/ martes 20 de febrero de 2018

Incertidumbre

De los tres precandidatos a la Presidencia de la República, casi seguros candidatos a menos que exista alguna sorpresa de última hora, son muchos los mexicanos que expresan que de los tres no se hace uno, lo cual indica que a la hora de depositar su voto –o no depositarlo- difícilmente optarán por alguien que verdaderamente les convenza. Lo más probable es que se decidan por lo se ha llamado el menos malo.
Es verdad que hay quienes, leales, votan siempre por determinado partido, lo que se denomina el “voto duro”, pero hoy dadas las circunstancias puede ser que algunos volteen la tortilla.

Y sobre el menos malo ¿quién lo define?, ¿cuáles son los elementos válidos para juzgar tal cosa? Detrás de los candidatos están los partidos, pero con la cuestión de las alianzas se presenta una situación sui géneris ya que quienes las conforman no ofrecen compatibilidad en sus objetivos ni propuestas de nación.

Sobre los candidatos independientes, los que alcancen a figurar, hay poco que decir ya que, como se ven las cosas, no es fácil que prendan la mecha en el electorado.

Por las vísperas se sacan los días. Si las campañas siguen la tónica de las llamadas precampañas –que en realidad fueron verdaderas campañas aunque se digan dirigidas a sus partidos o simpatizantes de los mismos- el panorama se vuelve gris. Los precandidatos tuvieron de entrada la desventaja de que no surgieron de las bases de sus respectivos partidos y, por tanto, dentro de sus mismos militantes, de uno u otro modo, se detectan inconformidades, amén de que las alianzas no abonan a su favor. Muchos ciudadanos ven en ellas una lucha por el poder o por permanecer dentro de un esquema que les permita subsistir.

Además sobre los precandidatos pesan, ciertas o no, acusaciones de distintos tipos incluyendo algunas que se manifiestan como ilícitas. 

Las propuestas realistas y los análisis serios sobre la problemática y la realidad nacional brillaron por su ausencia en las precampañas, si bien en momentos quisieron tocarse pero sin llegar al fondo.

De lo anterior se concluye que existe un panorama hasta cierto punto incierto y pesimista en cuanto a las candidaturas a la presidencia. Otra cosa serán las candidaturas relativas a todos los demás puestos de elección que se jugarán en pocos meses, las cuales pueden servir de contrapeso a las anteriores. La ciudadanía debe estar muy abusada e informada para emitir un voto que en verdad sirva para sacar a nuestro país de la problemática que vive. Como se suele decir: Dios nos agarre confesados.