/ martes 6 de febrero de 2024

Plan nacional de radicalización 2024-2030 de la 4T

Se le llama “Proyecto de Nación 2024-2030: por la radicalización de la Cuarta Transformación desde las Bases” a un borrador preliminar del link (https://morenademocracia.mx/wp-content/uploads/2022/12/Proyecto-de-Nacion-2024_2030-definitivo.pdf), del que no se espera que, en la práctica, se tengan grandes modificaciones para la continuidad a la que se compromete la candidata presidencial oficialista Claudia Sheinbaum. Piense que el documento es del 2 de diciembre del 2022. Se mencionan aumentos de presupuesto en todas las áreas imaginables:




En deporte, en cultura, comunidades indígenas, investigación científica, educación superior, al Sistema Público de Radiodifusión, a la infraestructura pública de telecomunicaciones e internet, al magisterio, al resguardo y conservación de las zonas arqueológicas, la salud mental, etc. No es por falta de intención, si desde el 2022 no se han cumplido estos objetivos, sino por falta de recursos. Frases como “construyamos colectivamente un Proyecto de Gobierno para 2024-2030 que radicalice la transformación. (Página 3)”, parece hablar más de una imposición que de consenso.




Esta radicalización para tener recursos se hará con un “Nuevo Congreso Constituyente para garantizar el poder popular en la Carta Magna, así como revertir y reparar el daño de las reformas constitucionales neoliberales, antisociales y anti ecológicas de las últimas décadas. (Pág. 4)”. Todo aquel que sea calificado de neoliberal o sus derivados, y no sea aliado del gobierno, será parte de “las grandes fortunas [que] retribuyan a la sociedad en el reconocimiento de que la riqueza es de todas y todos y se produce colectivamente. (Pág. 5)”. Da de qué pensar. Pero ahí no para la cosa.




Más preocupante si desean una “reforma profunda en materia de telecomunicaciones que limite los espacios de radiofrecuencia para los monopolios mediáticos y asegure una participación plena de los sectores público y social. (Pág. 14)”, lo que, sin duda, obstaculizaría la libertad de expresión de actores ajenos al gobierno. ¿Cómo se piensan otorgar “Incentivos a las Pymes mexicanas. (Pág. 7)”, si se quiere “continuar con los aumentos sistemáticos al Salario Mínimo. (Pág. 5)”? ¿Será cierto que “es urgente poner fin a la militarización de la seguridad pública. (Pág. 20)”? Lo dudamos.




Aumentar progresivamente “los impuestos a las utilidades y ganancias del capital, así como a la propiedad. (Pág. 5)” o “cancelar el pago de las deudas públicas y extranjeras adquiridas de manera ilegítima por los gobiernos corruptos y neoliberales. (Pág. 5)”, ¿bastarán para compensar “la reducción de la jornada laboral… (Pág. 6)”; el “salario patriótico universal para la población de jóvenes de 15 a 29 años. (Pág. 11)”; el “derecho al empleo y a la estabilidad laboral para las nuevas generaciones. (Pág. 11)” y la “defensa del precio de la tortilla y los alimentos básicos. (Pág. 14)”?




Y si desean imponer, sin competitividad, “la centralidad y rectoría del Estado en materia energética. (Pág. 20)” y una “política industrial como palanca para el desarrollo desde el Estado. (Pág. 5)”, nos preguntamos, ¿qué papel les espera a quienes pagan impuestos a quienes sólo los gastan, a los que les interesa más la “despenalización de la mariguana y los opiáceos. (Pág. 20)“, y “el aborto legal, libre, seguro y gratuito. (Pág. 8)”? ¡Caray! ¡Advertidos estamos si votamos por ellos! Porque sufriremos los efectos negativos de las mismas recetas de otros países


Se le llama “Proyecto de Nación 2024-2030: por la radicalización de la Cuarta Transformación desde las Bases” a un borrador preliminar del link (https://morenademocracia.mx/wp-content/uploads/2022/12/Proyecto-de-Nacion-2024_2030-definitivo.pdf), del que no se espera que, en la práctica, se tengan grandes modificaciones para la continuidad a la que se compromete la candidata presidencial oficialista Claudia Sheinbaum. Piense que el documento es del 2 de diciembre del 2022. Se mencionan aumentos de presupuesto en todas las áreas imaginables:




En deporte, en cultura, comunidades indígenas, investigación científica, educación superior, al Sistema Público de Radiodifusión, a la infraestructura pública de telecomunicaciones e internet, al magisterio, al resguardo y conservación de las zonas arqueológicas, la salud mental, etc. No es por falta de intención, si desde el 2022 no se han cumplido estos objetivos, sino por falta de recursos. Frases como “construyamos colectivamente un Proyecto de Gobierno para 2024-2030 que radicalice la transformación. (Página 3)”, parece hablar más de una imposición que de consenso.




Esta radicalización para tener recursos se hará con un “Nuevo Congreso Constituyente para garantizar el poder popular en la Carta Magna, así como revertir y reparar el daño de las reformas constitucionales neoliberales, antisociales y anti ecológicas de las últimas décadas. (Pág. 4)”. Todo aquel que sea calificado de neoliberal o sus derivados, y no sea aliado del gobierno, será parte de “las grandes fortunas [que] retribuyan a la sociedad en el reconocimiento de que la riqueza es de todas y todos y se produce colectivamente. (Pág. 5)”. Da de qué pensar. Pero ahí no para la cosa.




Más preocupante si desean una “reforma profunda en materia de telecomunicaciones que limite los espacios de radiofrecuencia para los monopolios mediáticos y asegure una participación plena de los sectores público y social. (Pág. 14)”, lo que, sin duda, obstaculizaría la libertad de expresión de actores ajenos al gobierno. ¿Cómo se piensan otorgar “Incentivos a las Pymes mexicanas. (Pág. 7)”, si se quiere “continuar con los aumentos sistemáticos al Salario Mínimo. (Pág. 5)”? ¿Será cierto que “es urgente poner fin a la militarización de la seguridad pública. (Pág. 20)”? Lo dudamos.




Aumentar progresivamente “los impuestos a las utilidades y ganancias del capital, así como a la propiedad. (Pág. 5)” o “cancelar el pago de las deudas públicas y extranjeras adquiridas de manera ilegítima por los gobiernos corruptos y neoliberales. (Pág. 5)”, ¿bastarán para compensar “la reducción de la jornada laboral… (Pág. 6)”; el “salario patriótico universal para la población de jóvenes de 15 a 29 años. (Pág. 11)”; el “derecho al empleo y a la estabilidad laboral para las nuevas generaciones. (Pág. 11)” y la “defensa del precio de la tortilla y los alimentos básicos. (Pág. 14)”?




Y si desean imponer, sin competitividad, “la centralidad y rectoría del Estado en materia energética. (Pág. 20)” y una “política industrial como palanca para el desarrollo desde el Estado. (Pág. 5)”, nos preguntamos, ¿qué papel les espera a quienes pagan impuestos a quienes sólo los gastan, a los que les interesa más la “despenalización de la mariguana y los opiáceos. (Pág. 20)“, y “el aborto legal, libre, seguro y gratuito. (Pág. 8)”? ¡Caray! ¡Advertidos estamos si votamos por ellos! Porque sufriremos los efectos negativos de las mismas recetas de otros países