/ martes 26 de diciembre de 2017

Fascismo en Chihuahua, los “morenos”

Los grupos anárquicos actúan manipulados por la consigna de quienes quieren quebrar el orden jurídico y sembrar el terror en el seno de la sociedad, sin importar los medios. Los días de los grupúsculos de “camisas pardas”, perdón, de los “barzoneros”, están contados, porque su virulencia es claramente filo-nazista, la humanidad rechaza totalmente sus métodos brutales por mendaces y terroristas. Más de dos decenios han realizado actos de agresión al pueblo trabajador y contra sus instituciones legalmente establecidas. Las víctimas: mujeres, niños, ancianos y personas indefensas, contra los arteros actos de brutalidad. En ocasiones aupados por autoridades coludidas con ellos y con actitud impasible, sólo observan la brutalidad de sus actos cobardes.

Reflexionemos en los actos criminales del año 1913, cuando el asesino usurpador Victoriano Huerta envió a sus esbirros a agredir a los representantes del pueblo mexicano, culminó su execrable proceder con los asesinatos del diputado Serapio Rendón y del senador Belisario Domínguez. Simplemente el terror se apoderó de los habitantes de la Ciudad de México. Las hordas de Huerta cumplían a cabalidad las órdenes del usurpador. Hoy, los grupúsculos de morenos, sabedores que su “führer” no llegará al poder, iniciaron una serie de actos anárquicos para producir en la masa trabajadora el terror. En días pasados tomaron por asalto un predio agrícola, violando la norma constitucional y los Derechos Humanos de sus moradores, al más puro estilo de las “SS” del Tercer Reich.

Hoy atacan la tribuna más alta de la representación del pueblo chihuahuense: el Congreso del Estado. Utilizando sus gorros para disfrazarse de campesinos y arremetiendo contra quienes son legítimos representantes de la masa trabajadora. ¿Esos entes anárquicos quieren gobernarnos? ¡Van a topar piedra con coyol, ya lo verá usted, amable lector. Mi respeto a la diputada por el PRI Isela Torres, mujer de origen humilde, valerosa y estudiante esforzada, que fue agredida por el “testaferro” de los morenos y de los grupos fascistoides de nuestra entidad. Su pretexto para los ataques y destrozos: pedir dinero. ¿Sabrán estos anarquistas de dónde surge el erario? De nosotros, los que sí pagamos nuestros impuestos y  trabajamos honradamente para sostener a nuestras familias y cubrir sus necesidades.

En la violencia tienen su método de provocar el caos y el temor de la gente, pero en las casillas electorales, los ciudadanos los rechazarán y elegirán las opciones que garanticen el respeto a la ley, el trabajo fecundo y creador y la seguridad para sus vidas y las de sus seres queridos. Así es que, pónganse a trabajar y dejen sus actos fascistas. Queremos la paz.

Los grupos anárquicos actúan manipulados por la consigna de quienes quieren quebrar el orden jurídico y sembrar el terror en el seno de la sociedad, sin importar los medios. Los días de los grupúsculos de “camisas pardas”, perdón, de los “barzoneros”, están contados, porque su virulencia es claramente filo-nazista, la humanidad rechaza totalmente sus métodos brutales por mendaces y terroristas. Más de dos decenios han realizado actos de agresión al pueblo trabajador y contra sus instituciones legalmente establecidas. Las víctimas: mujeres, niños, ancianos y personas indefensas, contra los arteros actos de brutalidad. En ocasiones aupados por autoridades coludidas con ellos y con actitud impasible, sólo observan la brutalidad de sus actos cobardes.

Reflexionemos en los actos criminales del año 1913, cuando el asesino usurpador Victoriano Huerta envió a sus esbirros a agredir a los representantes del pueblo mexicano, culminó su execrable proceder con los asesinatos del diputado Serapio Rendón y del senador Belisario Domínguez. Simplemente el terror se apoderó de los habitantes de la Ciudad de México. Las hordas de Huerta cumplían a cabalidad las órdenes del usurpador. Hoy, los grupúsculos de morenos, sabedores que su “führer” no llegará al poder, iniciaron una serie de actos anárquicos para producir en la masa trabajadora el terror. En días pasados tomaron por asalto un predio agrícola, violando la norma constitucional y los Derechos Humanos de sus moradores, al más puro estilo de las “SS” del Tercer Reich.

Hoy atacan la tribuna más alta de la representación del pueblo chihuahuense: el Congreso del Estado. Utilizando sus gorros para disfrazarse de campesinos y arremetiendo contra quienes son legítimos representantes de la masa trabajadora. ¿Esos entes anárquicos quieren gobernarnos? ¡Van a topar piedra con coyol, ya lo verá usted, amable lector. Mi respeto a la diputada por el PRI Isela Torres, mujer de origen humilde, valerosa y estudiante esforzada, que fue agredida por el “testaferro” de los morenos y de los grupos fascistoides de nuestra entidad. Su pretexto para los ataques y destrozos: pedir dinero. ¿Sabrán estos anarquistas de dónde surge el erario? De nosotros, los que sí pagamos nuestros impuestos y  trabajamos honradamente para sostener a nuestras familias y cubrir sus necesidades.

En la violencia tienen su método de provocar el caos y el temor de la gente, pero en las casillas electorales, los ciudadanos los rechazarán y elegirán las opciones que garanticen el respeto a la ley, el trabajo fecundo y creador y la seguridad para sus vidas y las de sus seres queridos. Así es que, pónganse a trabajar y dejen sus actos fascistas. Queremos la paz.