/ jueves 3 de octubre de 2019

El juicio político contra Trump

Donald Trump al parecer no aprendió nada de su cuestionada relación electoral con los rusos, pues vuelve ahora a las andadas con los ucranianos.

Al filtrase los intentos del presidente estadounidense de presionar a su homólogo ucraniano para que investigara supuestas corruptelas del exvicepresidente Joe Biden, la líder de la Cámara de Representantes aprovechó la oportunidad para proponer que se le aplicara un juicio político al mandatario.

Nancy Pelosi además con su bancada demócrata mayoritaria ordenó al jefe de Estado Mike Pompeyo que les entregara en una semana todos los documentos relacionados con Ucrania.

En la transcripción de la charla entre Trump y Zelensky entregada por la Casa Blanca al menos se comprueba que sí existió la petición de investigar a quien se perfila como su posible contrincante en su intento de reelección en el 2020.

El jefe del Ejecutivo del gobierno norteamericano alega en su defensa que nunca presionó al presidente ucraniano, algo muy distinto a la versión emitida por un informante de la CIA que laboró en la residencia presidencial.

El caso al parecer está fundamentado, pues los demócratas se juegan su última carta para poner en el estrado al polémico presidente después de la fallida investigación por el Rusiagate.

Ahora bien, que Trump sea enjuiciado por el Senado no significa que sea destituido pues la mayoría es republicana y sería poco probable que se arriesgaran a poner en su lugar al vicepresidente con el desprestigio consiguiente para su partido.

La estrategia de los demócratas es que el mandatario sea exhibido públicamente para que los votantes no vayan a cometer el mismo error del 2016.

El consiguiente desgaste que sufrirá la de por sí vapuleada imagen de Trump podría llevar incluso a su partido a contemplar la posibilidad de nominar a otro candidato. Ello dependerá del curso que siga la investigación y sus efectos en la opinión pública.

En la historia de los Estados Unidos sólo dos presidentes han sido enjuiciados políticamente: Andrew Johnson y Bill Clinton. Los dos fueron exonerados, por lo que es previsible que suceda lo mismo con Trump.

El único presidente que ha renunciado es Richard Nixon, el cual lo hizo antes de que le aplicaran el impeachment por el caso Watergate. Trump al parecer es un fiel seguidor del expresidente pues le gusta también eliminar a sus rivales utilizando ilegalmente los aparatos gubernamentales. Lo ideal sería que lo destituyeran de una vez y si no que ya no se reeligiera, lo cual sería lo mejor para su país y el resto del mundo.


Donald Trump al parecer no aprendió nada de su cuestionada relación electoral con los rusos, pues vuelve ahora a las andadas con los ucranianos.

Al filtrase los intentos del presidente estadounidense de presionar a su homólogo ucraniano para que investigara supuestas corruptelas del exvicepresidente Joe Biden, la líder de la Cámara de Representantes aprovechó la oportunidad para proponer que se le aplicara un juicio político al mandatario.

Nancy Pelosi además con su bancada demócrata mayoritaria ordenó al jefe de Estado Mike Pompeyo que les entregara en una semana todos los documentos relacionados con Ucrania.

En la transcripción de la charla entre Trump y Zelensky entregada por la Casa Blanca al menos se comprueba que sí existió la petición de investigar a quien se perfila como su posible contrincante en su intento de reelección en el 2020.

El jefe del Ejecutivo del gobierno norteamericano alega en su defensa que nunca presionó al presidente ucraniano, algo muy distinto a la versión emitida por un informante de la CIA que laboró en la residencia presidencial.

El caso al parecer está fundamentado, pues los demócratas se juegan su última carta para poner en el estrado al polémico presidente después de la fallida investigación por el Rusiagate.

Ahora bien, que Trump sea enjuiciado por el Senado no significa que sea destituido pues la mayoría es republicana y sería poco probable que se arriesgaran a poner en su lugar al vicepresidente con el desprestigio consiguiente para su partido.

La estrategia de los demócratas es que el mandatario sea exhibido públicamente para que los votantes no vayan a cometer el mismo error del 2016.

El consiguiente desgaste que sufrirá la de por sí vapuleada imagen de Trump podría llevar incluso a su partido a contemplar la posibilidad de nominar a otro candidato. Ello dependerá del curso que siga la investigación y sus efectos en la opinión pública.

En la historia de los Estados Unidos sólo dos presidentes han sido enjuiciados políticamente: Andrew Johnson y Bill Clinton. Los dos fueron exonerados, por lo que es previsible que suceda lo mismo con Trump.

El único presidente que ha renunciado es Richard Nixon, el cual lo hizo antes de que le aplicaran el impeachment por el caso Watergate. Trump al parecer es un fiel seguidor del expresidente pues le gusta también eliminar a sus rivales utilizando ilegalmente los aparatos gubernamentales. Lo ideal sería que lo destituyeran de una vez y si no que ya no se reeligiera, lo cual sería lo mejor para su país y el resto del mundo.