/ martes 14 de junio de 2022

Elección de nuevas ideas

Toda ideología subjetiva busca lo que la naturaleza debería ser, en lugar de entender lo que es la naturaleza para poder transformarla. Para la llamada Cuarta Transformación (4T), creer que por sí misma impondrá un proyecto divorciado de la realidad, no será tan fácil si los partidos se unen como mostraron las elecciones recientes. Querer imponerlo para que la gente se conforme con menos de lo que la creatividad es capaz de ofrecer, es injusto y mediocre, por decirlo suave. Una doctrina que no cambia sin razón, no es la respuesta en un mundo donde impera el pensamiento lógico.

En una época tecnológica como la nuestra, la función creadora adquiere mayor importancia. El bando perdedor en esta carrera hacia el poder en México será separado pronto del ganador que sea capaz de rechazar, con mayor rapidez, una idea antigua por otra nueva que sea validada y que tenga la valentía de desarrollar. Y generar ideas nuevas no parece ser para el tipo de izquierda que no contribuye mucho a elevar nuestro Índice de Libertad Económica. Este reto es más abrumador cuando no se puede negar una idea antigua porque, de antemano, se han rechazado las opciones.

La izquierda morenista y sus aliados se han dirigido hacia el esfuerzo intelectual de un “agujero aceptado”, como diría Edward de Bono, con ideas empaquetadas con anticipación. En cambio, son las ideas nuevas las que solucionan problemas y plantean mejorar las soluciones que ya tenemos. Son el motor de la ciencia, la tecnología, el arte, la organización política –hablando en mayor escala- y la organización de la felicidad personal –en menor escala-. Dicho de otra manera, pretender que el Estado solucione toda incertidumbre de la vida es poco creativo y no es progreso para el individuo.

En vez de pensar cómo empeorar las cosas, sería mejor creer que ninguna manera de hacer las cosas es imposible de mejorarse. Nada de malo es tener ocurrencias, a cada instante, que no siempre sean correctas, pero otorgando el beneficio de la duda a los que, de buena fe, apoyan el plan del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), si lo tiene, es mejor asegurarse de que las ideas implementadas, al menos, además de bienintencionadas, sean sensatas. AMLO debe abandonar cualquier compromiso con todo camino parcialmente adecuado para poder encontrar otro mejor.

Si ha llegado el tiempo en que la nueva información obliga a revalorar las ideas antiguas, creo que ese tiempo es ahora. Es momento de cambiar de una definición estática de la realidad a una dinámica, lo que no es una definición, sino una mera fluidez de la posibilidad. El pensamiento inercial de que no cambie nada es renunciar a olvidar el pasado. Ya no es útil querer tener razón en cada etapa y todo el tiempo. AMLO ya no tiene tiempo para lanzarse a la dirección más obvia o equivocada. No puede darse el lujo de ser un fanático que excluye la duda y la indecisión.

Porque a diferencia de un fanático, AMLO sí tiene alternativas, y nosotros, también. agusperezr@hotmail.com


Administrador financiero


Toda ideología subjetiva busca lo que la naturaleza debería ser, en lugar de entender lo que es la naturaleza para poder transformarla. Para la llamada Cuarta Transformación (4T), creer que por sí misma impondrá un proyecto divorciado de la realidad, no será tan fácil si los partidos se unen como mostraron las elecciones recientes. Querer imponerlo para que la gente se conforme con menos de lo que la creatividad es capaz de ofrecer, es injusto y mediocre, por decirlo suave. Una doctrina que no cambia sin razón, no es la respuesta en un mundo donde impera el pensamiento lógico.

En una época tecnológica como la nuestra, la función creadora adquiere mayor importancia. El bando perdedor en esta carrera hacia el poder en México será separado pronto del ganador que sea capaz de rechazar, con mayor rapidez, una idea antigua por otra nueva que sea validada y que tenga la valentía de desarrollar. Y generar ideas nuevas no parece ser para el tipo de izquierda que no contribuye mucho a elevar nuestro Índice de Libertad Económica. Este reto es más abrumador cuando no se puede negar una idea antigua porque, de antemano, se han rechazado las opciones.

La izquierda morenista y sus aliados se han dirigido hacia el esfuerzo intelectual de un “agujero aceptado”, como diría Edward de Bono, con ideas empaquetadas con anticipación. En cambio, son las ideas nuevas las que solucionan problemas y plantean mejorar las soluciones que ya tenemos. Son el motor de la ciencia, la tecnología, el arte, la organización política –hablando en mayor escala- y la organización de la felicidad personal –en menor escala-. Dicho de otra manera, pretender que el Estado solucione toda incertidumbre de la vida es poco creativo y no es progreso para el individuo.

En vez de pensar cómo empeorar las cosas, sería mejor creer que ninguna manera de hacer las cosas es imposible de mejorarse. Nada de malo es tener ocurrencias, a cada instante, que no siempre sean correctas, pero otorgando el beneficio de la duda a los que, de buena fe, apoyan el plan del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), si lo tiene, es mejor asegurarse de que las ideas implementadas, al menos, además de bienintencionadas, sean sensatas. AMLO debe abandonar cualquier compromiso con todo camino parcialmente adecuado para poder encontrar otro mejor.

Si ha llegado el tiempo en que la nueva información obliga a revalorar las ideas antiguas, creo que ese tiempo es ahora. Es momento de cambiar de una definición estática de la realidad a una dinámica, lo que no es una definición, sino una mera fluidez de la posibilidad. El pensamiento inercial de que no cambie nada es renunciar a olvidar el pasado. Ya no es útil querer tener razón en cada etapa y todo el tiempo. AMLO ya no tiene tiempo para lanzarse a la dirección más obvia o equivocada. No puede darse el lujo de ser un fanático que excluye la duda y la indecisión.

Porque a diferencia de un fanático, AMLO sí tiene alternativas, y nosotros, también. agusperezr@hotmail.com


Administrador financiero