/ miércoles 26 de septiembre de 2018

Una AM que fortalece la opinión pública

En la Ciudad de México, este 3 de octubre, el Club Primera Plana se viste de gala, en instalaciones de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, en Justo Sierra No. 19, en el Centro Histórico, para la entrega de reconocimientos por trayectoria periodística, bajo el liderazgo de nuestro presidente José Luis Uribe Ortega.


La Norteñita, Radio Mexicana y Radio Cañón son tres ejemplos palpables de la importancia de la amplitud modulada para la comunicación y construcción de opinión pública.

Las dos primeras estaciones emitidas desde la ciudad de Chihuahua, y la última en Ciudad Juárez, han contribuido al fortalecimiento de las tradiciones mediante la música norteña y mexicana, pero además, a través de servir de vehículo de transmisión de mensajes hacia las comunidades más alejadas.

No son los únicos casos. En Cuauhtémoc, Delicias, Madera, Jiménez, Camargo, Parral, y Ojinaga aún se realizan esos esfuerzos por parte de los radiodifusores, con mezcla de música, información noticiosa y programas que posibilitan el envío de mensajes personales entre la audiencia.

Cumplen de esta forma un triple propósito: entretenimiento, y dentro de él, la conservación de la música mexicana; construcción de opinión pública mediante la información del acontecer diario y, finalmente, servir de enlace entre las personas, ante la inaccesibilidad de internet, telefonía y celular -aún existente por increíble que parezca- de algunas zonas del amplio territorio chihuahuense.

Un esfuerzo palpable en el sostenimiento de inversiones financieras, humanas y materiales, que no encuentran soporte en la publicidad de las empresas, que prefieren el amplio nicho de compradores cautivos a FM, en lugar de la dispersión serrana y baja utilidad en función de ventas de la AM.

Las estaciones transmitidas por amplitud modulada se sostienen con base en pequeñas empresas de la zona, que apuestan a un sentido más profundo en la comunicación, que la simple publicidad con fines inmediatos de ventas: que piensan en la recordación y fortalecimiento de marca, en negocios que se han convertido en verdaderas tradiciones dentro de las comunidades.

A dichas estaciones de radio, con un triple play muy diferente al que tutela la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, debe destinarse forzosamente un apoyo financiero del Gobierno del Estado y la Federación. Marginalmente ya se les considera en el ámbito federal, pero resulta insuficiente, más aún cuando pertenecen al sector privado y no son propiamente radios comunitarias, que en Chihuahua son inexistentes.

Así, atrapadas en el tiempo, sin apoyo gubernamental efectivo y dejadas de lado -en términos generales- por el sector privado empresarial, la radio en amplitud modulada sobrevive, como un vestigio incluyente de comunidades que se resisten a desaparecer y exigen su acceso al derecho a la información y la comunicación interpersonal, ambas base necesaria e imprescindible de la construcción de opinión pública.

http://robertopinon.blogspot.com



En la Ciudad de México, este 3 de octubre, el Club Primera Plana se viste de gala, en instalaciones de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, en Justo Sierra No. 19, en el Centro Histórico, para la entrega de reconocimientos por trayectoria periodística, bajo el liderazgo de nuestro presidente José Luis Uribe Ortega.


La Norteñita, Radio Mexicana y Radio Cañón son tres ejemplos palpables de la importancia de la amplitud modulada para la comunicación y construcción de opinión pública.

Las dos primeras estaciones emitidas desde la ciudad de Chihuahua, y la última en Ciudad Juárez, han contribuido al fortalecimiento de las tradiciones mediante la música norteña y mexicana, pero además, a través de servir de vehículo de transmisión de mensajes hacia las comunidades más alejadas.

No son los únicos casos. En Cuauhtémoc, Delicias, Madera, Jiménez, Camargo, Parral, y Ojinaga aún se realizan esos esfuerzos por parte de los radiodifusores, con mezcla de música, información noticiosa y programas que posibilitan el envío de mensajes personales entre la audiencia.

Cumplen de esta forma un triple propósito: entretenimiento, y dentro de él, la conservación de la música mexicana; construcción de opinión pública mediante la información del acontecer diario y, finalmente, servir de enlace entre las personas, ante la inaccesibilidad de internet, telefonía y celular -aún existente por increíble que parezca- de algunas zonas del amplio territorio chihuahuense.

Un esfuerzo palpable en el sostenimiento de inversiones financieras, humanas y materiales, que no encuentran soporte en la publicidad de las empresas, que prefieren el amplio nicho de compradores cautivos a FM, en lugar de la dispersión serrana y baja utilidad en función de ventas de la AM.

Las estaciones transmitidas por amplitud modulada se sostienen con base en pequeñas empresas de la zona, que apuestan a un sentido más profundo en la comunicación, que la simple publicidad con fines inmediatos de ventas: que piensan en la recordación y fortalecimiento de marca, en negocios que se han convertido en verdaderas tradiciones dentro de las comunidades.

A dichas estaciones de radio, con un triple play muy diferente al que tutela la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, debe destinarse forzosamente un apoyo financiero del Gobierno del Estado y la Federación. Marginalmente ya se les considera en el ámbito federal, pero resulta insuficiente, más aún cuando pertenecen al sector privado y no son propiamente radios comunitarias, que en Chihuahua son inexistentes.

Así, atrapadas en el tiempo, sin apoyo gubernamental efectivo y dejadas de lado -en términos generales- por el sector privado empresarial, la radio en amplitud modulada sobrevive, como un vestigio incluyente de comunidades que se resisten a desaparecer y exigen su acceso al derecho a la información y la comunicación interpersonal, ambas base necesaria e imprescindible de la construcción de opinión pública.

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