/ martes 25 de diciembre de 2018

Cómo tirar la basura


Diariamente tiramos basura y las maneras de hacerlo se convierten en hábitos automáticos ¡Hay que deshacerse prontamente de todo aquello que estorba y ya no sirve! Muchos van tirando la basura así como así, o inclusive la acumulan en montones que se convierten en parte de su entorno, no se inmutan y conviven con ese caos. Por otro lado para la gente ordenada hay un descanso cuando no hay nada fuera de lugar y un aroma de limpieza satisface por completo esta tarea. Se desecha todo eso que estorba, que ya no sirve, que huele mal, y se dirige a los botes de basura interiores, para después congregar infinidad de bolsas en contenedores exteriores, desde donde los benditos camiones de la basura se encargan de llevar lejos, muy lejos, ese montón de cochinadas.

Observar lugares ordenados, limpios, bonitos, ideales, da una sensación de paz, de tarea cumplida, de orgullo, de admiración por esa contribución propia o ajena de aseo.

Una vez que el servicio público de recolección de basura hace su trabajo, en millones de lugares se disponen otra vez todas esas bolsas de plástico tan convenientes, tan variadas en tamaños y resistencia, una en cada bote que facilita un desecho cercano, cómodo, sin dejar de mencionar “higiénico”. Y así va ese círculo de “limpieza” que tiene a muchas personas satisfechas y al medioambiente ahogado en plástico.

¿Cuál es la función de la bolsa de plástico? Es acumular basura, ¡lo mismo que hace un bote de basura! pero la vida productiva de la bolsa es cortísima, porque en el momento que es recolectada por el servicio de recolección de basura, es destrozada para vaciar el contenido en el camión y separar lo que para estos trabajadores es servible. Aquí podemos concluir que la bolsa de plástico para la basura no es necesaria, es un capricho, una costumbre que está lastimando innecesariamente al medioambiente.

Ahora vayámonos tras ese camión de basura, sigámoslo hasta su destino final, a esos lugares donde cerros de basura se yerguen cada día en un revoltijo que es espulgado por los pepenadores, mismos que van haciendo a un lado esa abominable cantidad de bolsas inservibles.

Es de suma urgencia rechazar con todo el corazón, las fuerzas y la voluntad, las bolsas de plástico, una idea que quizá en la automatización de usarlas se vea como algo imposible desde puntos de vista de comodidad e higiene. ¡Pero hay alternativas!

Escoger botes interiores y exteriores con tapadera, en el exterior se puede poner en el fondo un periódico extendido que no permita que se pegue la basura y los botes interiores que acumulen suciedad al vaciarlos se pueden enjuagar con agua y poquito vinagre, bicarbonato o algún detergente biodegradable para desinfectarlos.

El uso de bolsa de plástico se extiende a infinidad de lugares, y está en nuestras manos rechazarlas llevando una opción reusable. Ante este problema es sano volver a viejas costumbres para elevar prioridades de salud para el medioambiente: llevar bolsas reusables al supermercado, y a cualquier tienda donde se requiera cargar artículos, y es de suma urgencia decir “sin bolsa” cuando no se requiera, como en farmacias, dulcerías, tiendas de todo tipo, que proporcionan una bolsa para una cajita, para un dulcecito, etc. una bolsa que será desechada inmediatamente después de recibida.

Una vez que empecemos a rechazar las bolsas de plástico nacerá un nuevo hábito de llevar siempre algo en qué cargar nuestras compras y de este modo estaremos contribuyendo a erradicar una fuente de desecho que afecta mucho a la naturaleza, esa que nos acoge como la parte más importante para cuidarla.

Por último quisiera hacer una reflexión en una palabra que dentro de su significado debe ser extendida a la prioridad del medioambiente: higiene. La principal higiene que nos debe preocupar es la higiene del medioambiente, no podemos enfrascarnos en nuestros espacios personales, e ir sacrificando de una manera evasiva la tierra, ese suelo donde corre el agua que nos da vida, donde nace y crece lo que nos alimenta, desde donde se alimenta el aire que respiramos.

El concepto de limpieza es un término que empieza y termina en la responsabilidad de lo que estamos generando para el cuidado o deterioro de la naturaleza, ese medio que proporciona la salud integral de nuestra existencia.

P.D. Hay mucho por hacer, por cambiar, por mejorar, lo mencionado es sólo una asomadita a lo que podemos hacer en casa, en la oficina, pero hay tareas más profundas de reflexión en cómo desechar, desde hospitales, empresas, fábricas, una alarma que suena y suena para despertarnos.




Diariamente tiramos basura y las maneras de hacerlo se convierten en hábitos automáticos ¡Hay que deshacerse prontamente de todo aquello que estorba y ya no sirve! Muchos van tirando la basura así como así, o inclusive la acumulan en montones que se convierten en parte de su entorno, no se inmutan y conviven con ese caos. Por otro lado para la gente ordenada hay un descanso cuando no hay nada fuera de lugar y un aroma de limpieza satisface por completo esta tarea. Se desecha todo eso que estorba, que ya no sirve, que huele mal, y se dirige a los botes de basura interiores, para después congregar infinidad de bolsas en contenedores exteriores, desde donde los benditos camiones de la basura se encargan de llevar lejos, muy lejos, ese montón de cochinadas.

Observar lugares ordenados, limpios, bonitos, ideales, da una sensación de paz, de tarea cumplida, de orgullo, de admiración por esa contribución propia o ajena de aseo.

Una vez que el servicio público de recolección de basura hace su trabajo, en millones de lugares se disponen otra vez todas esas bolsas de plástico tan convenientes, tan variadas en tamaños y resistencia, una en cada bote que facilita un desecho cercano, cómodo, sin dejar de mencionar “higiénico”. Y así va ese círculo de “limpieza” que tiene a muchas personas satisfechas y al medioambiente ahogado en plástico.

¿Cuál es la función de la bolsa de plástico? Es acumular basura, ¡lo mismo que hace un bote de basura! pero la vida productiva de la bolsa es cortísima, porque en el momento que es recolectada por el servicio de recolección de basura, es destrozada para vaciar el contenido en el camión y separar lo que para estos trabajadores es servible. Aquí podemos concluir que la bolsa de plástico para la basura no es necesaria, es un capricho, una costumbre que está lastimando innecesariamente al medioambiente.

Ahora vayámonos tras ese camión de basura, sigámoslo hasta su destino final, a esos lugares donde cerros de basura se yerguen cada día en un revoltijo que es espulgado por los pepenadores, mismos que van haciendo a un lado esa abominable cantidad de bolsas inservibles.

Es de suma urgencia rechazar con todo el corazón, las fuerzas y la voluntad, las bolsas de plástico, una idea que quizá en la automatización de usarlas se vea como algo imposible desde puntos de vista de comodidad e higiene. ¡Pero hay alternativas!

Escoger botes interiores y exteriores con tapadera, en el exterior se puede poner en el fondo un periódico extendido que no permita que se pegue la basura y los botes interiores que acumulen suciedad al vaciarlos se pueden enjuagar con agua y poquito vinagre, bicarbonato o algún detergente biodegradable para desinfectarlos.

El uso de bolsa de plástico se extiende a infinidad de lugares, y está en nuestras manos rechazarlas llevando una opción reusable. Ante este problema es sano volver a viejas costumbres para elevar prioridades de salud para el medioambiente: llevar bolsas reusables al supermercado, y a cualquier tienda donde se requiera cargar artículos, y es de suma urgencia decir “sin bolsa” cuando no se requiera, como en farmacias, dulcerías, tiendas de todo tipo, que proporcionan una bolsa para una cajita, para un dulcecito, etc. una bolsa que será desechada inmediatamente después de recibida.

Una vez que empecemos a rechazar las bolsas de plástico nacerá un nuevo hábito de llevar siempre algo en qué cargar nuestras compras y de este modo estaremos contribuyendo a erradicar una fuente de desecho que afecta mucho a la naturaleza, esa que nos acoge como la parte más importante para cuidarla.

Por último quisiera hacer una reflexión en una palabra que dentro de su significado debe ser extendida a la prioridad del medioambiente: higiene. La principal higiene que nos debe preocupar es la higiene del medioambiente, no podemos enfrascarnos en nuestros espacios personales, e ir sacrificando de una manera evasiva la tierra, ese suelo donde corre el agua que nos da vida, donde nace y crece lo que nos alimenta, desde donde se alimenta el aire que respiramos.

El concepto de limpieza es un término que empieza y termina en la responsabilidad de lo que estamos generando para el cuidado o deterioro de la naturaleza, ese medio que proporciona la salud integral de nuestra existencia.

P.D. Hay mucho por hacer, por cambiar, por mejorar, lo mencionado es sólo una asomadita a lo que podemos hacer en casa, en la oficina, pero hay tareas más profundas de reflexión en cómo desechar, desde hospitales, empresas, fábricas, una alarma que suena y suena para despertarnos.