/ miércoles 11 de octubre de 2017

El periodismo: un objeto socialmente valioso

Este próximo jueves 12 de octubre se cumplen 25 años de la fundación del Foro de Periodistas de Chihuahua, que en este 2017, bajo la presidencia atinada del colega Ángel Zubía, servirá de marco para una entrega más, la XXIII del Premio Estatal de Periodismo José Vasconcelos, en un evento que auguramos será de gran importancia y relevancia para la comunidad chihuahuense.

Es cierto. Los fideicomisos deben tener un objeto socialmente valioso para destinar los recursos recabados, particularmente cuando se trata, mayoritariamente, de fondos provenientes del erario público.

Un fin valioso, sin duda, es aquel que la comunidad reconoce como útil socialmente hablando. Un fin que aporta a la comunidad, a su sostenimiento, fortalecimiento y desarrollo. En ese sentido, es muy difícil negar esos atributos a la libertad de expresión.

La libertad de expresión, y particularmente el periodismo, primero empírico y luego profesional, ha jugado papel relevante en el desarrollo democrático de los pueblos. Sólo basta para confirmar ello, con dar una ojeada a los textos elaborados, por ejemplo, por John Reed con sus 300 años de periodismo o “Raíces de una vocación electoral” del investigador chihuahuense Jesús Vargas Valdez, o más aún, “Movimientos políticos”, un trabajo colectivo de colegas egresados de las primeras generaciones de la Licenciatura en Periodismo de la UAC en el 2002.

El periodismo ha estado vinculado en mayor o menor medida con las modificaciones estructurales en México: la Independencia, la Reforma, la Revolución, y más recientemente la transición democrática.

Ha sido y es el vehículo para transmitir ideas, y con ello, fortalecer la pluralidad de pensamiento, en una sociedad altamente heterogénea, y hoy, altamente crítica.

Pero además, constituye un valladar a los abusos de poder, sin desconocer que en ocasiones los mismos medios de comunicación abandonan su papel objetivo y abanderan posicionamientos ideológicos o políticos, en un natural y legítimo ejercicio de libertad de expresión.

El mismo hecho de que los medios de comunicación asuman esas posiciones subjetivas contribuye al fortalecimiento de la pluralidad. Sus lectores, radioescuchas, televidentes o cibernautas, deberán decidir si desean ser audiencia en esas condiciones, porque al final, están a un clic, o un botón, o la compra de un periódico, de decidirlo.

Ahora bien, las condiciones técnicas y profesionales en que se desarrolla el periodismo, pueden generar diferencia en cuanto a la calidad del producto que se oferta a la comunidad. Una mayor capacitación del periodista le va a permitir mejorar la información, enriquecer y respetar los géneros periodísticos.

Un periodista sin esa capacitación difícilmente podrá ofertar esa diversidad de productos informativos, para permitir que la comunidad, de manera libre, se forme opinión y tome decisiones informadas, por ejemplo, en materia electoral.

Es cierto que en principio la obligación de capacitarse corresponde al periodista mismo y a las empresas dedicadas al ramo, pero se olvida un detalle relevante, que tocamos líneas arriba: el periodismo colabora estrechamente con la libertad de expresión, de manera tal que se convierte en su principal instrumento.

La libertad de expresión como sabemos es un derecho humano fundamental, garantizado por la constitución y refrendado en instrumentos internacionales de los que México es parte.

Igual suerte corren los derechos a la información y de la información, esto es, recibir información de calidad, y buscar la información, ambos tutelados por la misma normativa de alto nivel jerárquico.

Luego entonces, el periodismo y el ejercicio de la libertad de expresión dejan de ser únicamente actividades de carácter privado o de particulares, para asumir una dimensión social de mayor trascendencia. Adoptan, sin dudarlo, un carácter de interés público, y como tal deben ser asumidos.

Por ello la necesidad y pertinencia de asumir una política de Estado que fortalezca la libertad de expresión y el ejercicio periodístico, a través de un fideicomiso con ese objeto, y que en lo específico, realice acciones tendientes a elevar el nivel profesional de los comunicadores, para lo cual se desarrollarían diversas acciones concretas de carácter académico.

Esto sin menoscabo de que las instituciones de educación superior continúen formando jóvenes profesionistas que se vayan insertando en el sistema de comunicación social existente, con lo cual, sin dudarlo, se enriquece el ejercicio periodístico chihuahuense.

http://robertopinon.blogspot.mx

Este próximo jueves 12 de octubre se cumplen 25 años de la fundación del Foro de Periodistas de Chihuahua, que en este 2017, bajo la presidencia atinada del colega Ángel Zubía, servirá de marco para una entrega más, la XXIII del Premio Estatal de Periodismo José Vasconcelos, en un evento que auguramos será de gran importancia y relevancia para la comunidad chihuahuense.

Es cierto. Los fideicomisos deben tener un objeto socialmente valioso para destinar los recursos recabados, particularmente cuando se trata, mayoritariamente, de fondos provenientes del erario público.

Un fin valioso, sin duda, es aquel que la comunidad reconoce como útil socialmente hablando. Un fin que aporta a la comunidad, a su sostenimiento, fortalecimiento y desarrollo. En ese sentido, es muy difícil negar esos atributos a la libertad de expresión.

La libertad de expresión, y particularmente el periodismo, primero empírico y luego profesional, ha jugado papel relevante en el desarrollo democrático de los pueblos. Sólo basta para confirmar ello, con dar una ojeada a los textos elaborados, por ejemplo, por John Reed con sus 300 años de periodismo o “Raíces de una vocación electoral” del investigador chihuahuense Jesús Vargas Valdez, o más aún, “Movimientos políticos”, un trabajo colectivo de colegas egresados de las primeras generaciones de la Licenciatura en Periodismo de la UAC en el 2002.

El periodismo ha estado vinculado en mayor o menor medida con las modificaciones estructurales en México: la Independencia, la Reforma, la Revolución, y más recientemente la transición democrática.

Ha sido y es el vehículo para transmitir ideas, y con ello, fortalecer la pluralidad de pensamiento, en una sociedad altamente heterogénea, y hoy, altamente crítica.

Pero además, constituye un valladar a los abusos de poder, sin desconocer que en ocasiones los mismos medios de comunicación abandonan su papel objetivo y abanderan posicionamientos ideológicos o políticos, en un natural y legítimo ejercicio de libertad de expresión.

El mismo hecho de que los medios de comunicación asuman esas posiciones subjetivas contribuye al fortalecimiento de la pluralidad. Sus lectores, radioescuchas, televidentes o cibernautas, deberán decidir si desean ser audiencia en esas condiciones, porque al final, están a un clic, o un botón, o la compra de un periódico, de decidirlo.

Ahora bien, las condiciones técnicas y profesionales en que se desarrolla el periodismo, pueden generar diferencia en cuanto a la calidad del producto que se oferta a la comunidad. Una mayor capacitación del periodista le va a permitir mejorar la información, enriquecer y respetar los géneros periodísticos.

Un periodista sin esa capacitación difícilmente podrá ofertar esa diversidad de productos informativos, para permitir que la comunidad, de manera libre, se forme opinión y tome decisiones informadas, por ejemplo, en materia electoral.

Es cierto que en principio la obligación de capacitarse corresponde al periodista mismo y a las empresas dedicadas al ramo, pero se olvida un detalle relevante, que tocamos líneas arriba: el periodismo colabora estrechamente con la libertad de expresión, de manera tal que se convierte en su principal instrumento.

La libertad de expresión como sabemos es un derecho humano fundamental, garantizado por la constitución y refrendado en instrumentos internacionales de los que México es parte.

Igual suerte corren los derechos a la información y de la información, esto es, recibir información de calidad, y buscar la información, ambos tutelados por la misma normativa de alto nivel jerárquico.

Luego entonces, el periodismo y el ejercicio de la libertad de expresión dejan de ser únicamente actividades de carácter privado o de particulares, para asumir una dimensión social de mayor trascendencia. Adoptan, sin dudarlo, un carácter de interés público, y como tal deben ser asumidos.

Por ello la necesidad y pertinencia de asumir una política de Estado que fortalezca la libertad de expresión y el ejercicio periodístico, a través de un fideicomiso con ese objeto, y que en lo específico, realice acciones tendientes a elevar el nivel profesional de los comunicadores, para lo cual se desarrollarían diversas acciones concretas de carácter académico.

Esto sin menoscabo de que las instituciones de educación superior continúen formando jóvenes profesionistas que se vayan insertando en el sistema de comunicación social existente, con lo cual, sin dudarlo, se enriquece el ejercicio periodístico chihuahuense.

http://robertopinon.blogspot.mx