de los cinco países con mayor índice de muertos y contagiados por la pandemia.

No se construyó un solo hospital más en el país, pero no se dejó de construir el Tren Maya, la refinería subterránea de Dos Bocas (ya saben por qué subterránea), ni el inservible aeropuerto de Santa Lucía, que tiene un cerro en medio de las pistas de aterrizaje.

No alcanza el espacio para enumerar todas las tonterías en el manejo de la pandemia, pero sólo la última de esta semana pasada. Los laboratorios Pfizer presentan la vacuna contra el coronavirus ya probada y con resultados del 95%. Tenemos dos problemas: el primero, que la vacuna se tiene que transportar y guardar a menos 70 grados. México no tiene refrigeradores para mantener esas temperaturas, aunque el ignorante de López Gatel diga que sí, ningún país de América Latina tiene esos refrigerantes, pero lo grave es que nos quieran engañar y no se estén moviendo para adquirir esos aparatos. La segunda es que anunciaron que vamos a recibir 250,000 vacunas por semana, lo que nos lleva a un millón por mes, aunque dicen que recibiremos 1.45 millones al mes. Para 126 millones de mexicanos, nos lleva 90 meses para vacunarnos, es decir un ¡¡poco más de siete años!!, pero como la vacuna es doble, es decir, se tiene que hacer una doble aplicación en tres semanas, entonces nos lleva 14 años para que la población de México esté vacunada. Esto suena como la rifa del avión sin avión, y ahora es la época de vacuna sin vacuna. Una burla más de este mal gobierno, que ha retirado todos los fondos para ser usados sólo por el señor de la cabecita de algodón, pero no para ayudar al pueblo mexicano.

Vimos en este 2020 cómo el inquilino de Palacio Nacional fue hasta la sierra de Sinaloa a saludar a la mamá del Chapo Guzmán y cómo liberó al hijo del mismo Chapo, cuando ya el Ejército lo había logrado apresar, reconociendo públicamente que él mismo había dado la orden de liberarlo, cosa que no podía hacer legalmente, pero en este país no pasó nada, convirtiéndose en un delincuente confeso.

La última: Mandó una reforma de ley para que el Banco Central (Banco de México) pueda recibir dólares en efectivo, que serviría para que sus amigos los narcos puedan lavar su dinero de forma legal, afortunadamente fue detenida la iniciativa en la Cámara de Diputados, pero quién sabe empezando el siguiente periodo de sesiones.

Otra: No felicitó al presidente electo de los Estados Unidos, Joe Biden, hasta que ya no le quedaba de otra. Mal comienzo en las relaciones con nuestro vecino y principal socio comercial.

Adiós, 2020.