/ sábado 30 de abril de 2022

Antes que se nos olvide | Respeto a la mujer

Por: Carlos A. Esparza Deister

Febrero de 2020 será recordado por ser el mes donde la joven Ingrid Escamilla fue asesinada cobardemente por su pareja, hecho lamentable, que posteriormente impulsó el paro nacional femenino realizado el 9 de marzo de ese año. Ese mismo mes, que no tuvo nada de amor y amistad, también fue asesinada Fátima, una inocente niña de sólo siete años, quien fue abordada por una mujer al salir de la escuela y con engaños la llevó a su casa para entregársela a su esposo, quien presuntamente le había confesado que deseaba una niña para hacerla su novia. Días después del rapto, al ver que Fátima ya era buscada por las autoridades, decidieron matarla y como si se tratara de un objeto fue lanzada a la basura ¿Qué tipo de bestias pueden hacer esto? ¿Qué demonios está pasando con un sector de nuestra sociedad? Está totalmente trastornada.

En febrero, pero del 2015, una niña de 12 años, también llamada Fátima, al regresar de la escuela fue convencida por dos de sus jóvenes vecinos, a quienes conocía hace años, de pasar a su casa. Dentro, Fátima fue brutalmente violada, torturada y asesinada, luego enterrada en el patio. A pesar de que capturaron a los presuntos asesinos, fueron dejados en libertad.

Esto sucede una y otra vez en nuestro país, la constante es tirar cuerpos inertes de mujeres. La lista de feminicidios es enorme, quizá todo el periódico no bastaría, para mencionar únicamente el nombre de las mujeres asesinadas en los últimos años. En marzo del 2020, en Tijuana, apareció muerta Marbella, joven estudiante de 20 años. Durante el sepelio la mayoría de los presentes exigieron justicia portando playeras con la imagen de la muchacha, entre ellos un hombre con lentes oscuros, que permaneció un rato en el lugar, dio el pésame a los familiares y luego se acercó afligido al ataúd, con un retrato entre sus manos. Posteriormente se supo que dicho sujeto había conocido a Marbella tiempo atrás en la gasolinera donde ella trabajaba, comenzó a cortejarla, pero al no haber respuesta positiva el cortejo se convirtió en acoso, continuamente la seguía, hostigándola. Días después fue detenido como principal sospechoso.

Los casos descritos en su momento fueron mediáticos. Actualmente muchas personas se manifiestan por la trágica muerte de Débanhi. Está bien que la ciudadanía presione y exija a las autoridades resultados, sin embargo, como sociedad tenemos una memoria corta y pronto olvidamos todos estos casos que cimbraron México. Así mismo, es nuestra obligación dejar a un lado la mentalidad machista; dejar de minimizar las faltas de respeto hacia la mujer que ocurren en la calle todos los días; dejar de ver a la mujer como un ser inferior, dejar de hablar despectivamente de ellas; con esto, probablemente se evitaría, que más Ingrids, Fátimas, Débanhis y Marbellas, pierdan la vida de manera trágica.


Facebook: @Antes que se nos Olvide

esparzadeister@gmail.com


Por: Carlos A. Esparza Deister

Febrero de 2020 será recordado por ser el mes donde la joven Ingrid Escamilla fue asesinada cobardemente por su pareja, hecho lamentable, que posteriormente impulsó el paro nacional femenino realizado el 9 de marzo de ese año. Ese mismo mes, que no tuvo nada de amor y amistad, también fue asesinada Fátima, una inocente niña de sólo siete años, quien fue abordada por una mujer al salir de la escuela y con engaños la llevó a su casa para entregársela a su esposo, quien presuntamente le había confesado que deseaba una niña para hacerla su novia. Días después del rapto, al ver que Fátima ya era buscada por las autoridades, decidieron matarla y como si se tratara de un objeto fue lanzada a la basura ¿Qué tipo de bestias pueden hacer esto? ¿Qué demonios está pasando con un sector de nuestra sociedad? Está totalmente trastornada.

En febrero, pero del 2015, una niña de 12 años, también llamada Fátima, al regresar de la escuela fue convencida por dos de sus jóvenes vecinos, a quienes conocía hace años, de pasar a su casa. Dentro, Fátima fue brutalmente violada, torturada y asesinada, luego enterrada en el patio. A pesar de que capturaron a los presuntos asesinos, fueron dejados en libertad.

Esto sucede una y otra vez en nuestro país, la constante es tirar cuerpos inertes de mujeres. La lista de feminicidios es enorme, quizá todo el periódico no bastaría, para mencionar únicamente el nombre de las mujeres asesinadas en los últimos años. En marzo del 2020, en Tijuana, apareció muerta Marbella, joven estudiante de 20 años. Durante el sepelio la mayoría de los presentes exigieron justicia portando playeras con la imagen de la muchacha, entre ellos un hombre con lentes oscuros, que permaneció un rato en el lugar, dio el pésame a los familiares y luego se acercó afligido al ataúd, con un retrato entre sus manos. Posteriormente se supo que dicho sujeto había conocido a Marbella tiempo atrás en la gasolinera donde ella trabajaba, comenzó a cortejarla, pero al no haber respuesta positiva el cortejo se convirtió en acoso, continuamente la seguía, hostigándola. Días después fue detenido como principal sospechoso.

Los casos descritos en su momento fueron mediáticos. Actualmente muchas personas se manifiestan por la trágica muerte de Débanhi. Está bien que la ciudadanía presione y exija a las autoridades resultados, sin embargo, como sociedad tenemos una memoria corta y pronto olvidamos todos estos casos que cimbraron México. Así mismo, es nuestra obligación dejar a un lado la mentalidad machista; dejar de minimizar las faltas de respeto hacia la mujer que ocurren en la calle todos los días; dejar de ver a la mujer como un ser inferior, dejar de hablar despectivamente de ellas; con esto, probablemente se evitaría, que más Ingrids, Fátimas, Débanhis y Marbellas, pierdan la vida de manera trágica.


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